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El viaje era de martes a domingo, pero para mí empezaba de lunes, cosas de vivir en una región tan limitada como Asturias para viajar (las conexiones internacionales son escasas y caras) En febrero me saqué los billetes para volar a Madrid (52€).
A las 17:40 despegaba de Ranón para ir a Madrid en un vuelo tranquilo que llegó con cierto retraso al tener que dar el avión una vuelta por encima de Madrid al estar la pista ocupada (mereció la pena, ya que la capital de España luce preciosa desde el aire)
A las 17:40 despegaba de Ranón para ir a Madrid en un vuelo tranquilo que llegó con cierto retraso al tener que dar el avión una vuelta por encima de Madrid al estar la pista ocupada (mereció la pena, ya que la capital de España luce preciosa desde el aire)
Al día siguiente tocaba madrugón, así que no hice nada en toda la tarde más que echar una mano a mi novia con la maleta. El martes despegábamos a las 9:45, así que nos vamos al aeropuerto con tiempo, por si los atascos; así que ya sabes, no te duermas que las prisas no son buenas consejeras. A las 8 y media estábamos desayunando en el McDonald's de la T1, único lugar en el aeropuerto donde comer algo sin que nos claven un puñal en la espalda. Embarcamos sin problemas (nos tocó la última fila, me encanta) y teníamos delante a un grupo que se iba de viaje de estudios, no nos aburrimos mucho la verdad, daba gusto oírles maquinar planes para escaparse de las habitaciones
El vuelo en sí es corto, apenas un par de horas, que invertimos en ver la película Cartas para Julieta (no nos dio tiempo a acabarla), ambientada en Verona, para ir poniéndonos un poco en situación. Pasamos por encima de los Alpes y de Turín, una ciudad a la que tengo ganas.
Vimos también Milán a lo lejos, una ciudad que nos encantó, y al poco aterrizamos en la conocida Bérgamo, con su Cittá Alta bien visible en lo alto. Este aeropuerto puede llamar a engaño, parece uno pequeño operado por Ryanair, pero en realidad es enorme (el 3º en pasajeros de Italia solo por detrás de Roma-Fiumicino y Milan-Malpensa); así que ojo porque hay que ir con tiempo.
Nos bajamos del avión por escalera que nos lleva al bus (al ir en la última fila salimos de los primeros jeje); pero eh, ¡no te quedes como un pasmarote mirando Bérgamo y echa una mano con las maletas!
Para ir a Verona (Bérgamo ya lo conocemos de un viaje anterior) habíamos contactado con Claudio por Blablacar. El precio era irrisorio (4€/persona) frente al del tren (12€/persona+3€ del aerobus) Habíamos reservado además a través de la plataforma (se lleva el 20% de comisión), pero por problemas con otro pasajero canceló el viaje y lo hicimos por fuera, es decir, pagando en efectivo y sin comisión. La única pega es que salía de Milán hacia las 12:15, por lo que no llegó al aeropuerto hasta una hora después, por lo que esperamos en la terminal comiendo los bocatas.
Claudio es supermajo, un comercial veronés de banca que está harto de viajar solo y hace Blablacar por tener conversación, así que la hora hasta Verona fuimos hablando de Italia -nos dio varios consejos de Verona- y de fútbol en itañol (él en italiano y yo en español, un idioma muy utilizado a lo largo del viaje) y algo en inglés. Llegamos a Verona a las 2 y media (la misma hora que si fuéramos directamente en tren) y le pagamos 10€, se lo merecía, fuimos en un coche muy cómodo (Qashqai nuevo) y nos recogió en la misma puerta del aeropuerto.
Nos dejó en la estación de tren, a 100 metros de nuestro primer alojamiento en Italia (luego os cuento más cosas sobre él), tiramos la maleta y nos fuimos a patear la ciudad. Venga, date prisa, vete al baño a ponerte ropa cómoda, ¡que tenemos que ver toda la ciudad en una tarde! (pensábamos que íbamos a necesitar la mañana siguiente, pero nos sobró tiempo en la tarde)
Pero antes de empezar con la visita en sí, y ya que aquí no encontramos Free Tour, te cuento un poco de la historia de la ciudad en lo que nos acercamos al centro:
"Los origenes de Verona están ligados a tres antiguas civilizaciones: la véneta, la gálica y la rética. Pero su fundación se remonta al año 49 a.C. bajo la dominación romana que duró hasta el siglo I d.C.
En el siglo IV se aferma el Cristianismo gracias a la obra de San Zenón, obispo de la ciudad. Después de la dominación romana, Verona vivió un periodo de apogeo durante el reinado de Teodorico (489-526) que antecedió al dominio longobardo del Rey Alboino.
Además, Verona es famosa por ser la patria de personajes importantes como Valerio Catullo y Vitruvio y la ciudad donde vivieron Carlo Magno y su hijo Pipino.
En 1136 la ciudad se transformó en “Comune” (municipio autonomo) y participó a las luchas entre los municipios libres y el Imperio.
Durante la Edad Media cayó bajo el dominio de la Señoria de los Scaligeri, vicarios imperiales, que más tarde acogieron a Dante durante su primer exilio.
Con la dominación veneciana, Verona cultiva las letras y la cultura y se convierte en una meta obligada para intelectuales, pensadores y artistas como Goethe, Heine, Stendhal y Valery. Este espléndido periodo durará hasta 1797.
En octubre de 1866, los veroneses eligieron unirse al Reino de Italia entrando a formar parte de la historia de este país." (Ecured)
Además, la Ciudad de Verona es Patrimonio de la Humanidad desde 2000 en virtud de dos criterios:
· Criterio II (Testimoniar un importante intercambio de valores humanos a lo largo de un periodo de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, en el desarrollo de la arquitectura, tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño paisajístico), al ser un ejemplo de ciudad que ha crecido de forma progresiva e ininterrumpida a lo largo de más de dos milenios, incorporando elementos artísticos de gran calidad de cada período, como se muestra en su estructura y arquitectura urbana.
· Criterio IV (Ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico, tecnológico o paisaje, que ilustre una etapa significativa de la historia humana), al ser un ejemplo de ciudad que ha crecido de forma progresiva e ininterrumpida a lo largo de más de dos milenios, incorporando elementos artísticos de gran calidad de cada período, como se muestra en su estructura y arquitectura urbana.
La estación está a 200 metros de la Porta Nuova, que da acceso a la ciudad. Pasamos por aquí en coche y al preguntar si era este monumento Claudio me dijo que sí, acompañándolo de un "Benvenutti a Verona", fue el momento en el que mi cabeza hizo clic y se puso en modo viaje (suelo tardar un poco en ponerme así, mientras me muevo en medios de transporte suelo ver el viaje como algo lejano, algo que no me está pasando a mí)
Esta puerta era una de las de la antigua muralla, que fue construida en la década de 1530 para modernizar la entrada a la ciudad. Actualmente está en el interior de una rotonda bastante transitada, por lo que es complicado hacer una buena foto de este monumento.
A sus espaldas nace el Corso Porta Nuova, una calle comercial que nos mete directa al corazón de la ciudad (Piazza Brá) Es una amplia avenida ajardinada con varios edificios clásicos muy bonitos.
Debemos atravesar el Pontone di Bra para entrar a la Piazza Bra, la más grande de Verona y que acoge el Arena, uno de sus principales monumentos, así como la Oficina de Turismo, donde iríamos a por un mapa de la ciudad.
A mano izquierda, según entramos, están los típicos edificios de colores, uno de los símbolos de la ciudad. Quedan preciosos, y más en una plaza tan amplia.
En este bello edificio (Gran Guardia) se encuentra la Oficina de Turismo veronesa.
Y en el centro de la plaza se encuentra una estatua ecuestre de Victor Manuel II, el padre de la nación italiana. En casi todas las ciudades del país transalpino nos encontramos con una estatua suya en la plaza central, la más bonita que conozco es la del Duomo de Milán.
Y en el centro de la Piazza Brá se encuentra la famosa Arena, un antiguo anfiteatro romano construído hace dos mil años. Hoy en día acoge todo tipo de conciertos, sobre todo un famoso festival de ópera (una pena que empezara ese viernes y no pudiésemos ir a una obra), estaban montando todo el escenario y demás, por lo que no entramos (vimos desde fuera que estaba todo manga por hombro)
De la Piazza Brá salen calles realmente bonitas.
Por una de ellas (Via Roma) llegamos al Castel Vecchio, es la mayor construcción que dejaron los Scaliger medievales. Es un castillo gótico de grandes dimensiones.
En su parte trasera nace una estrecha calle que nos conduce al otro lado del Río Adige, que cruza la ciudad de Verona.
Cruza el río a través del Ponte Scaligero, que nos deja buenas vistas de la ciudad.
Nos vamos hacia la zona de la Piazza delle Erbe pasando por la bonita Via Cavour
De camino nos encontramos la Chiesa di San Lorenzo, un templo románico del siglo XII que es bastante peculiar, y es que es uno de los mejores ejemplos del estilo carolingio.
Nos llamaron mucho la atención sus dos pisos y los bonitos cuadros de sus naves laterales.
Cruzamos la Porta Borsari, una de las de la antigua muralla.
Y al traspasarla vemos ya la Torre dei Lamberti, nuestro siguiente objetivo.
De camino entramos a otra iglesia, la Chiesa di Santa Eufemia, una iglesia a caballo del gótico y el Renacimiento del siglo XIV construída sobre un templo románico.
Y llegamos a la Piazza delle Erbe, la central de Verona (la Brá es la mayor, pero está en uno de los extremos del centro) Tenía un mercadillo bastante culo donde compramos souvenirs diversos.
Es rectangular y se nota que es el corazón de la ciudad, y es que de ella salen calles bonitas y estrechas.
Nos dirigimos a la Casa di Giulietta, sin duda el lugar más conocido de Verona (aunque para mí es algo anecdótico, la verdad es que la ciudad me encantó desde el minuto 0 y esta casa me pareció una turistada en toda regla).
Se entra por este arco, la verdad es que no se ve nada bien. Bajo él está el famoso muro con las cartas para Julieta, aunque por lo visto acababan de recogerlas, ya que no había casi ninguna.
Desde el patio se ve el famoso balcón de Julieta, Romeo se le declaraba rodilla a tierra justo debajo.
También está la estatua de Julieta con el pecho izquierda desgastado (dicen que si se toca se encuentra el verdadero amor, así que venga, no seas vergonzoso y acércate a hacerte la foto tocándolo, que nosotros te la hacemos
) y un muro con miles de candados de enamorados.
Mi novia quería entrar a la casa, así que eso hicimos (no tiene nada y no es barata, casi mejor que no entréis); algunos muebles y vestidos de época.
Eso sí, podemos salir al balcón de Julieta, incluso nos hicimos una foto simulando a los personajes shakesperianos (ella arriba y yo abajo)
Información práctica
Acceso: En el centro de Verona
Horario: 8.30-19.30 (desde las 13.30 los lunes)
Precio: 6€ (4,50€ estudiantes)
Web: casadigiulietta.comune.verona.it/ ...a_id=42703
Nos sentamos a tomar un helado (hace 30 grados, se puede caminar, pero el calor es importante) antes de seguir ruta. Volvemos a pasar por la Piazza delle Erbe, la verdad es que nos enamoró, es preciosa.
Nos encontramos en sus alrededores con un edificio de corte veneciano, se nos hizo la boca agua pensando en que en dos días íbamos a estar en una de las ciudades más bellas del mundo, Venecia.
Nos vamos yendo por tranquilas calles a la Chiesa di Santa Anastasia, un templo gótico de grandes dimensiones construido entre los siglos XIII y XV.
Es una iglesia inacabada, y con tan grandes dimensiones que para mí no tenía mayor encanto. Frente a la fachada descansa eternamente Gugliemo da Castelbarco, un condottiero (personaje militar, generalmente un mercenario)
El interior me gustó, es enorme y bien decorado,
De iglesia a iglesia y tiramos porque nos toca, espero que os guste y no os estéis aburriendo por ver 4 en una tarde, pero a nosotros nos encanta
Nos vamos al Duomo di Verona, la catedral veronesa, un templo románico construido en el siglo XII tras la destrucción en 1117 de dos iglesias paleocristianas a causa de un terromoto.
El interior es enorme, y la verdad es que impresiona, nos encantan estos interiores italianos.
Al lado está un bonito claustro románico bastante escondido al que se accede por una puerta lateral. Creo que nos colamos y que estaba cerrado, pero es realmente tranquilo y bonito.
Cruzamos el Adige para dirigirnos a nuestra última parada en la ciudad (es sorprendemente pequeña, eran las 6 y cuarto de la tarde y ya estábamos dejando el centro)
Empezábamos la subida al Castel San Pietro, un mirador sobre la ciudad que nos había recomendado Claudio, en principio teníamos pensado subir a la Torre dei Lamberti, que cuesta 5€, pero nos comentó que la subida es gratis y que las vistas son mejores (tuvimos suerte en que nos llevara un veronés)
Se sube bastante, y con el calor fue agotador, pero mereció absolutamente la pena. Las vistas son espectaculares, el antiguo Castel San Pietro domina toda la ciudad, con el río de por medio, lo que le da un aire mágico.
Nos quedamos un buen rato aquí arriba, descansando y disfrutando de este lugar tan tranquilo y bonito.
Es un lugar muy recomendable, la verdad. Y sí, ya me imagino que tienes hambre que llevamos desde el bocata de la 1 sin comer nada, nosotros también, venga, ven con nosotros a probar el famoso aperitivo.
Bajamos buscando la zona universitaria (nos dijeron que aquí había buenos aperitivos) y pasamos por una zona bonita pero bastante desconocida de Verona (estaba practicamente vacía, el 90% de los turistas no salen de las calles entre la Casa de Julieta y la Piazza Brá)
Pero los bares de esta zona están cerrados, así que vamos al Adige para ir al centro y buscar algún sitio con buena pinta para cenar (teníamos bastante hambre)
Nos sentamos en el Caffe Coloniale al ver las grandes tapas que ponían (nos íbamos fijando de la que caminábamos) Estuvo genial, nos pedimos una jarra de vino blanco casero que estaba muy bueno (5.50€) y nos dió para una copa grande para cada uno, trayéndonos de aperitivo esta gran tapa compuesta de de varias cosas para picotear, a cada cual más buena que la anterior. Acabamos practicamente cenados, la verdad.
Nos pensamos si pedir otra jarra y acabar de cenar de picoteo o ir a por unos trozos de pizza con buena pinta que habíamos fichado en la Piazza Brá. Finalmente optamos por esto último, y por 4€ nos compramos un refresco y un trozo de pizza y nos sentamos a comerlo en la terraza del bar viendo el Croacia-España y disfrutando de estas magníficas vistas, creo que acertamos en acabar así este primer día de viaje y despedirnos así de Verona, esta ciudad tan bonita y sorprendente.
Nos fuimos al alojamiento, Claudio nos comentó que fuéramos con cuidado por la noche en la zona de la estación; eran las 10 y media y no vimos nada extraño hasta meternos en nuestra calle, donde había al fondo algunas prostitutas, pero vaya, que no es una zona insegura (o eso parecía) ni mucho menos.
El alojamiento era una habitación de Airbnb (ya no está disponible en el portal, pero era muy recomendable así que seré breve describiéndolo); nos costó 37€ (introduciendo el código de 10€ CROATIE2015, también vale ECOSSE2015 y NORVEGE2015; y está bien cerca de la estación principal de la ciudad (Porta Nuova)
La habitación estaba muy bien aunque hacía algo de calor, el baño (compartido) estaba impecable y el WiFi tiraba de maravilla. La anfitriona (Olga) era superamable, y además de darnos el desayuno (iba incluido en el precio) nos dejó una botella de agua muy fría al llegar al mediodía y por la noche en la habitación y se despidió regalándonos unas postales. Una pena que haya retirado la habitación de Airbnb, porque era un alojamiento realmente recomendable en Verona.
CONCLUSIONES DE VERONA: Verona es conocida por Romeo y Julieta; pero es una ciudad preciosa, plagada de iglesias y plazas con muchísimo encanto. Los monumentos y las calles estrechas nos enamoraron desde que pusimos un pie en sus calles. Lo mejor de la ciudad es patearla, y destacaría la Piazza Brá con la Arena, la Casa di Giulietta (una curiosidad más que nada), la Piazza delle Erbe, el Duomo y el Castel San Pietro.
Diría que una tarde es suficiente para ver la ciudad (aunque no entramos a la Arena), aunque si se quiere entrar al anfiteatro y a los museos quizá sea necesario un día entero. La ciudad es mucho más que la obra de Shakespeare, y diría que es una parada obligatoria en cualquier viaje por el Norte de Italia.
La definiría como el escenario perfecto para una historia de amor, una historia de Romeos y Julietas.
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