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Salimos temprano de Colmar hasta Friburgo, la decepción del viaje. No me gustó nada. Para empezar, al llegar nos encontramos con una ciudad caótica de trafico, hasta que encontramos un Parking privado cerca de la puerta Schawabentor.
Entramos a la zona amurallada por konviktstrabe, una calle muy bonita con arcos de vegetación y muy cuidada hasta la zona de la catedral. La catedral estaba totalmente vallada por obras, solo habia un pequeño camino para entrar al interior y la plaza, dónde están los antiguos almacenes y algún otro bonito edificio, llena de chiringuitos del mercado que montan alli, pero chiringuitos y furgonetas cutres. Entenderia un mercado cuidado, de alimentación y cosas asi... con algunos puestitos.... pero lleno de puestos de mercadillo de rastro... sinceramente no lo veo en esa plaza, abarrotada de gente y dónde no puedes ver nada. De verdad, una pena.
Las plazas y calles de alrededor... tampoco tienen demasiado encanto para mi gusto y muy muy masificado... solo la zona de los canales, por la calle Gerberau y alrededores.... Sinceramente, Friburgo me decepcionó comparado con el resto de la zona.
De Friburgo nos fuimos a Titisee... un poco odisea para encontrar el parking.... y después llegar caminando al lago, pero una vez alli la verdad que el paisaje es bonito. Lo peor fue para comer. Fuimos a una pizzeria y al verla por dentro nos dio... repelús. Despues algun otro restaurante.... que tampoco nos convenció demasiado... y estaba lleno ademas... Total que al final acabamos comiendo en un puesto que habia de platos combinados de salchichas.... con una señora atendiendo que solo hablaba aleman y daba hasta miedo de lo borde que era.... eso si, comimos por 15 euros, pero mal.
Después de comer alquilamos una lancha de pedales en el lago. Creo que eran 6 euros media hora... y la verdad que lo recomiendo. Es muy divertido, y verte alli en medio del gran lago, admirando el paisaje... me gustó mucho la esperiencia y consiguió mejorar el día que no era de los mejores hasta el momento.
Tras la media hora de ejercicio, nos fuimos para el lago Constanza, con primera parada en Meersburg. Aparcamos arriba y fuimos bajando poco a poco, recorriendo el pueblo, que tiene pocas calles y todas merecen la pena, hasta llegar al lago. El pueblo es muy bonito y con un ambiente como de vacaciones muy bueno.
Dimos una vuelta, nos comimos un helado y de repente empezó a gotear, asi que nos fuimos de vuelta al coche para ir a Lindau.
Cojimos la carretera hacia Lindau y estaba cortada, con desvios por obras, teniendo que dar un montón de rodeos. Estaba lloviendo fuerte y parece que nunca llegábamos con tanta obra.... asi que desistimos, total, con la lluvia no ibamos a poder hacer nada. Teníamos el hotel en un pueblo cercano, antes de llegar a Lindau y nos fuimos directamente.
El hotel de lujo!! Era el Gastehaus am Sonnenhof. Resulta que era una edificio principal que era el hotel, más lujoso y luego otros edificios que se supone eran la "gasthaus", donde nos quedamos nosotras, pero vamos.... que la habitación estaba super bien, moderna, amplia... con su balcon, todo rodeado de cesped.... con vistas al lago... una pasada. El desayuno se servía en el edificio principal, en una terraza enorme con vistas al lago y era super completo, todo buenísimo....mucha variedad y calidad. Nos salio por 99 euros, pero para mi en calidad-precio y en alemania....una ganga. Era un hotel para pasar unos dias, nos dio pena irnos.
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