Primeras impresiones ✏️ Travel Journeys of Vietnam

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Clima
Noviembre es un buen mes para Vietnam ya que no hace ese calor tan horrible y es antes de que empiece su temporada alta. En el norte aun haciendo calor se está bien y aumenta un poco la temperatura yendo hacia el sur. La humedad en Camboya es un tanto extrema, no sentía calor, solo que la cara siempre estaba mojada y tenía que ir empapando el sudor en pañuelos.
Para lo único que Noviembre no es el ideal, es para contemplar las terrazas de arroz ya que el contraste entre los colores amarillos y verdes que se ve en las fotos, no existe. El amarillo ha desaparecido porque el arroz ya lo han recogido.

Circulación en Hanoi
Es impresionante. Hay miles de motos, algunos coches, algunas bicis, algún autobús y los peatones. Y constantemente sonando pitiditos, un vehículo da dos toquecitos como para decir “que voy, que voy”. Aunque la mayoría va por su derecha, eso no quiere decir que no vayan también por su izquierda y por su diagonal, y por donde quieren. Todos van a cierta velocidad y muy juntos unos de otros y es increíble que no ocurra ningún accidente. Yo ceo que cada uno se preocupa de sus 20 cm de delante, de su izquierda y de su derecha y además tiene el oído alerta por si oye los dos toquecitos, ya que eso significa que uno mas grande que él, le va a pasar.
Para cruzar no hay que tener miedo. Ellos te ven, los de la izda, los de la derecha, los de la diagonal, todos. Y se van parando a medida que vas pasando y ni una voz, ni una mala palabra. En medio del caos hay una gran educación y un gran sentido cívico. Según llegue a Madrid empecé a oír el ruido de nuestra circulación y enseguida oí el clásico “Piiiiii” que encierra todos los insultos del mundo.

Los vietnamitas y los camboyanos
Que gente más encantadora, que amabilidad. Yo diferenciaría entre la gente que vive del turismo, de los que viven del comercio local para ellos mismos y el resto. Los que viven del turismo lo han entendido perfectamente, lo mas importante es el turista y se desviven por el. La gente que vive del comercio local ya es otra cosa, están hartos del turista que los mira y remira con esa curiosidad que tenemos y les hacemos fotos sin preguntar. Y el resto de la gente pues son amables, sonríen y te saludan.

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