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Por la noche dejamos preparado casi todas las maletas a falta de los cacharros de desayunar y una vez que desayunamos los riquísimos bollos de la pastelería Dreher que hay en el pueblo empezamos a bajar las cosas al coche y vamos a buscar a la dueña para pagarla. La dueña no habla nada de español por supuesto pero es que tampoco habla inglés lo justito justito pero bueno como el dinero no entiende de fronteras…. Nuestra estancia en roserhof fue estupenda ya que la casita en la que estábamos solos ya que estaba separada en una zona de la propiedad fue magnífica. Muy bien amueblada con nuestro coche en la misma puerta y a un paseíto super corto del pueblo. A la hora de pagar ya me habían avisado que no aceptaban tarjetas así que dinero en mano. El total de la estancia fueran 288 € incluida ya la tasa turística. Así que una vez pagado nos montamos en el coche y empezamos rumbo de nuevo. Hoy teníamos la entrada en el nuevo alojamiento en la zona de Gutenbach. Pero antes de bajar hacia abajo ya tenía pensado visitar algún otro pueblecito por esta zona. Y el elegido fue Schiltach. Desde el pueblo de gengenbach hasta aquí hay más o menos unos 45 minutos de coche más o menos unos 40 km. Todo el pueblo es de pago tanto si le aparcas en la calle con disco o echando dinero en la maquinita como si le dejas en algún parking en el que también hay que pagar. Sin embargo nosotros nos metimos por una calle hacia arriba dirección al cementerio y por encima de él pudimos dejarle en la misma carretera y sin pagar nada. Cómo se nota que esta gente adora la naturaleza que incluso se la llevan a la otra vida porque mirar qué preciosidades de cementerio.
Este pueblo está atravesado por dos ríos que cruzan por la mitad del pueblo y andando andando llegamos hasta allí
. Un sitio súper bonito. La verdad que esta zona es súper bonita no me extraña que este pueblo esté considerado de los más bonitos de la Selva Negra. Además el río tiene por un lateral un acceso en el que puedes bajar hasta dentro del mismo río. Pudimos ver como un hombre iba con su perro y este se lo pasaba pipa río para adelante río para atrás. Así que haya que vamos nosotros y como no mi marido tardo cero coma en descalzarse y meterse en el agua
A mí me costó algo más pero al final ahí acabé…
. La verdad que fue una sensación súper chula ver que estabas en el centro de un pueblo y sin embargo estabas bañándote en el río. Un río que al menos en esa zona no era nada profundo y el agua super clarita. Un poquito fresquita pero tampoco demasiado para venir de las montañas. Son sobre las 11 y hemos desayunado relativamente hace poco pero como allá donde fueres haz lo que vieres al lado de esa zona del río vimos que había un bar con algo de comida y bebida así que allá que nos fuimos y mi marido tardo poco en pedirse una cervecita. Eso sí nos sorprendió muchísimo que cuando la dijimos a la mujer que si podíamos salir a bebernos fuera nos dijo que el casco del botellín no se puede sacar a la calle pero sin embargo nos echó la cerveza en un vaso de esos típicos de allí y nos dijo que luego se le llevásemos. En España esto impensable claro porque una vez que salgas con el vaso por la puerta te puedes ir despidiendo de él pero aquí deben de estar acostumbrados a que la gente no es de esta calaña así que nos salimos tan contentos con la cerveza en nuestro vasito y estuvimos tomandola enfrente del río en una sombrita. Mi marido con su cerveza y como a mí a esas horas no me apetecía para nada con unos zumos en una especie de bolsitas de plástico que estaba bastante ricos. Un rato súper agradable. Y luego pasamos a devolverla al vaso y la mujer nos dio las gracias. Por un lado pienso que quizá la mujer pensaba que siendo extranjeros no iba a volver a ver el vaso. Pero ya que en estos sitios todo el mundo se portó genial no podía ser menos. Seguimos dando una vuelta por el pueblo y cruzamos al otro lado del otro río que cruza schiltach, una zona preciosa ésta.
Empezamos a bajar hacia la parte sur de la Selva Negra y nuestro destino es ir buscando gutach. Tenemos poco recorrido más o menos unos 20 km que se llevan poco más de 20 minutos. Mi marido no sabía nada y yo iba buscando el rodelbahn que hay en el pueblo de Gutach. Sommerrodelbhan gutach, singersbach 1 a. Esta es su dirección. En esta época del año abre de 10 a 18. Y los precios son de 3 € por viaje o un bono de 6 viajes por 14 €. Además en la bajada te sacan una foto que cuesta 3 €y que puedes ver según sales del rodelbahn. Cómo os digo era una sorpresa para mi marido ya que le encantan estas cosas. Y cuando llegamos al aparcamiento que tiene gratuito y lo ves en la montaña aparte de ser una chulada mi marido flipaba cuando le dije que íbamos a subirnos a él
. Además aunque en principio daba un día un poquito Pocho ,al final nos acompaño y el sol lucía radiante y dejaba una vista super bonita. Cómo en principio no sabíamos cómo iba a ser o si nos iba a gustar cogimos solamente un ticket para un viaje cada uno. Y error por supuesto porque te lo pasas teta. Al subirte te da las explicaciones en inglés pero aunque no sepas hablarlo tampoco son unas explicaciones muy complicadas simplemente para abajo acelera y hacia atrás frena y ya está solamente guardar la distancia de seguridad con el coche de delante.
Fue divertidísimo. El ir bajando por la colina a toda velocidad y cogiendo curvas y todo manejandolo tú a tu antojo si quieres ir más rápido como si quieres ir más despacio. Y como era de esperar mi marido dijo que venga vamos a subir más veces así que esta vez cogemos el ticket de 6 viajes y aún así le pareció poco porque se habría tirado ahí todo el día subiendo y bajando.
ya que es la hora de comer decidimos buscar un restaurante cerca de allí y como no de cabeza a nuestro querido TripAdvisor. Ya que aquí es muy complicado comer a una hora que para nosotros sería normal nos decidimos por un restaurante que tiene a su favor que no cierra durante el día hasta última hora de la tarde. Restaurante Gutacher rossle
. Como tantas y tantas veces durante todo el viaje dando gracias al bendito Internet. Está en la misma carretera y llegamos y aparcamos justito al lado. Es también una casa de huéspedes y entrando por las escaleras hacia arriba está el restaurante. No hay prácticamente nadie me imagino que será por las horas que para esta gente ya es tarde. Nos sentamos dentro ya que fuera hace bastante calorcete y nos traen la carta que obviamente en español no la hay pero tampoco en inglés así que jorobado ya que solamente podemos intuir lo que es. Pero la chica que nos atendió fue súper maja y según sacaba los platos de la cocina me iba señalando cuáles eran. Así que aparte de nuestras cervecitas que estaban muy ricas de la marca ketterer Bier,
También pedimos un plato de schnitzel.
El primero es el reloj de niederwasser. Se encuentra por debajo del pueblo de Hornberg. Poniendo el nombre en el GPS te lleva directo aunque tampoco hay mucha pérdida ya que se encuentra en la misma carretera. Justamente enfrente hay un parking dónde dejar el coche gratuito. Al lado del reloj también hay una tienda obviamente de relojes de cuco. La verdad que el reloj es una pasada de grande y si no tienes la suerte de llegar a la hora en punto por 1 € puedes hacer funcionarle tú a la hora que quieras.
Seguimos en busca del siguiente cuco. Este en schonabach. Su dirección es Eble Uhren-Park GmbH. También es una relojería. Y este es considerado el reloj de cuco más grande de toda la selva negra. A este si llegamos a tiempo de escucharle cantar el cucu ya que son cerca de las 4. Además según se va acercando la hora empezaba a venir gente y gente así que a la hora en punto estaba lleno. También puedes aparcar justito enfrente de él.
Volvemos a subirnos en el coche y vamos a buscar el último de los tres relojes de cuco de la tarde. En schonach. Su dirección en schwarzwalder kukuesuhr untertalstrasse 28. Abre todos los días de 10 a 12 y de 13 a 17 h. cuesta 2 euros. Dejamos el coche a un lateral de la casa enfrente de otras casas ya que este reloj está en medio de una urbanización. Hasta que se construyó el otro este fue considerado el más grande de la Selva Negra aunque para nosotros fue el más bonito. Con la entrada de 2 € entras por la puerta principal digamos de la casita
y dentro aparte de souvenirs también puedes ver el mecanismo del cuco. Todo en madera.
Y por otra puerta ya sales a la parte de atrás donde se puede ver la portada del reloj.
Es muy bonito y además está en una pradera inmensa y delante de él tienen unos pocos cacharritos hechos con madera en los que perdimos el tiempo hasta que llegase la media hora ya que este reloj canta a las horas en punto y a las medias. Pero no nos importó porque estuvimos allí como niños con zapatos nuevos
así que una vez escuchado el cucu salimos por un torno que nos deja justamente enfrente del coche. Y por fin nuestro destino es triberg. Pueblo que hemos pasado según íbamos a buscar este reloj. Volvemos sobre nuestros pasos intentando buscar dónde aparcar el coche y en este pueblo es realmente difícil sino imposible dejarlo en algún sitio sin pagar. Así que después de ver qué nos va a tocar pagar sí o sí nos metemos en un parking que está casi justo enfrente de la entrada principal a las cataratas.
Aquí se paga dependiendo de las horas que estés pero eso sí por horas enteras nosotros estuvimos unas 3 horas y fueron 3 €. Lo primero nos encaminamos hacia las cataratas por si acaso el tiempo acierta y se pone a llover. La entrada cuesta 4,50 €. Pero con la tarjeta Konus nos descuentan 50centimos a cada uno. Son conocidas como las cascadas más altas de Alemania en las que el río Gutach cae sobre 160 metros. Lo que pasa que están repartidas en varios saltos con lo cual son menos espectaculares que otras que pudimos ver. Además por desgracia le quita un poco el encanto que el camino está súper preparado. Las taquillas cierran a las 18 con lo cual me imagino que una vez pasada esa hora se puede entrar sin pagar. No por la puerta principal ya que está la cierran pero las cataratas tienen otras dos entradas que también tienen taquilla pero que no se cierran con lo cual por esa zona se puede entrar a partir de esa hora. Es lo que no te salvas es de pagar el parking porque todas las entradas tienen un parking enfrente pero todas de pago. En la entrada también te venden bolsitas con cacahuetes por si acaso las esquivas ardillas hacen acto de aparición. Como yo lo había leído desde España nos fuimos con su aperitivo en la mochila. A ver si teníamos suerte. Dentro de las cataratas se pueden hacer varias rutas como la amarilla qué es el camino de la cascada que son más o menos unos 45 minutos. La roja que es el camino cultural que son unos 60 minutos. Y la verde que es el camino de la naturaleza que son más o menos unos 90 minutos.
Nosotros nos decidimos por subir por la roja en la que enlazamos un trozo con la verde para salir al final hasta el lago bergsee y bajar dando una vuelta ya por el pueblo. Hicimos unos 5 km y unos 130 metros de desnivel. Como ya os digo las cataratas son bonitas pero les quita Mucha vista lo preparadas que están para el público. Eso sí lo que tuvimos suerte es que pudimos ver a varias ardillas y darles de comer aunque las jodías les echabas el cacahuete y salían corriendo hacia los árboles o esconderse. Aunque una de ellas mi marido se fue detrás y consiguió pillarla bien de cerca cómo empezaba a comerse el cacahuete y después iba a esconderlo.
De salto en salto vamos ascendiendo por las cascadas
y salimos atravesando el bosque donde nos volvemos a topar con otra ardilla que nos cruza el camino hasta llegar al lago bergsee.
Y de camino nos encontramos con estas vistas sobre el pueblo
Desde ahí bajamos andando hacia el pueblo que prácticamente consta de la calle principal aunque tiene edificaciones muy bonitas.
Sobre todo una tienda de relojes de cuco que en su fachada tiene un inmenso oso que sube y baja por una cuerda. Yo creo que es la foto que más he visto del pueblo de Triberg.
En la misma calle principal por debajo del Ayuntamiento
se encuentra el café Schaefer, famoso por su tarta Selva Negra ya que dicen que fue el primer sitio donde ésta se elaboró. Pero como ya va siendo una tónica aquí cierran tan pronto llegamos pasadas las 6 y está totalmente chapado. Así que nos quedamos con las ganas de probarla y volvemos a recoger el coche. Pagamos nuestro ticket y ponemos dirección hacia nuestra segunda casa, grundhausle en gutenbach. En más o menos una media hora hemos llegado. Eso sí como aquí no lleves GPS te pierdes seguro. Nosotros pusimos el GPS y nos empieza a meter por una urbanización antes de llegar al mismo pueblo de Gutenbach y no hacemos nada más que pasar campo y prados y más campo y más prados y cada vez nos acercábamos más según el GPS a nuestro destino y allí no veíamos nada más que verde y abetos. Cuando el GPS nos avisa de que hemos llegado estamos justamente de boca con una vaquería. Mi marido con los ojos ojipláticos porque no hacía nada más que decir que allí no podía ser y justamente al volver yo la cabeza me parece ver la puntita de una casa así que damos la vuelta al coche y nos metemos por esa cuestecita hacia abajo y ahí está. No puede ser una casa más campestre en mitad del bosque.
Aunque la verdad por fuera el primer vistazo decepciona un poco porque es una casa típica alemana pero por fuera se ve un poco descuidada. Luego nos enteramos hablando con el dueño de que la casa era del 1500 y pico así que bastante bien estaba para la cantidad de años que tenía. Como no sabíamos de seguro si esa era la casa paramos el coche y yo me acerque a la puerta y llamé y salió una mujer que al verme me saludo en español con un perfecto buenas tardes. Aunque fue lo único que me dijo en español ya que me dijo que no sabía hablar español que solamente alemán o inglés. Muy agradables el matrimonio nos dice dónde dejar el coche lo cual es otra odisea. Como encima está la vaquería y todas las mañanas y todas las noches las vacas suben y bajan por la carretera para dejar el coche había que abrir vallas para girar el coche y luego meterle en otra que estaba más arriba y volver a cerrarla para que las vacas no pudiesen pasar. El matrimonio se ofreció y nos ayudó a sacar el equipaje del coche y pasarle al apartamento. Esta casa la cogí a través de booking. La entrada al apartamento está un poco complicada ya que es una puerta abierta literalmente en el techo de la casa y está un ratito pino. Y si por fuera se veía muy descuidada y muy antigua la casa el apartamento no tenía nada que ver ya que estaba muy bien amueblado . El apartamento tenía de todo su baño su cocina su salón y su habitación.
Estuvimos bien sobre todo porque la casa estaba en un sitio espectacular. Yo no hacía más que decirle a mi marido que si no quería una casa en mitad del campo pues ya la tenía aunque si es verdad que sobre todo la cama era bastante dura para nosotros. Y la bañera tenía el cordón de la ducha demasiado corto y era imposible ducharse de pie ya que el cordón se doblaba y no salía agua. Son cosillas que creo deberían de tener algo más en cuenta a la hora de alquilarlo pero bueno tampoco fue nada horroroso. Eso sí las vistas desde una de las ventanas o desde todas me da igual eran preciosas nada más que abetos y prados. Pagaría por tener unas vistas así desde la ventana de mi casa….
Aunque en esta casa vimos que había que aprovechar el día porque una vez que se echaba la noche salir de allí totalmente oscuras era bastante aventura ya que el camino por el que entrábamos y salíamos de la casa era un camino de solamente un coche y si te cruzabas con alguien ostras qué complicado era pasar. Así que como yo ya me imaginaba que estaba bastante apartada de todo antes de subir hasta allí pasamos por el pueblo de furtwangen y paramos en un Edeka a hacer una comprilla. Compramos agua leche y algo para cenar. Además la leche que decidimos comprar luego vimos que era una cooperativa enorme de leche de la Selva Negra ya que muchas vaquerias incluida la que teníamos al lado era de allí de dónde salía esa leche. Así que una vez puesto todo un poquito en orden nos ponemos a cenar la carne que hemos comprado en el super. Allí por lo que pudimos ver comen mucho cerdo prácticamente nada de pollo y algo de ternera. Todo o prácticamente todo está aliñado con alguna salsa y casi todas picantes. Pero en general lo que probamos estaba bastante bueno. Así que con la tripa llena y todo en su sitio empezamos nuestras andanzas por el sur de la Selva Negra.
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