ATOMIUM. MUSEOS DEL LEJANO ORIENTE. MAS DEL CENTRO ✏️ Diarios de Viajes de BelgicaPara llegar hasta el Atomium desde Bourse nos podríamos haber ido hasta Brouckére pues en esta parada de metro pasan cuatro líneas. Pero recordamos las grandes obras que habíamos visto en la mañana, así que nos fuimos hasta la parada de metro de...Diario: NOS VAMOS A FLANDES. Seis días visitando Bruselas, Gante y Brujas⭐ Puntos: 4.8 (20 Votos) Etapas: 19 Localización: BelgicaPara llegar hasta el Atomium desde Bourse nos podríamos haber ido hasta Brouckére pues en esta parada de metro pasan cuatro líneas. Pero recordamos las grandes obras que habíamos visto en la mañana, así que nos fuimos hasta la parada de metro de Bourse. Por aquí solo pasan las líneas 3 y 4, pero podíamos hacer transbordos. Pero también esta parada estaba cerrada por obras y en su cartel te daban varias alternativas que no terminábamos de comprender por no tener conocimiento de lugares fuera del casco histórico. Escogimos la opción de un autobús que nos llevara a Rogier y allí coger la línea 6 de metro. Tremenda vuelta que dimos luego en metro. Pero cercana a Bourse no encontramos otra línea de autobús que nos viniera mejor. Con el mismo billete del autobús cogimos la línea 6 del metro, dirección Roi Baudouin, hasta la penúltima parada, Heyzel. Yo creo que menos tres o cuatro paradas hicimos el recorrido completo de esta línea de metro. Lógicamente, todo esto nos llevo bastante tiempo. Saliendo de esta parada en Heysel enseguida se divisa el Atomium. Es una estructura de algo más de 100 metros, realizada en acero y aluminio para la Exposición Universal de Bruselas en 1958. Representa un cristal de hierro ampliado 165 mil millones de veces. Era el pabellón principal y el símbolo de esta exposición. Al principio esta estructura fue criticada, tal y como lo fuera también la Torre Eiffel en París. Y en ambas ciudades estos símbolos creados para una exposición temporal acabaron siendo permanentes y símbolos de la ciudad, además de una gran atracción turística. La estructura está compuesta por 9 esferas de acero de 18 m. de diámetro cada una. Algunas de estas esferas se pueden visitar y se hacen en ellas exposiciones temporales. Tres de las cuatro esferas superiores carecen de soporte vertical y por tanto no están abiertas al público. La más interesante es la esfera que se encuentra en la cima, con restaurante incluido, por sus hermosas y lejanas vistas. Nada más salir del metro nos encontramos con que lleva lloviendo bastante tiempo y no tiene trazas de parar. Por ello desistimos de entrar dentro de su estructura porque las vistas no iban a ser nada del otro mundo. Nos conformamos con mirarlo y echarle alguna foto. Lleva allí más de cincuenta años y aún hoy parece de lo más vanguardista. Al norte del Bulevar del Centenario, sobre el que se asienta el Atomium, en la colina de Heyzel, se puede ver el Palacio de Exposiciones que fue edificado para la Feria Mundial de 1935 y sirvió también en la Exposición Universal de 1958. Aún hoy sigue en uso para diferentes ferias y exposiciones. Como algo tendríamos que comer nos dirigimos al cercano Bruparck dónde se encuentra Mini Europe. No sé si porque era domingo, o porque hacía mal tiempo, el caso es que apenas si había gente en este parque. Los restaurantes estaban cerrados. Tan solo vimos uno abierto en Oceade. Por llamarlo de alguna forma, porque solo servían unos cuantos platos de comida rápida y malos de narices. En Oceade si había algo más de gente. Familias con sus hijos aprovechando las piscinas calientes y las distintas atracciones que ofrece. Al seguir lloviendo decidimos no entrar tampoco en Mini Europe. Como habíamos bajado bastante por el bulevar del Centenario, en lugar de volver a la estación de metro de Heyzel decidimos coger el metro en la anterior parada, Houba Brugmann. La rotonda siguiente, Place L. Steens, es atravesada por la Avenida Gros Tilleul que, según nuestro plano, podría llevarnos al Parque de Laeken y a los pabellones de la Exposición Universal. La lluvia había disminuido algo y sin pensarlo dos veces comenzamos a caminar por esta avenida, total ya estábamos algo embarrados. No deja de ser una imprudencia porque aquello no se recorre en unos minutos. Había que andar y bastante. Pero todo era precioso, esta avenida de los Tilos, las estribaciones del parque de Laeken… En un día bueno y de sol tiene que ser una gozada caminar por allí. Y no éramos los únicos inconscientes porque vimos algunas personas corriendo y algún que otro paseando al perro. Íbamos atravesando los lugares dónde habían estado instalados los pabellones de la exposición Universal. Y quedan algunos vestigios. En el pabellón americano hay unas construcciones que albergan hoy día un estudio de radio y televisión. Después de algo más de 500 metros desde el inicio, otra rotonda denominada Rond Point J. Offemberg, con una pirámide que tiene su vértice dorado. Es un monumento dedicado a los aviadores de combate. Jean Offemberg era un piloto belga de la RAF que obtuvo grandes victorias en la II Guerra Mundial, antes de perecer en 1942. Llegamos hasta la autovía en dónde nos encontramos un pasaje peatonal junto a la misma que nos llevaba hasta los Museos del Lejano Oriente. Forman parte de los Museos Reales de Arte e Historia y son El Pabellón Chino, la Torre Japonesa y el Museo de Arte Japonés, instalados en la zona de Laeken. Por su proximidad a los terrenos donde tuvo lugar la Exposición Universal podría pensarse que son restos de pabellones de la misma, pero son más antiguos. Fueron el capricho del rey Leopoldo II que visitó la Exposición de París en 1900 y quedó prendado de la torre japonesa y del pabellón chino. Quería montar en la finca de Laeken una especie de museo exótico que luego quedó en estos dos elementos. El pabellón chino comenzó a construirse un poco después de la torre japonesa. El propio monarca había comprado maderas originales en la exposición de París pensando convertir la edificación en un restaurante de lujo que nunca se abrió. En su interior dicen que hay una excelente colección de cerámica china y japonesa. Hay dos estructuras, el edificio principal y un kiosco en la parte delantera, decoradas con gran profusión de detalles y mezcla de colores predominando los tonos dorados. A nosotros nos encantaron. Estaba todo cerrado y aunque pudimos acercarnos hasta cerca de su fachada y el estupendo kiosco que hay al lado, no veíamos indicación alguna para poder acceder al interior. Luego confirmaríamos que actualmente se encuentra cerrado. Al igual que el museo de arte japonés, situado junto a este Pabellón Chino, y la Torre Japonesa. Parece ser que quieren restaurarlos y no se sabe cuándo. Yo en principio había pensado que estarían cerrados por ser domingo en la tarde ya que tampoco tienen aspecto de estar abandonados y eran numerosos los anuncios indicando la dirección del museo y la Torre Japonesa. Un camino conduce hasta una verja enfrente de la cual se puede ver la Torre Japonesa. Esta torre Leopoldo II la mando construir en 1901. Fueron manos belgas la que la construyeron, fue ensamblada sin clavos, según las técnicas tradicionales japonesas. La mayor parte de la decoración exterior si es originaria de Japón y algo de la decoración interior, que es combinada con decoración similar a la del Art Nouveau. Puertas, paneles de madera tallados, placas de cobre dorado… fueron encargados en Japón a unos artesanos de Yokohama. Los trabajos europeos corrieron a cargo de artistas parisinos. La torre es una pagoda estrecha con seis niveles de piso y de un color rojo brillante. Nos tuvimos que conformar con verla desde frente ya que por delante cruzaba la carretera de la Avenida J. Van Praet. El camino que nos había llevado hasta enfrente de la pagoda continuaba y por en medio de un bosquete muy agradable nos conduce hasta una zona poblada (aunque vagamente) en donde había una parada de tranvía, Araucaria. Desde allí en el tranvía 3 (dirección Gare de Midi), nos llevó de nuevo a la zona de Rogier. La lluvia, que nos había respetado en nuestra andadura por las estribaciones del parque de Laeken y en la visita al Pabellón Chino y Torre Japonesa, comenzó a arreciar de nuevo. Por ello tuvimos que olvidarnos de adentrarnos en el parque de Laeken para ver los invernaderos reales y la bonita Torre a Leopoldo II. Aunque estos Museos del Lejano Oriente se encuentren en zona lejana y permanezcan cerrados, creo que es bonito verlos aunque sea solo por fuera. En el tranvía 3 se puede llegar en poco tiempo y son más accesibles desde esta estación de Araucaria. Desde Rogier nos fuimos acercando al centro caminando. Nuestros pasos nos fueron llevando por algunas calles que habíamos recorrido en la mañana. Al entrar de nuevo en la Plaza de los Mártires vimos en la rue Sant Michel unas placas doradas en el pavimento. Como recuerdo de gente que vivió por allí y fue deportada a Auschwitz en la época nazi. Desembocamos en la rue Montagne aux Herbes Potagéres encontrándonos de sopetón con la cervecería a la Mort Subite. Más que una cerveza a mi me apetecía un chocolate caliente, pero no es cuestión de visitar Bruselas y no entrar en alguna de sus emblemáticas cervecerías. Y en Delirium Tremens no habíamos tenido éxito. Y quedé encantada a pesar de que apenas si me gusta la cerveza. Una diligente y experimentada camarera me trajo lo que yo podría saborear bien, una cerveza rubia y baja en graduación que tenía buen sabor. Mi marido se tomó una cerveza normal, marca de la casa. La fachada de esta cervecería no te atrae especialmente, si no conoces la fama de la misma. Su interior es otra cosa. Aunque se le notan los años (1910), es elegante, abundan el cristal, los dorados, la madera. Además de muchas clases de cerveza, no solo las de su marca, sirven aperitivos o “tapas” si quieres pedirlos. Va por vosotros: chicos, chicas del grupo West Coast, que me indicasteis las cervecerías y las mejores cervezas. La rue Montagne hace límite con una plaza que está casi toda rodeada por la rue Marché aux Herbes y creo que recibe el nombre de Place Marché aux Herbes o Place Agora. Tiene una forma extraña y suele ser sitio de paso. En el centro hay como un pequeño lugar ajardinado con una fuente en el centro sobre la que está sentada una estatua de Charles Buls. Estatua en bronce a la que acompaña también la estatua de su perro. Charles Buls, como ya comenté, fue un alcalde querido porque estaba bastante comprometido con mantener el patrimonio de la ciudad. Su padre era orfebre y vivía por esta zona. La plaza tiene un ambiente muy bonito y a la vez sosegado, pese a ser sitio de paso. La gente está tranquila sentada en los bancos viendo la vida pasar. O puedes encontrarte algún músico callejero animando el ambiente. A continuación de esta plaza hay otra de forma aún más extraña. Se trata de la Plaza España. Sorprende encontrarse en esta gran ciudad una plaza dedicada a nuestro país. En la misma hay un grupo escultórico sobre un pedestal representando a Don Quijote y Sancho Panza. En realidad se trata de una réplica exacta del mismo conjunto escultórico que hay erigido en la Plaza de España en Madrid. El grupo de Madrid fue una conmemoración de los 300 años de la muerte de Cervantes, en 1916, y su réplica en Bruselas fue erigida durante la presidencia de España de la Comunidad Europea en 1989. Cerrando la plaza hay otra estatua que nada tiene que ver con España ni con esta plaza, (que yo conozca). Es la escultura del músico húngaro Bela Bartock. Nos dirigimos al nuevo hotel, Alma Grand Place, para hacernos cargo de la habitación no sin antes pasarnos de nuevo por la Grand Place. Lo bien situado que está este hotel. Saliendo de la Grand Place por la rue des Chapeliers enseguida llegas a rue Marché aux Fromages, llena de encantadores restaurantes y con ambiente continuo. Al final de esta calle tan corta, en la esquina de la rue Eperonniers, se encuentra nuestro hotel. Si seguimos por la rue Eperonniers enseguida llegamos a la Place Marché aux Herbes. Si tuerces a la derecha un poquito antes de esta plaza, llegas a Carrefour de L’Europe y a la Estación Central. Cenamos en un restaurante cercano al Petit Delirium que también se encuentra en Marché aux Fromages. Después de la cena nos dimos nuestro correspondiente paseo por la Grand Place la cual cruzamos y salimos de ella por la rue au Beurre, pasando por la Maison du Roi d’Espagne, con vistas a la iglesia de San Nicolás y al edificio de la Bolsa. Rue Tabora y Rue Marchés aux Herbes. Calles todas con gran ambiente aún, pese a que ya va decayendo por las horas tardías. Estas callejas que rodean la Grand Place son un universo de vida casi mantenido. De la ciudad medieval no queda mucho ya que las bombas y el progreso se fueron encargando de quitarlas de en medio, pero el trazado de estas calles sigue siendo el mismo y el espíritu de antaño pervive conviviendo con el latido actual. Estamos en los límites de lo que se conoce como Îlot Sacre. Como una especie de rectángulo que engloba la zona y callejas entre la rue Marché aux Herbes y la rue d’Ecuyer, incluyendo a ambas calles. En esta especie de “isla” los edificios fueron profundamente restaurados en la década de 1950 a 1960. Las casonas de los siglos XVII o XVIII fueron recuperando su esplendor. En esta década Bruselas estaba centrada en la celebración de la Exposición Universal de 1958. Los planes de renovación y modernización se llevaron por delante edificios con siglos de historia para hacer calles y avenidas más anchas. En 1960 el alcalde decidió proteger algunas partes históricas de la ciudad que se salvaron de la modernización de la ciudad. Decidió crear manzanas o islas protegidas surgiendo de esta forma Îlot Sacre, que tiene estrictas normas urbanísticas y de conservación del patrimonio. Dentro de Îlot Sacre y haciendo límite en un costado de la zona, podemos admirar las Galerías Saint Hubert que ya conocemos. Como también conocemos la rue des Bouchers y la Petit rue des Bouchers. La rue des Bouchers es famosa por su gran cantidad y variedad de restaurantes. En la misma se encuentra el impasse de la Fidelité donde se encuentran los bares de Delirium Tremens y la Jeanneke Pis, que ya hemos visitado. En la rue Petit Bouchers hay un impasse más estrecho que ningún otro, casi que ni se distingue el callejón, el Impasse Shuddeveld por el que se puede acceder al Teatro Toone. Frente a este callejón había hace unos cincuenta años un café concierto llamado La Rose Noire. Por este café, y algún otro de los que abundaban por la zona, se comenzó a oír la voz de un joven Jacques Brel que se estaba abriendo camino con sus bellas canciones. Al teatro Toone se puede acceder por este estrecho callejón, pero su mejor entrada está en otro impasse de la rue Marché aux Herbes, el Impasse Ste. Petronille. El teatro Toone es un teatro de marionetas. Las marionetas en Bruselas se originan en los tiempos de Felipe II, el cual cerró todos los teatros de comedia para no ser criticado en las obras que representaban. En el barrio de Marolles entonces se comenzó a representar teatros con muñecos animados. El teatro Toone tiene bastante antigüedad pues se montó en este barrio de Marolles allá por 1830, el primer Toone. Más tarde se trasladaría a su situación actual en Îlot Sacre. Representan obras de literatura clásica, cuentos populares o pasajes de la historia de Bélgica, todo interpretado por marionetas. También tienen un bar decorado con marionetas en el que tomarse una buena cerveza, pues las tienen de diferentes marcas, así como un museo y un taller de fabricación de marionetas. Se llama Toone porque es un diminutivo de Antoine, el primer titiritero de este teatro. Se fueron sucediendo distintas generaciones de Toone y el que vemos ahora es el Toone VIII. Cuando pasamos por el teatro estaba ya cerrado porque era bastante tarde. Índice del Diario: NOS VAMOS A FLANDES. Seis días visitando Bruselas, Gante y Brujas
01: Porqué nos vamos a Flandes
02: COMENZAMOS POR LA GRAND PLACE
03: LOS PASOS DE UN FREE TOURS
04: DE LA CIUDAD ALTA A LA CIUDAD BAJA. LES MAROLLES. ORIGEN DE BRUSELAS
05: BARRIOS DEL CENTRO DE BRUSELAS
06: ATOMIUM. MUSEOS DEL LEJANO ORIENTE. MAS DEL CENTRO
07: BARRIO EUROPEO
08: COMUNA DE IXELLES. NOS DESPEDIMOS DE BRUSELAS
09: GANTE DE NOCHE
10: GANTE. SAN BAVON, EL CORDERO MISTICO, GERARDO EL DIABLO.
11: GANTE. EL PODER DE LOS BURGUESES: BELFORT. EL PODER COMUNAL: AYUNTAMIENTO
12: GANTE. DE IGLESIAS Y MUELLES
13: GANTE: CASTILLO DE LOS CONDES, MERCADO DE LOS VIERNES.
14: BRUJAS. PRIMEROS PASEOS. CAE LA NOCHE
15: DOS TORRES EN EL SKYLINE DE BRUJAS. HANS MEMLING
16: BRUJAS: BEATERIO, MINNEWATER, MUELLE DEL ROSARIO
17: BRUJAS. GROTE MARKT, BURG
18: CANALES DE BRUJAS Y CALLEJEO VESPERTINO. DONDE NACIO LA BOLSA.
19: ULTIMAS HORAS POR BRUJAS. DE PUERTAS Y MOLINOS.
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