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Volvíamos a levantarnos pronto, ya que la ruta de hoy lo requería. Como ya iba siendo costumbre, el desayuno seguía estando a la altura.
Hoy el día se había levantado muy frío ( 7º C) y con ligera lluvia. Pero no era impedimento y una vez terminamos con el desayuno nos pusimos de nuevo en ruta.
La ruta se presentaba muy intensa ya que nos íbamos al corazón de la Selva Negra.
Nuestro objetivo de la mañana era llegar hasta la famosas cataratas de Triberg, no sin antes pasar por Donaueschingen, para visitar el nacimiento del río Danubio, el cual nos debimos de despistar y no lo encontramos. Desde allí pasamos por Furtwagwen, Schonwald y finalmente las famosas cataratas.
Hago un inciso para comentar que la ruta seguía siendo igual de espectacular que el día anterior, por autenticas carreteras de montaña, llenas de continua vegetación, preciosas vistas, y pueblos de cuento. Además durante el camino, tanto el de ayer como el de hoy, te encontrabas lugares, donde había montados atracciones de recreo, en las cuales se podía practicar tanto deportes de riesgo como de montaña.
Volviendo de nuevo a las cataratas decir que son las más largas de país y que para visitarlas hay que pagar entrada. El sitio es una pasada vamos las fotos lo dicen todo. (Merece mucho la pena visitarlo)
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Estabas en un autentico y frondoso bosque.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Es un lugar bastante visitado por la gente, pero en ningún momento te sientes en absoluto agobiado.
Había cantidad de ardillas, que se acercaban a la gente les ofreciesen cacahuetes, los cuales se vendían en las taquillas de entrada del recinto.
Las cataratas se suelen visitar de arriba a abajo siguiendo el curso del agua, para llegar finalmente al pueblo de Triberg. Nosotros como teníamos el coche en el parking de entrada, preferimos volverlos por el parque, para bajar al pueblo con el coche y no tener luego que volver a subir.
Una vez en el pueblo de Triberg decidimos parar comer. En Triberg se notaba que por la afluencia de turismo se encontraba bastante preparado para ello, con infinidad de tiendas de souvenirs y restaurantes.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El restaurante no recuerdo como se llamaba pero comimos de maravilla, pedimos dos “palancanas” (parecían a eso mas que platos) de spaguettis con salsa bolognesa y yo que tenía el capricho me pedí un codillo asado que estaba… buff… de miedo.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Y para rematar, de postre, no podíamos perdonar la famosa tarta Selva Negra con lo que pedimos dos raciones para los tres. (No tengo foto ya que no me dío tiempo ni a sacar la cámara, cuando se había comido…,).
Todo esto con refrescos no llego a ¡¡¡¡ 29 € !!!. Así que con tan buen precio y servicio pedimos hacernos una foto con la dueña.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después de disfrutar de tan deliciosa comida decidimos dar un paseo por el pueblo para rebajar calorias (ya que a la llegada se había puesto a llover y no pudimos verlo).
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Y como no ir a visitar el reloj de cuco mas grande del mundo. El cual no pasamos dentro y los vimos desde fuera.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Habíamos pasado parte del día y de la tarde por Triberg, así que decidimos seguir con la ruta e ir en dirección a Gutach, pasando antes por Hamberg. Gutach es uno de los pueblos mas bonitos de la zona con sus casas de entramado de madera pero con un toque diferente a las ya vistas por la Alsacia. A su vez es uno de los pueblos preferidos como campo base para la visita de toda la Selva Negra teniendo gran cantidad de lugares para alojarse.
(Una de las cosas que pudimos observar, fue que había muchísimas casas por toda la Selva en las que te alquilan habitaciones, con lo que la oferta de hospedaje es grandísima).
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Estando en Gutach se puso a llover (y ya no paro) con lo que decidimos ir de camino al hotel, pero esta vez pasando por Waldkirch (famoso pueblo por su licor de cereza mas conocido como Kirch), Glottertal, St Peter y St. Margen (pequeños y bonitos pueblecitos), Neustadt donde paramos para tomar un helado y finalmente nuestro “casa”.
El día había sido bastante largo y aprovechado. Hoy no nos quedaban fuerzas para mucho mas, eso si un bañito en la piscina no lo íbamos a perdonar, pero salir otra vez por la noche como que no.
Mañana era nuestro ultimo día en la Selva y de vacaciones, se habían pasado los días, con lo que la nostalgia empezada a aparecer.
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