Hoy era nuestro ultimo día en Praga (...si algunos me diréis que poco tiempo para visitarla y lo reconozco, pero el viaje por Europa era una “degustación” de lugares, para en un futuro volver de una forma mas entretenida) y queríamos aprovecharlo, con lo que nos levantamos bien pronto para ponernos en marcha, no si antes haber desayunado nuestro rico y variado buffet.
El día volvía a “sonreírnos” ya que hacía sol y presentíamos que volvería a hacer mucho calor.
Hoy nos tocaba la zona del palacio real mas conocida como el Castillo de Praga y el barrio judío. Volvimos a coger el metro y en 20 minutos estábamos de nuevo en el centro de Praga.
Por la información que teníamos había la posibilidad de poder ir a la zona del palacio real en tranvía, evitando así un largo camino, pero habíamos disfrutado y nos había gustado tanto la zona del Stare Mesto, el puente Carlos y de Mala Strana, que decidimos ir a la zona del Castillo a pie, paseando por ambos barrios, pues si bien no hacía ni 24 horas que habíamos pasado por allí, volvíamos a asombrarnos de nuevo.
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El Castillo de Praga es un recinto bastante grande en el que se encuentran notables edificios de interés en su interior, como son la catedral de San Vito, el antiguo y el actual palacio real, la Basílica de San Jorge y su templo, el callejón de oro, los jardines del castillo y otros palacios de interés. Desde el lugar en el que se encuentra el Castillo había unas vistas magnificas de toda la ciudad
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La entrada al recinto como la de la catedral son gratuitos, no así el resto de edificios, que para visitarlos había que sacar la correspondiente entrada. Dicha entrada si no recuerdo mal, tenía distintas opciones de visita a elegir en cuanto a los lugares de interés, así como de poderse utilizar un segundo día,( sin costo alguno) pudiendo si era necesario, sacar la entrada para varios días mas, pero con su correspondiente pago.
Cuando llegamos, tuvimos la suerte de pillar el cambio de guardia, con lo que aprovechamos para verlo.
Al igual que el resto de Praga la zona del Castillo también estaba llena de turistas, con lo que la cola para visitar la catedral, al ser esta gratuita, era bastante larga. Después de conseguir visitarla, nos dirigimos a ver la Basílica de San jorge y su templo, el antiguo palacio real, el callejón de oro, con sus “mini” tiendas, su “museo” de armas y armaduras de guerra...,y finalmente sus jardines.
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Aquí aprovechamos para comer, unos bocatas que nos habíamos preparado por la mañana, (compramos el día anterior en el C.C) ya que, si queríamos aprovechar el día, hoy no podíamos entretenernos (pues somos de los que nos gusta mucho hacer la sobremesa) en un restaurante a comer (ya lo haríamos en la cena). Así que después de meternos entre “pecho y espalda” una buena “flauta” de bocadillo, continuamos de camino al barrio judío, mas conocido como, Josefov. *** Imagen borrada de Tinypic ***
En el barrio judío, al igual que en la zona del Castillo, también tenían las entradas con la opción de distintos lugares a visitar,(lógicamente también varía el precio), nosotros elegimos la entrada que disponía de la visita de varias sinagogas junto con el cementerio judío. Las entradas se podian sacar en las distintas sinagogas.
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La visita nos resulto muy interesante por la cantidad de objetos y utensilios religiosos que se encontraban en su interior, la documentación, objetos y fotografías de personas que perecieron durante la 2ª guerra Mundial, la belleza en general de todas ellas y en particular de la sinagoga española..., y como no del paseo por el cementerio judío.*** Imagen borrada de Tinypic ***
Agobiados y agotados por el calor que había hecho durante todo el día, una vez terminamos de visitar el barrio judío, decidimos coger energías, tomando una deliciosa cervecita en una de las famosas cervecerías de Praga.
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Ya de camino a la parada de metro, para irnos por fin a descansar al hotel, no contentos con el “refrigerio” que nos habíamos tomado y como “homenaje final” nos dimos un refrescante baño (solo hasta las rodillas) junto a otras personas que ya se encontraban dentro, en una fuente que había junto a la parada. La diversión estuvo asegurada.
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El día acababa y de nuestras mentes seguían “brotando” las imágenes, emociones y sensaciones vividas a lo largo de estos dos días, de una ciudad única como lo es Praga.