Hoy toca el ultimo madrugón, tenemos sacados los tickets para visitar La prisión de Alcatraz, a las 10:00. Contando que hay que estar 45 min antes y que es hora punta de entrada a San Francisco, nos toca levantarnos a las 7.
Cuando llegamos al embarcadero hay una cola tremenda, pero lo tienen bien organizado, y cada cola es para un barco. A la hora prevista zarpamos hacia la roca.

Lo primero cuando bajas te dan una charla sobre la historia de la prisión. Como nuestro inglés no da para mucho, nos saltamos esta charla y nos vamos derechos a la entrada, para recoger la audio-guía y no sufrir la aglomeración de gente que se monta cuando terminan de dar la charla.
La visita está perfectamente organizada, y la audio-guía te va explicando de una manera muy amena toda la historia y curiosidades de la prisión. Salimos todos impresionados, por suerte era la primera prisión que visitábamos.
La visita se hace libremente, y tienes todo el tiempo para realizarla. Cuando te cansas coges el primer barco de regreso que haya y así finalizas la visita.
Nos dirigimos andando a la fábrica de Chocolates de Ghirardelly, con la intención de darnos un homenaje a base de helado. No sin antes comernos una hamburguesa en Lori’s. La tarde la pasamos paseando y disfrutando de esta ciudad, que nos parece totalmente encantadora.

Cuando empezó a anochecer de vuelta al hotel, nos embarga a todos, una cierta tristeza, esto se acaba. En el hotel, la tarea casi imposible de cuadrar los pesos de las maletas, y eso que, en Los Ángeles, compramos una maleta. Para cenar, nos fuimos a uno de los centros comerciales próximos, y mal cenamos en uno de los restaurantes de comida rápida que encontramos. Si algo nos quita la sensación de tristeza de irnos, es el saber que mi madre nos estará esperando con un cocido y una buena tortilla de Patata.
Como el avión lo tenemos a las 20:00, decidimos pasar la mañana otra vez en San Francisco. En el hotel nos guardan las maletas hasta las 16:00.
San Francisco es una ciudad que tiene un microclima que hace que la mayor parte de los días este nublado, o con niebla y con una temperatura bastante fresca. Pero ese día amaneció soleado y con una temperatura más que agradable. Así que volvemos a la zona de Market Street y aparcamos en una de los muchos parkings que hay. Desde allí vamos andando hasta la famosa cuesta de Lombard Street, hay un largo paseo, unos 40 min, más o menos, pero la zona es muy agradable de pasear (excepto por las cuestas). De aquí hasta Fishermans Wharf. Y para volver un Uber. En el aeropuerto entregamos el coche con 4500 millas realizadas, 7200 km. Aunque sea una exageración de km, la verdad, es que no resultaron muy cansados de hacer.

Al facturar las maletas nos dio que una maleta iba pasada de peso en 3kg. Por lo que nos tocó repartir los 3 kg entre las mochilas que llevábamos. A partir de aquí un largo viaje sin ninguna complicación.
Conclusión: Es la segunda vez que viajo a Estados Unidos de turismo con mi familia, las dos veces a la Costa Oeste. El anterior viaje pensamos que habíamos hecho un viaje insuperable, no en cuanto a viaje en sí, si no, en sensaciones, experiencias positivas, etc. Pero este viaje lo ha superado con creces, en todos los aspectos.