La etapa de hoy era una de esas etapas de muchos kilómetros y poco que ver, por la Laponia finlandesa. Mentira, resultó una etapa preciosa, no solo por la visita a Papa Noel en Rovaniemi desde donde puedes enviar una carta a un niño o no tan niño que llegará en navidad,


sino por la cantidad de bellos paisajes que pudimos disfrutar en el trayecto. La tundra del norte dio paso a grandes bosques e infinidad de lagos. Nada más pasar por uno nos encontrábamos con otro igual o más bonito.
Que pena no haber podido hacer este recorrido en 4 ó 5 días.
A final de la tarde llegamos a una pequeña población llamada Kempele donde habíamos reservado el hotel.
Mañana Helsinki