A medida que avanzábamos hacía el sur todo iba cambiando, seguíamos atravesando grandes bosques y lagos pero cada vez íbamos teniendo más tráfico y mejores carreteras. Había hasta tramos de autovía que no habíamos visto desde Dinamarca.
A mediodía estábamos en Helsinki, comida rápida y al centro de información turística donde amablemente nos dicen que puede verse en una tarde. Casi todos los monumentos importantes están muy cerca y puedes verlos sin problemas. Otro de los grandes tesoros de la ciudad son las islas que hay en los alrededores y eso no tenemos más remedio que dejarlo para otra ocasión.




Hace un día buenísimo, incluso con calor por lo que se hace muy apetecible un helado pero cuidado con las gaviotas que en cuanto te descuídes te quedas sin helado.

Ya es tarde, nos quedamos con el hecho de haber tenido tiempo para ver todo lo importante pero con la sensación de que nos han faltado muchas cosas que ver en Finlandia.
Mañana hay que madrugar, el ferri a Tallinn sale temprano y hay que estar en el muelle mucho antes de que parta.