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Tailandia es un destino muy frecuentado y bastante habitual para los turistas europeos, sobre todo para iniciarse por libre en los viajes a países del sudeste asiático. Es un lugar muy, muy completo de cultura y naturaleza: encontraréis templos, palacios, ruinas, montaña, selva, playas increíbles, parques naturales, formaciones kársticas espectaculares, buen snorkel, actividades de aventura varias, una gastronomía de cinco estrellas y, a todo esto, un país bien preparado para ser recorrido por vuestra cuenta sin demasiada complicación.
Su enfoque al turismo permite llevarlo todo organizado desde casa o bien ir improvisando sobre la marcha, y encontraréis muchísima oferta de alojamiento de todo tipo. Sin duda, es un destino muy recomendable, tanto es así que en este diario detallo ya nuestro segundo viaje, cuando no hemos repetido ninguno de los otros "grandes" todavía. Lo económico que resulta viajar a Tailandia y lo mucho que ofrece tan maravilloso lugar tiene la culpa.
A modo de resumen os dejo un pequeño listado de lo que ha sido para mí lo mejor del norte de Tailandia (siempre teniendo en cuenta que me ceñiré a este segundo viaje, pero también conocemos otras zonas):
1) Las zonas del norte más rurales y alejadas que todavía conservan su autenticidad. Sin duda Mae Hong Son fue la estrella y la sorpresa del viaje, no esperaba que me gustase tanto. De nuevo, esto va a gustos, pero a mí ese pueblecito entre montañas, en la frontera con Myanmar, me enamoró. Su bonito lago y sus templos, su tranquilo ritmo diario, sus gentes, su precioso entorno con cascadas, selva y campos... todo. Además, la guinda del pastel fue poder disfrutar del especial fin de año que vivimos allí, otra cosa que no esperaba. Me sorprendió muy positivamente y me sentí muy libre y en paz en ese lugar.
2) Naturaleza en Pai: pese a ser mucho más turístico que Mae Hong Son, el entorno de Pai también es espectacular. Las cuevas de Tham Lod son de las más impresionantes que hemos visitado, y la zona más cercana al pueblo, con sus arrozales, selva, cascadas, manantiales y el cañón de Pai también vale muchísimo la pena. Nosotros lo visitamos en tour organizado, pero es fácil hacerlo por libre. Lo que no me entusiasmó fue el ambiente a tope de turistas de Pai en sí, pero es lógico teniendo en cuenta que ofrece gran variedad de alojamiento económico, está bien comunicado con Chiang Mai y se ha puesto de moda (además, fuimos en su temporada más alta).
3) Chiang Mai y sus templos: con razón la ciudad es conocida como la Rosa del Norte, ya que es una maravilla. Pese a ser la segunda ciudad de Tailandia tras Bangkok, realmente no tiene nada que ver. Por lo menos la zona de la ciudad antigua y cercanías, que no dejan de ser como un pueblo muy grande. Sus preciosos templos, a cual más bonito, y el cercano Doi Suthep, junto con las múltiples actividades que ofrece la ciudad (cursos de cocina, masajes, trekkings...) hacen de Chiang Mai un destino ineludible en cualquier ruta por el norte de Tailandia. Imprescindibles de la ciudad: Wat Doi Suthep, Wat Phra Sing, Wat Chedi Luang y Wat Phan Tao, en cuanto a templos, y no hay que perderse tampoco los mercadillos varios (mención especial para Warorot Market).
4) Lamphun: otro sitio poco habitual en los itinerarios clásicos y que también merece una visita. Está muy cerquita de Chiang Mai, pero la atmósfera de autenticidad que se disfruta vale la pena y es fácil llegar hasta allí en transporte público o contratando a un conductor que os lleve. En su mercado encontraréis la ropa que visten ellos, no los típicos pantalones y camisetas fabricados expresamente para guiris. La artesanía y otros productos que se venden también son muy locales y nada enfocados al turismo (vimos a 4 farangs contados).
5) La comida tailandesa: de un estilo algo distinto a la de otras zonas del país, el norte ofrece una gastronomía muy interesante y que vale la pena degustar. Además, en el norte también se puede disfrutar de la cocina birmana (o de su influencia en algunos platos) debido a la proximidad de la frontera con Myanmar. Otra cosa a destacar son los mercadillos de comida callejera, una cosa que nos gusta mucho y que aprovechamos al máximo en este viaje, tanto en Mae Hong Son, Pai y Chiang Mai, como la noche final en Bangkok. Mencionar que no hemos tenido problemas de ningún tipo con la comida de la calle en ninguno de los dos viajes.
6) Los elefantes de Elephant Nature Park: pese a mis reservas hacia este tipo de actividades, debo reconocer que fue un gran día. Es muy emocionante estar en contacto con los elefantes y contribuir a que tengan una vida mejor, lejos de maltratos y servidumbres (aunque lo ideal sería que vivieran en libertad, pero lamentablemente eso no es posible).
7) La gente: salvo excepciones neutrales (ni siquiera encontramos el clásico rancio universal que te encuentras en todos lados
), en el norte de Tailandia nos encontramos con gente amable y muy generosa, sin intentos de "timo" ni nada que se le parezca. Desde dejarnos probar comida gratis hasta devolvernos un billete de 5 dólares que habíamos entregado por error en lugar de 5 bath (son muy parecidos), error que ni hubiésemos notado si no nos avisan. Pasando por los propietarios de los alojamientos donde estuvimos, que nos acercaron a la estación de bus gratis (o nos pagaron el taxi en el caso del Oasis Pai Resort) o nos ofrecieron compartir su cena o algo de fruta. Incluso la chica que me apalizó el día del masaje fue amable, estaba todo el rato riendo, quiero pensar que conmigo y no de mí (de ahí lo del país de las sonrisas, supongo). Los más serios y apocados como mucho iban a lo suyo, pero es que es lo normal, no podemos esperar que todo el mundo esté siempre a nuestra disposición. Hay que decir que tuvimos suerte incluso en Bangkok, ya que ningún problema con el tema taxímetros ni nada parecido.8) El precio: un viaje a Tailandia puede salir realmente económico si se eligen los alojamientos BBB más sencillos y se come en restaurantes locales o puestecillos callejeros. Sí que notamos que en cuanto a comida y alojamiento el norte es más barato que la zona de playas, como es de esperar, por supuesto. Los desplazamientos también son económicos: tanto por carretera como tomar vuelos internos sale muy económico. En nuestro caso lo único caro fue el vuelo internacional, para todo lo demás gastamos unos 300 euros por cabeza las dos semanas, todo.
Y ahora la otra cara de la moneda, lo que menos nos ha gustado (por decirlo de alguna manera, ya que el viaje fue prácticamente de diez):
1) El precio de los vuelos en Navidad: a pesar de que volar Bangkok es de lo más barato en cuanto a punto de entrada al sudeste asiático, en fechas navideñas el precio se dispara y no tiene nada que ver con las tarifas que pueden encontrarse en otras épocas, incluso en Agosto. Sin embargo, mirado con tiempo (aunque te tachen de loca
) y contando con que luego se compensa con lo barata que sale la vida allí, vale la pena lanzarse.2) Es un destino lejano: el viaje hasta allí son unas 16 o 17 horas (con escalas cortas pero razonables). Por tanto, si disponemos de solo dos semanas de vacaciones, como fue nuestro caso, nos quedan 12 días efectivos en destino. Personalmente lo encuentro un tiempo algo escaso para un desplazamiento de tantas horas, me gusta amortizar más los vuelos largos y dedicar más días al sitio, pero no pudimos rascar más.
3) La impuntualidad de algunos tipos de transporte público: aunque ya nos temíamos algo parecido, el traslado Pai-Chiang Mai salió con 45 minutos de retraso y además encontramos atascos al llegar a la ciudad, con lo cual se alargó más de lo esperado. Esto es una cosa bastante habitual en Tailandia en según qué opciones de transporte público, el país de momento funciona así (el BTS y el Airport Rail Link funcionan muy bien, en nuestra experiencia). Sabiéndolo, no tiene porqué ser un factor demasiado estresante, pero lo dicho: id concienciados de que no encontraréis puntualidad británica. Por contra, los pocos taxis que encargamos sí que estuvieron siempre antes de hora en la puerta del hotel.
4) El tema de los maltratos a animales y su uso en espectáculos: esto ya es algo muy personal, pero como amante de los animales, ejemplos como las condiciones en las que tienen a los tigres del Tiger Kindom de Chiang Mai, o los maltratos a los que son sometidos los elefantes para domesticarlos, son cosas que me superan. Éste es un tema que todavía dista mucho de estar bien regulado y es una verdadera lástima (aunque por supuesto, en nuestro país tampoco estamos muy allá). Todavía hay mucho negocio montado con los elefantes que pasean a turistas por la selva, y como es una actividad demandada, este tipo de campamentos son favorecidos por el gobierno, que cobran elevadas tasas. También había leído de monos en cautividad utilizados en espectáculos callejeros, pero esto no lo vimos en persona.
5) El tiempo: a pesar de no estar en época de monzón, la mayoría de días, el sol brilló por su ausencia y llovió bastantes ratos. Es una pena en cuanto a que las fotos quedan deslucidas, pero fue una suerte de cara a no pasar calor y poder estar todo el día caminando sin agotarnos por las elevadas temperaturas. No hay mal que por bien no venga, pero un poquito más de sol se hubiera agradecido.
¿Qué cambiaría de nuestro itinerario a posteriori? Posiblemente añadiría algún día más en Pai, para alquilar motos y recorrer la zona a nuestro aire, aunque tampoco lo veo como un imprescindible. El día que regresamos a Bangkok, igual hubiera podido reservar el vuelo algo más tarde y durante la mañana hacer algún cursillo de cocina (suelen acabar sobre las 14 y nos era muy justo). Hay mucha frecuencia de vuelos Chiang Mai-Bangkok, así que seguro que hubiéramos tenido esa alternativa. Como no somos muy cocinillas, tampoco nos importó ni lo teníamos pensado antes de ir, fue una vez allí que vimos que hubiera podido ser una buena opción para pasar una mañana larga.
Otra cosa importante que modificaría es, en caso de estar interesados solo en el norte, intentar volar directamente a Chiang Mai, pero si en su momento no lo hicimos fue porque había mala escala o la diferencia de precios era significativa. Como Bangkok nos gusta, no importa repetir
.Y poco más puedo decir, espero que este diario resulte útil a los futuros viajeros y consiga transmitir un poquito lo mucho que disfrutamos en el norte de este bonito país que es Tailandia, al cuál uno no se cansaría nunca de volver
.
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