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Superada la experiencia con el Wendigo gran jefe indio, íbamos a dedicar este día, el único en realidad que íbamos a pasar completo en Las Vegas, a la exploración de algunos de los lugares absurdos que pueden encontrarse en la ciudad del juego, muchos de ellos grandes casinos temáticos caracterizados con su propio rollo… algunos más nuevos, otros legendarios ya y testigos de la fama del Rat Pack en el desaparecido The Sands, pero únicos e inimitables a su manera.
Queda de antaño, de cuando el último grito en atracciones en los años 50 era presenciar desde Las Vegas explosiones nucleares en el horizonte del campo de pruebas de Nevada a apenas 100 km al norte de la ciudad, el encanto de los pequeños casinos originales en las primigenias calles de Las Vegas, edificios bajos con sus adornos y grandes letreros vintage de la calle Fremont, cuya visita se disfruta más en la noche y sus luces.
Es por ello que finalmente, he decidido dividir esta jornada en Las Vegas, en día y noche, pues al fin y al cabo el cambio es como el de la noche al día, de la luz del día… a la luz de Las Vegas. Así que serán tres posts en total los dedicados a esta anomalía en el desierto sin igual.
La ruta sigue el Strip de Las Vegas, una sección de aproximadamente 6,4 km de calle que la convierte en una de las avenidas más filmadas y fotografiadas de los Estados Unidos, y probablemente la tercera avenida más famosa del país tras el paseo de la fama de Los Ángeles y la Quinta Avenida de Nueva York.
Los hoteles y casinos más grandes de Las Vegas, y de hecho 18 de los 25 mayores hoteles del mundo, se encuentran en el Strip de Las Vegas. Los casinos comentados son los que se pueden encontrar siguiendo el Strip en dirección a la calle Fremont, lugar en donde se encuentran los casinos más antiguos cerca de la torre Stratosphere.
Saliendo del casino Planet Hollywood en donde teníamos nuestra residencia y dejando abajo el Luxor con su pirámide con esfinge incluída, nos encontramos de frente con el Hotel New York, una reproducción del skyline de Nueva York con su propia estatua de la libertad y una montaña rusa entre los edificios de pega.
Empezando nuestro avance por el Strip, el primero de los grandes hoteles que llama la atención por su reproducción de la Torre Eiffel, entre otros monumentos, es el hotel de París. Con arquitectura de gran edificio parisino del siglo XIX y rodeado de monumentos como la propia torre o el arco de triunfo reproducidos a escala, su interior reproduce supuestamente pintorescas calles de París bajo un cielo de atardecer con algunas nubes.
En su interior, entre farolas que emulan la decoración de las calles parisinas, se intercalan las tragaperras con las mesas de blackjack y ruleta, con un incansable público siempre al pie de las tragaperras gastando las monedas de sus cubos.
Al lado opuesto de la calle, el Bellagio, es uno de los hoteles más nuevos, construido sobre el solar en el que se alzaba el mítico The Dunes, uno de los casinos más famosos de la antigua Las Vegas. El Bellagio es un hotel de gran lujo inspirado en el resort del Lago de Como en Italia y es famoso por su elegancia y lago artificial sobre el que se ejecuta el espectáculo de sus fuentes bailarinas.
En su interior, se pueden ver multitud de figuras de cooridos cristales ornamentales, así como gran cantidad de flores alrededor de otras atracciones en el propio interior del hotel, como una pequeña noria o un tiovivo.
Siguiendo avenida hacia arriba, se llega a uno de los míticos casinos de los viejos tiempos de Las Vegas, el Flamingo, en donde se rodó la versión original de “Ocean’s Eleven” (la nueva se rodó en el Bellagio) entre otras películas, como la también recordable “Viva Las Vegas”.
Como en todos, el casino de las aves rosas está a rebosar de máquinas tragaperras y parroquianos insomnes. Siguiendo nuestra ruta por el Strip hacia la calle Fremont, llegamos a otro de los veteranos, el Harrah’s, enfrente del más nuevo e imponente edificio del hotel casino Mirage.
Junto a Harrah’s, encontramos también el Casino Royale, aunque nada tenga que ver con James Bond, siendo este más bien un casino conocido por los bajos presupuestos, pues pueden hacerse apuestas a los dados desde 50 centavos… un lugar con límites bajos en donde jugar por diversión.
A continuación llegamos al complejo hotelero más grande del mundo, un lujoso resort de hotel y casino con tema veneciano llamado precisamente The Venetian, con un total de más de 7.000 habitaciones, centro comercial, restaurante… ¡y hasta góndolas navegando por sus canales artificiales!
Aquí paramos para tomar la comida en uno de sus restaurantes al pie de su particular Gran Canal veneciano mientras veíamos las góndolas pasar… toda una alucinación lisérgica de banquete.
Algunos casinos por dentro
Tras comer, ya que por la noche nos habíamos propuesto visitar la zona de la calle Fremont y la Torre Stratosphere, nos unimos a un tour voluntario medio organizado con el que se podía entrar a un par de los hoteles más lujosos para ver por dentro los diferentes despropósitos temáticos a los que estaba dedicado cada hotel antes de ir a ver los espectáculos callejeros de cada hotel, de los que hablaré en el siguiente post.
En concreto, la visita nos permitió ver por dentro el Bellagio, del cual ya hemos hablado, y del cual se pueden ver algunas decoraciones de sus lujosos interiores con figuras de coloridos cristales.
Y el otro fue el Caesar’s Palace, de temática imperial romana (ahí es nada), famoso por sus veladas de combates de
de leyendas como Cassius Clay, en el cual entre decoraciones romanas puede encontrarse su estatua.
Ya de noche, nos dirigimos de nuevo al Strip a deleitarnos con los bizarros espectáculos, atracciones, o no sé cómo llamarlas, callejeras, de algunos de los hoteles más llamativos, pero eso lo veremos en el próximo post, dedicado a la noche de Las Vegas.
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