![]() ![]() 03 San Francisco ✏️ Diarios de Viajes de USA
Nos levantamos temprano y cogimos el bus 28 con destino al Golden Gate, dónde llegamos sobre las 8 y poco de la mañana. La idea era hacer una visita rápida porque teníamos claro que no tendríamos demasiado tiempo como para recorrerlo ya que nos...![]() Diario: Costa Oeste de Estados Unidos - Agosto 2018⭐ Puntos: 4.7 (3 Votos) Etapas: 16 Localización:![]() Nos levantamos temprano y cogimos el bus 28 con destino al Golden Gate, dónde llegamos sobre las 8 y poco de la mañana. La idea era hacer una visita rápida porque teníamos claro que no tendríamos demasiado tiempo como para recorrerlo ya que nos parecía más interesante visitar el Golden Gate Park empezando por el Japanese Tea Garden, que permite acceder gratuitamente algunos días entre semana si se llega antes de las 10h. Así que nos tomamos un desayuno de café (hot chocolate para el niño) con un donut y nos dispusimos a admirar y fotografiar la majestuosidad de ese gran puente. Junto al centro de visitantes existen diferentes paneles, maquetas e incluso un corte transversal de los cables que soportan el puente, formados a su vez por centenares de cables más pequeños. Es muy agradable descubrir la historia y el proceso de construcción, así como comprender la gran obra de ingeniería que se hizo para poder construir el puente. Tuvimos un día que se levantó algo nublado y una ligera niebla cubría la parte superior del puente, pero perjudicó más a las fotos que al disfrute de la vista dónde también se podía ver el islote dónde estaba la famosa prisión de Alcatraz. Tras pasear una media hora por la zona nos dirigimos al centro de visitantes y en la tienda compramos ya el America the Beautiful Pass, que por 80$ permite el acceso durante un año a partir de la compra a los parques nacionales de los EEUU (el precio es por vehículo). De esta forma cuando llegáramos al primer parque ya dispondríamos de él. El pase se vende, además de en los parques, en lugares como éste que son elementos turísticos de interés nacional (hay un amplio listado de puntos de venta en la web que informa sobre este pase anual). Recordad que sin el pase anual hay que pagar una entrada a cada parque y que sale a cuenta con que hagas 3 o más parques nacionales como Yosemite, Sequoia NP o el Grand Canyon. Dejamos el Golden Gate para irnos al parque con el mismo nombre al que llegábamos con el mismo autobús 28, pero no nos dimos cuenta y lo cogimos en dirección contraria porque en la parada del Golden Gate paran en el mismo lugar los buses que van en direcciones diferentes. Cuando nos dimos cuenta del error bajamos y cambiamos de dirección, pero el siguiente autobús tardo un poco y ya no llegamos al Japanese Tea Garden antes de las 10h como estaba previsto, por lo que acabamos pagando la entrada que, pese a no ser extremadamente cara para lo que es el país (9$ adultos y 6 los niños), todo eso que nos habríamos ahorrado... snif. El Japanese Tea Garden es precioso y totalmente recomendable. Sales con la sensación de haber visto algo muy bello. Pequeñas construcciones al estilo japonés, cascadas, riachuelos y obviamente no podrían faltar plantas cuidadas, jardín zen... un remanso de paz a pesar de la gente que como nosotros lo estaba visitando. Un gran acierto hacer esta visita que nos encantó. A pesar de no ser muy grande en extensión, estuvimos más de una hora paseando y tirando fotos. Tras abandonar el jardín japonés, empezamos a caminar hacia el noroeste del parque. El objetivo era llegar a la zona dónde están los bisontes (Bison Paddock) y llegar hasta la playa de Ocean Beach en el extremo occidental del parque. Muy recomendable si se tiene tiempo, porque la gracia es pasear con calma. Los fines de semana hay un bus que va por el parque haciendo paradas, pero al ser laborable nosotros lo hicimos caminando en un largo pero agradable paseo rodeados de vegetación y lagos artificiales, con gran cantidad de aves y disfrutando al máximo de la naturaleza. La explanada dónde están los bisontes no sería lo más destacable del paseo, pero puedes ver a los animales, aunque algo de lejos. Al final del parque hay un molino de viento (el Dutch Windmill) y llegamos a una playa casi desierta desde dónde ver el Pacífico. Estábamos cansados después de la caminata, así que cogimos un bus con destino al barrio hippie, Haight-Ashbury. Allí empezamos otro paseo viendo las bonitas casas de San Francisco en un ambiente bohemio y más hipster que hippie, pero aun así encontramos unos cuantos hippies auténticos. Comimos una pizza en un pequeño establecimiento y seguimos nuestra visita. Destacan la gran cantidad de lugares para tomar algo y sobretodo las tiendas, algunas de ellas muy curiosas, como The Love of Ganesha que ofrece un montón de cosas para los amantes de la ropa hippie, minerales, inciensos y todo tipo de figuras budistas. Existe incluso un lugar en la tienda dónde poder meditar. Mi mujer, que le encanta todo el tema de la meditación, disfrutó de lo lindo e incluso entro unos minutos a hacer una corta meditación. Seguimos paseando y nos dirigimos a Alamo Square, una plaza sobre el mapa pero un montículo en la realidad, dónde tras una dura subida alcanzamos el punto dónde se disfruta de la mejor vista de las conocidas Painted Ladies, con los edificios del downtown de San Francisco de fondo. Tumbados en el césped nos dedicamos a descansar disfrutando de la vista mientras grupos de gente tomaban algo e incluso cantaban animadamente con el acompañamiento de una guitarra. Tras descansar un rato cogimos un Uber dirección a Castro. Nos salía casi más a cuenta coger este transporte que pagar los tres billetes de bus, además de ahorrar algo de tiempo. Una vez en Castro, el distrito gay por excelencia de San Francisco y seguramente el barrio gay más conocido del mundo, paseamos por Castro St. dónde se alternan un montón de lugares dónde comer o tomar algo, con negocios más tradicionales y otros dirigidos exclusivamente al público homosexual, algunos de ellos con mucho látex y mucho cuero, ya me entendéis. De allí fuimos hasta Mission District. Queríamos ir al Mission San Francisco, el origen de la ciudad, pero como fuimos cortando por otras calles nos quedó ya demasiado lejos y como tampoco nos apasionan los edificios religiosos, lo tachamos de nuestros objetivos. Entre lo más destacado está la Women's Buiding, un edificio que alberga asociaciones que luchan por los derechos y la educación de las mujeres con unos interesantes murales con mucho simbolismo. Cogimos un bus para no caminar tanto porque queríamos ver los murales que hay en el callejón de Balmy Alley St. Al bajar del bus, a unas pocas calles del callejón, observamos que la mayor parte de la gente era de origen sudamericano, por lo que descubrimos que esta zona es básicamente latina. Mientras caminábamos por la 24th street observamos como cada pocos metros había banderas de los diferentes países hispanos de América: Argentina, Bolivia, Ecuador... Balmy Alley St me decepcionó un poco, aunque a mi mujer le gusto bastante. Son murales que hablan de los derechos de los latinos, pero para mi sin mucho interés artístico aunque sí humano. De allí fuimos a buscar un bus y, con un transbordo por en medio, llegamos al hotel agotados. Esa noche tocó ir a comprar comida cerca del hotel y cenamos en la habitación. No lo acertamos mucho, porque la compra de burritos y tacos en un pequeño restaurante take away del hotel no resulto ser una buena idea... eran bastante mediocres por no decir malos. Después de cenar, con Pancho Villa dando tiros por nuestros intestinos, nos fuimos a dormir muy cansados. Casi 18km en las piernas, según mi reloj que le da por contar estas cosas, eran motivo suficiente. Índice del Diario: Costa Oeste de Estados Unidos - Agosto 2018
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