Después de una noche sin sorpresas aparcados en el Safeway de Homer, a las 7:30 estábamos ya ansiosos en la oficina de Smokey Bay Air para ver si podíamos volar o no. Parecía que la cosa iba bien así que pagamos lo que nos faltaba (habían cogido un depósito del 30% al reservar) y nos enfundamos en las botas de gomas de pescador que nos proporcionaban (que ya nos habíamos probado y dejado preparadas el día anterior), cogimos algunos snacks y una botella de agua (incluidos en el precio), y nos montamos en nuestra avionetilla. Éramos en total 7 personas en dos avionetas (los 4 que habíamos cancelado el día anterior, y otros 3 que estaban reservados ese día) más los dos pilotos y el guía. Tuvimos suerte de que pudieran acoplarnos al día siguiente porque si llegan a tener más gente reservada nos hubiéramos quedado sin hueco. No hacía un tiempo de postal, pero al menos pudimos volar. Eso sí, lo del vuelo escénico con paisajes nevados y volcánicos que algunos afortunados pueden disfrutar se quedó para otro día porque no vimos absolutamente nada desde el aire. Pero tampoco me iba a quejar, que ya habíamos disfrutado de un vuelo memorable en McCarthy.
A las 8 despegamos con rumbo a Chinitna Bay, en Lake Clark National Park, uno de los mejores sitios para ver osos grizzlies en junio. En esa época aún no ha llegado el salmón, y los osos se alimentan de sedge grass (que en realidad no es una hierba aunque lo parezca, y tiene hasta un 25% de proteína) y almejas que escarban en la playa cuando baja la marea. El vuelo duró aproximadamente una hora, y como ya digo estaba muy nublado y no pudimos disfrutar del paisaje. Al menos no llovía, y yo con eso me conformaba (aunque íbamos bien preparados, por si acaso). Aterrizamos en la playa aprovechando que la marea estaba bajando, y fue una experiencia nueva para nosotros. Desde el avión, cuando estábamos a punto de aterrizar, ya pude ver un par de osos correteando tierra adentro, aquello prometía!
Al bajar del avión, lo primero que hicieron los pilotos fue asegurar las avionetas, que se quedarían ahí aparcadas hasta que volviéramos. El guía nos reunió a todos y nos explicó las nociones básicas para avistar osos en Lake Clark: hacerle caso, ir en silencio y en fila india, y si nos decía que parásemos teníamos que hacernos piña y estar juntos. En sitios como Denali te dicen que si te encuentras un oso de frente lo que tienes que hacer es estirar los brazos para parecer más grande, y en ningún caso agacharte a hacer fotos. Aquí es todo lo contrario: son los osos los que eligen si se acercan más o no, y para no parecer una amenaza, nosotros nos agacharíamos si el guía nos los decía, para ver si el bicho se animaba a acercarse más. Me gustaría comentar que nuestro guía iba sin rifle ni bear spray: decía que la mejor herramienta para espantar a un oso, llegado a ese extremo, son las bengalas marinas. Sólo habían tenido que usarlas una vez, y fue porque un oso se empeñó en meterse en una de las avionetas aparcadas. El ruido y la luz de la bengala espantan al oso de forma muy eficaz, por lo visto. Vimos otros guías que iban con el rifle colgando.
El primer sitio al que fuimos era una especie de mirador que daba a una inmensa pradera donde había bastantes osos, todos pastando como vaquitas, pero estaban muy lejos. Nos quedamos un rato allí parados haciendo fotos, y la teoría decía que era perfectamente posible que uno de ellos se acercara a visitarnos, pero no fue así. Fue una buena toma de contacto, aunque a mí se me hizo un poco largo estar allí tanto tiempo cuando ya estaba claro que no se iba a acercar ninguno.
Toma de contacto
Después de un buen rato nos pusimos en marcha, en fila india y volviendo hacia la playa. Cuando estábamos pasando cerca de las avionetas vimos una cabeza peluda asomar entre la hierba tierra adentro, y siguiendo las indicaciones del guía nos quedamos quietos. Esta vez hubo más suerte y el bichito se acercó bastante, pasó por delante de nosotros y se fue a curiosear la avioneta. Era una hembra joven que parecía que iba huyendo de algo, y al rato vimos de qué: un macho la perseguía, con claras intenciones. Ella no debía estar muy por la labor porque le daba largas, pero él era muy insistente. Junio es la mejor época para observar los escarceos amorosos de los grizzlies, y fue toda una experiencia poder verlo tan de cerca. No pude hacer ninguna gran foto porque cada vez que él se acercaba un poco, ella salía corriendo…
Chinitna Bay, Lake Clark NP
Llegó un momento en que él desistió y se metió entre la hierba de nuevo, y ella se acercó a unos árboles y empezó a afilarse las garras contra el tronco. La casualidad quiso que en ese momento viéramos un zorro rojo precioso que nos distrajo un segundo, el tiempo suficiente para que ella decidiera subir al árbol a echarse una siesta… algo que sorprendió hasta al guía, porque normalmente son los osos negros los que se llevan la fama de trepa-árboles, no los grizzlies, pero doy fé de que éstos también lo hacen
Chinitna Bay, Lake Clark NP
Después de este maravilloso encuentro fuimos a otra zona de hierba alta, donde había otro grupo enorme de osos pastando. Los osos de Lake Clark o Katmai tienen la particularidad de tolerar muy bien a otros congéneres a su alrededor, dada la enorme abundancia de comida que tienen alrededor. En sitios como Denali o Yellowstone no se ve a varios machos echándose la siesta tranquilamente a escasos metros uno de otro, porque no dejan de ser animales muy territoriales, por eso la visión de 10 o 15 osos delante tuyo es bastante impactante.
Chinitna Bay, Lake Clark NP
Aquí estuvimos otro rato pero se acercaba la hora de irnos. Cómo? Ya?? Sin darnos cuenta habían pasado más de dos horas de las 3 que nuestro tour incluía en tierra, y el guía quería poner rumbo a las avionetas con algo de margen por si nos encontrábamos algo interesante por el camino. Mi única pega con Smokey Bay Air (y decir que es una pega tampoco es justo, porque lo sabía perfectamente al reservar) es que hacen dos tours al día, con lo cual vas con un horario porque las avionetas tienen que volver para recoger al segundo grupo. Otras agencias de Homer solo organizan una salida al día, y pasan más tiempo en tierra, pero también son más caras porque no bajan de los $700 por persona, frente a los $562 que habíamos pagado nosotros.
Con mucha pena, porque yo me podía haber quedado allí todo el día, empezamos a caminar por la playa de vuelta a las avionetas, pero todavía pudimos disfrutar de una sorpresa más: un oso escarbando en la playa buscando almejas. En ese momento había un par de avionetas aterrizando/despegando y el tío levantaba un poco la cabeza con el ruido pero no os creáis que le incomodaban mucho.
Chinitna Bay, Lake Clark NP
Al final fueron algo más de tres horas con los osos, que se pasaron volando. No llovió, lo cual es muy de agradecer, pero hacía bastante frío. Llegué a contar hasta 22 osos en total. Nos encantó la experiencia, y a pesar del precio os la recomiendo a todos. Si volviera a Alaska, creo que repetiría
Homer Spit con marea baja
A las 13:30 estábamos de vuelta en Homer y nos fuimos a comer al mirador del Beluga Lake que ya habíamos visitado el día anterior, pero no hubo suerte y no vimos alces. Nos esperaban muchas millas por delante, porque con el retraso inesperado por la cancelación del tour del día anterior nos iba a tocar acercarnos a Anchorage todo lo posible esa tarde, ya que al día siguiente teníamos que devolver la caravana. Paramos en la dump station municipal ($5) para aprovechar para descargar aguas grises y cargar agua limpia para nuestra última noche de acampada libre, y a las 15:00 estábamos ya en marcha saliendo de Homer. Por el camino paramos en Ninilchik para ver la famosa iglesia rusa ortodoxa, según la Milepost “una de las mayores atracciones turísticas de la península de Kenai” (tampoco mata):
Holy Transfiguration of Our Lord Russian Orthodox Church (ahí es nada!)
Otra de las cosas que tenía programadas para ese día (si la excursión hubiera salido el día anterior como estaba programado) era recorrer la Skilak Lake Road, un loop de escasas 18 millas a lo largo de la Sterling Hwy que está en pleno Kenai Wildlife Refuge y es una zona estupenda para avistamiento de alces y osos (por si no habíamos tenido bastante…). Como según mi santo esposo soy un poco cabezota y cuando se me mete una idea en la cabeza no hay quién me la saque, yo no me resignaba a renunciar a hacer el loop. Total, eran sólo 18 millas, tampoco suponía tanto retraso… El problema es que está sin asfaltar y como no estaba segura de en qué condiciones estaría, antes de decidir adentrarnos en ella paramos en el centro de visitantes del Kenai Wildlife Refuge (milla S98, justo antes de llegar a Soldotna) para preguntar. Es un centro muy nuevo, moderno, donde organizan Discovery hikes y actividades. Si se va con tiempo, es muy buena opción para una parada y algún hike por los alrededores. Yo me tuve que conformar con preguntar por el estado de la carretera (me dijeron que estaba bien, aceptable para una caravana). A las 17:00 hicimos una breve parada en el Fred Meyer de Soldotna para echar gasolina (de nuevo, con el cupón de descuento que nos habían dado con la caravana) a $3.329/galón. Aquí fue la primera y única vez del viaje que la tarjeta de Revolut falló. No sé muy bien qué pasó pero no había forma de que funcionara, así que tuvimos que usar nuestra tarjeta normal (con la consiguiente comisión ) A las 17:50 cogimos el desvío a la Skilak Lake Road en la milla S75.3. Esta zona es muy popular entre pescadores y senderistas por las posibilidades que ofrece; nosotros sólo lo veríamos desde el coche por falta de tiempo, pero me hubiera gustado parar a dormir en alguno de sus campings. En un día soleado las vistas del lago Skilak, con su color turquesa precioso, deben ser espectaculares, pero nosotros no tuvimos tanta suerte. Supongo que el hecho de que no nos lloviera por la mañana (con el engorro que eso hubiera supuesto para las cámaras) había agotado nuestro cupo de buena suerte para ese día. No pudimos ver ningún animal tampoco, así que el desvío fue poco fructífero, y además la carretera no estaba tampoco para ir muy rápido y tardamos casi hora y media en recorrer las 18 millas y volver a incorporarnos a la Sterling Hwy en la milla S58.
Un poco más adelante paramos para ver el Russian River Ferry en la confluencia de los ríos Russian y Kenai. Es uno de los mejores puntos para la pesca de salmón pero el acceso si sólo quieres echar un ojo y hacer alguna foto es un poco puñetero, porque el parking está regulado y te cobran un mínimo de 24 horas ya sólo por entrar. La única forma de verlo gratis es dejando el coche en alguno de los arcenes que hay justo antes o justo después de la entrada “oficial” (milla S54.9), pero suelen estar muy muy concurridos. El ferry está constantemente cruzando pasajeros a la otra orilla, que es uno de los principales puntos de combat fishing del estado. En ese momento no había demasiados, pero debe ser todo un espectáculo verlo en pleno apogeo.
Russian River Ferry
Uno de los lagos en la Seward Hwy, creo que es Lower Summit Lake
Como se nos hacía tarde, apretamos un poco y acabamos parando a dormir ya en la Seward Hwy, en la milla S55, justo antes del desvío a Hope, en un arcén enorme de la carretera. Esa noche terminamos toda la comida (y cerveza!) que nos quedaba, y dejamos las maletas preparadas y todo más o menos recogido para devolver la caravana al día siguiente.
Despidiéndonos de nuestra caravana