El objetivo era Oradour Sur Glane, pero estaba demasiado lejos de Puy du Fou, así que decidimos descansar de carretera y reservamos un alojamiento en LE BUIS , se trata de Fontaine Chambres d´Hotes... una maravilla de alojamiento. Sus dueño encantadores, se deshicieron en comodidades con nosotros y en intentar facilitarnos al máximo nuestra estancia: botellas de agua fresca, entretuvieron a Hugo un buen rato con su precioso border collie Maisy, le hicieron un par de regalitos...bueno que sentirse como en casa es poco.
Su precio fue de 75 euros la noche con desayuno. Eran dos habitaciones unidas por una puerta. Toda la parte baja de la casa la puedes usar si así lo deseas, incluso tiene un gran patio donde Hugo disfrutó con Maisy.
Como era pronto y nos apetecía inspeccionar la zona, le pedimos información a los dueños, que nos recomendaron visitar unas playas artificiales, donde se podían hacer deportes naúticos y nos aconsejaron cenar en un camping cercano: Au P´tit Freaudour...cenamos por 34 euros los tres con postre y todo.
Hicimos caso a sus recomendaciones y debemos decir que fue una tarde estupenda...
Descansamos muy bien en nuestras habitaciones y al día siguiente nos sorprendieron con un delicioso y abundante desayuno. Todo muy rico y muy bien preparado. Además tienen miel propia, así que compramos unos tarros. Recogimos las cosas, nos regalaron una botella de agua fresca para el camino e iniciamos ruta hacia uno de los destinos que más me apetecían... MATANZA DE ORADOUR SUR GLANE
Apenas 23 kilómetros nos separan del pueblo de Oradour Sur Glane...llegamos apenas abrían y el día estaba nublado y llovizneando, así que le dió un aire aún más tenebroso a la escalofriante visita...
Hay que conducir hasta el memorial y allí hay un gran parking, vacío practicamente cuando llegamos nosotros.
Una calurosa mañana del 10 de junio, 120 hombres del regimiento conocido como Der Führer —en alusión a Adolf Hitler— rodearon el pueblo de Oradour. No se sabe a ciencia cierta por qué eligieron ese pueblo para la masacre ejemplarizante, aunque se cree que la llegada de los aliados a tierras francesas pudo influir en su odio y rabia asesina ante todo lo que se encontraran, y en este caso, Oradour se topó en su camino.
Todos los habitantes tuvieron que concentrarse en la plaza del mercado, donde los alemanes segregarían a los hombres de las mujeres y los niños. A los primeros se los llevaron a cuatro graneros locales, donde los ametrallaron en grupo y los fueron rematando a punta de pistola. A las mujeres y a los niños los llevaron a la iglesia del pueblo, donde los encerraron para poner en práctica el método de exterminio con el que los alemanes asesinaron a millones de personas, sobre todo judíos, en los territorios ocupados de Europa. Cuando vieron que no bastaba con la bomba de humo tóxico que detonaron ante el altar para gasear a bebés, niños y mujeres, los nazis abrieron fuego de fusil y arrojaron granadas de mano por las ventanas antes de incendiar el edificio.
Todos los habitantes tuvieron que concentrarse en la plaza del mercado, donde los alemanes segregarían a los hombres de las mujeres y los niños. A los primeros se los llevaron a cuatro graneros locales, donde los ametrallaron en grupo y los fueron rematando a punta de pistola. A las mujeres y a los niños los llevaron a la iglesia del pueblo, donde los encerraron para poner en práctica el método de exterminio con el que los alemanes asesinaron a millones de personas, sobre todo judíos, en los territorios ocupados de Europa. Cuando vieron que no bastaba con la bomba de humo tóxico que detonaron ante el altar para gasear a bebés, niños y mujeres, los nazis abrieron fuego de fusil y arrojaron granadas de mano por las ventanas antes de incendiar el edificio.
La campesina Marguerite Rouffanche, única superviviente de las 240 mujeres y 213 niños encerrados en la iglesia de Oradour, saltó por una ventana. Contó cómo una vecina apellidada Joyeux trató de pasarle a su bebé de siete meses. No pudo llevárselo en su huida a una huerta próxima, donde cayó ametrallada por un alemán que la dio por muerta. Sobrevivió con los cinco balazos.
Y esta es la triste historia de Oradour, en cada calle y en cada establecimiento aún rezan los nombres de los negocios y de las personas que los regentaban. Pequeñas inscripciones nos conducen a la tragedia que se produjo en cada uno de los lugares: ejecuciones, incendios...y como visitante te genera un desasosiego que no se me asentó el cuerpo en todo el día.
Cuando terminamos de recorrer el pueblo, visitamos el cementerio y el memorial, todo muy recomendable y que ayuda a completar la visita y el drama vivido por sus habitantes.
Dejamos atrás la tristeza de Oradour y seguimos bajando hacia el sur...nuestro siguiente objetivo: Puisseguin y Saint Emilion.