Volamos con las alforjas desde Madrid hasta Viena. Aterrizamos a mediodía, y nos dirigimos a la Viena Hauptbahnhof para coger el tren a Passau (2horas, 24 euros). Compramos el billete en la estación y allí mismo comemos algo antes de salir.
Llegamos a Passau y salimos a dar una vuelta por el centro y las inmediaciones del río, donde encontramos un tradicional Biergarten, donde se servía cerveza, carne a la barbacoa, y, por supuesto, salchichas alemanas. El lugar tenía mucho ambiente y nos quedamos a cenar.


Passau (50mil habitantes), es conocida como la ciudad de los tres ríos, al encontrarse en la confluencia de los ríos Danubio, Eno e Ilz, cuyas aguas tienen una tonalidad azul , verde y oscura, respectivamente, generando un curioso contraste. El centro histórico tiene su encanto, con las casas bajas típicas de Baviera y destacando la Catedral de San Esteban. Tanto el centro de la ciudad, como la orilla de Danubio, contaba con bastante animación en esta época del año.
En Passau, nos alojamos en el hotel Attium (75 euros, habitación doble sin desayuno), situado a 5 minutos andando del centro.