Después de que el jet-lag haya hecho aparición esta noche, desayunamos algo en la habitación y nos ponemos en marcha por la carretera 25A hacia Karangahake Gorge, primera parada del día, más o menos una hora y tres cuartos.
Karangahake Gorge es una antigua zona minera y que cuenta con varias rutas de senderismo para hacer. Nosotros queríamos hacer un tramo de la Karangahake Gorge Historic Walkway, pero al poco de comenzar aparecía un cartel indicando que se encontraba cerrada, así que retrocedimos y fuimos a hacer la Window Walk Loop.
Nuestro primer puente colgante
Esta ruta circular de unos dos kilómetros y medio y una hora de duración, proporciona quizá lo más vistoso de la zona, es un paseo muy bonito en el que te introduces en los antiguos túneles mineros.
Recorres varios túneles siguiendo las vías del tren, hay uno de ellos, más largo y oscuro que es recomendable llevar una pequeña linterna/frontal o al menos la linterna del móvil.
Hay diferentes “ventanas” en la roca, desde que tienes buenos puntos de vista del río Ohinemuri.
Bajamos por unas escaleras y cruzamos el puente para volver por el otro lado del cañón. La ruta está bonita, se merece una parada.
Nos vamos a Hobitton, vamos a ver la Comarca, a una hora y media más o menos. Primero paramos en el i-site de Matamata, espléndidamente ambientado. Tienen todo tipo de información, te reservan actividades, tienen souvenirs, en fin que merece la pena entrar en ellos.
Aprovechamos que hacía buen tiempo y comimos algo de picar que habíamos comprado previamente en un supermercado. Como teníamos reservada las entradas para Hobbiton a las 17:00 pm, la última hora, nos fuimos a hacer el chek-in en nuestro Bed and breakfast. El sitio está increíble, con una paz y unas vistas de escándalo, a escasos cinco minutos en coche de la entrada a la comarca. Un sitio muy recomendable.
Una vez instalados y acomodados, nos acercamos a The Shire's Rest, cambiamos nuestras entradas compradas por internet por las válidas y nos entretuvimos en la tienda, donde puedes encontrar casi de todo relacionado con el señor de los anillos. A la hora indicada nos montamos en el autobús, sólo éramos 8 personas en el grupo. Colinas aterciopeladas de césped, salpicado con árboles y corderillos por aquí y por allá junto con las imágenes y la música que ponen en el autobús te van metiendo en ambiente.
Atraviesas el cartel de entrada y ahora es cuando entras en hobbiton. La guía, muy simpática, va explicando anécdotas, curiosidades de los agujeros, del rodaje. Comienzas el recorrido a través de las 39 casas hobbit, el campo de la fiesta, el lago con el molino y El dragón verde.
Remoloneábamos haciendo fotos, sin atender mucho las explicaciones de la guía, que hablaba demasiado rápido para nosotros.
Estaba todo muy bonito, muy bien cuidado y la primavera le daba un toque muy colorido.
Allá donde mires, no falta detalle.
Seguimos avanzando, recorriendo el circuito por completo.
El único agujero hobbit en el que se puede entrar. La guía te cogía la cámara te decía donde ponerte para las fotos. Muy simpática.
Subimos ahora para llegar a la casa más famosa, a Bolsón Cerrado, la casa de Bilbo Bolson.
Continuamos, a nosotros no se nos hizo repetitivo ni pesado, al contrario, se nos pasó muy rápida la visita.
Nos vamos acercando al dragón verde, la taberna más famosa del lugar.
Dentro, te invitan a tomar una jarra de cerveza o de sidra, se conserva exactamente igual a como se ve en la película. Está chulo el sitio.
Y después de apurar nuestras cervezas y tirar las últimas fotos, emprendemos el camino de vuelta al autobús que nos devolverá al punto de encuentro.
La visita dura prácticamente dos horas, incluidos los traslados en autobús y es muy “disfrutona”, es como estar metido dentro de un cuento. La ciudad, pero también el verdor, las colinas, el entorno, los árboles, las ovejas.
A nosotros nos gustó mucho