

Hoy tocaba cambio de isla, teníamos que coger el ferry a las 09:00, pero había que estar en el check-in una hora antes, desayunamos con nuestros amigos y salimos con tiempo en previsión que hubiera atascos a la entrada al ser lunes.
Llegamos sin problemas, esperamos la cola para embarcar y con puntualidad britránica, a las 09:00 dejábamos Wellington, al sur de la isla norte, para dirigirnos a Picton, al norte de la isla sur.



La travesía por el estrecho Cook en el mar de Tasmania, toma unas 3 horas, tres horas y cuarto, que realmente se pasan rápidas entre las vistas, sobre todo la última parte del viaje, cuando se introduce en los Malborough Sound, navegando por el Queen Charlotte Sound y el wi-fi gratis del barco.
Nos sorprende que la vegetación llega prácticamente hasta la línea del agua.



Desembarcamos sin problemas del barco y acto seguido nos vamos hacia Motueka por la Queen Charlotte drive, tenemos 150 kilómetros por delante en la que recorreremos la que dicen es una de las carreteras más bonitas del país.



Hay múltiples paradores en lo que parar a contemplar las vistas,

A nosotros nos ha parecido una carretera bonita, pero ni mucho menos de las más espectaculares que hemos visto.
Llegamos a Havelock a una buena hora para probar los famosos mejillones de labios verdes (tardamos una hora larga en recorrer los 35 kilómetros desde Picton). Teníamos anotado The Mussel Pot como un buen sitio y allí que fuimos, pedimos dos raciones, una con salsa de ajo muy buenos y otros con salsa de roquefort que también estaban buenos, y una de calamares. Están buenos los mejillones pero a nuestro gusto son más sabrosos los nuestros.
Reanudamos el camino para parar unos veinte kilómetros más adelante, en el Pelorus bridge, un enclave natural en el que se pueden hacer varias caminatas. Nosotros elegimos hacer el circle walk que se inicia justo pasando el puente histórico, Una ruta con vistas al río que dura unos 30-40 minutos.

Caminas dentro de un bosque, donde predominan los helechos gigantes. Un bosque húmedo en toda regla. Que a estas alturas, todavía nos llamaban la atención.



Una ruta para estirar las piernas después de comer, una ruta bonita para lo poco exigente que es, pero os vais a cansar de ver bosques y puentes colgantes a lo largo de Nueva Zelanda.
Y desde aquí, nos vamos a Motueka, donde dormiremos esta noche, un bed & breakfast regentado por unos señores mayores, entrañables. Compramos en un New World que teníamos al lado y nos preparamos la cena en nuestro alojamiento, aprovechando el magnífico jardín que teníamos.
