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Ha estado lloviendo con ganas todas la noche, y cuando nos levantamos continúa haciéndolo, así que desayunamos tranquila y copiosamente uno de los desayunos más espectaculares que he tenido el placer de probar, bollería y galletas caseras, miel, mermeladas, mantequilla, tartaletas de huevo y bacon, zumo, café, etc…un diez.
La etapa de hoy son casi trescientos kilómetros para llegar a Glentanner Park Centre, en el Parque Nacional del Monte Cook, pero las previsiones que dan agua, nieve y avisos de posible corte de carreteras, nos obligan a tomárnoslo con calma, ya que no vamos a poder hacer ninguna de las actividades prevista que incluían alguna ruta como la Tasman Glacier View Point o la Sealy Tarns Track
Así que lo primero que hacemos es ir de nuevo a Dunedin, reponemos provisiones en el New World del centro (nos ha ganado con los descuentos de 5 dólares en cada paquete de cervezas) y entramos en el I-site que ayer estaba cerrado. Entramos a comprar algunos recuerdos que nos faltan en la tienda de souvenirs que hay justo al lado y entramos a curiosear la tienda oficial de los adidas, bueno a curiosear y a comprarme un polo de los all blacks, que me hacía mucha ilusión.
Arrancamos sin prisas, llueve con ganas, ni siquiera nos acercamos a ver la calle Baldwin.
Pasamos de largo por el Puketeraki Lookout, mirador con vistas del océano Pacífico, tampoco paramos en el Shaq point, en el que hay una colonia de focas. Si que paramos (en realidad fue la única parada del día) en las Moeraki Boulders, que además nos coincidía con marea baja, aunque también nos coincidía con una incesante lluvia.
Llovía con fuerza, y eso nos impidió disfrutar a tope de estas extrañas formaciones de rocas esféricas dispersas a lo largo de la playa y que son visualmente muy atractivas. Nos pareció un lugar muy chulo. Como con las pankakes, nos gustó más de lo que esperábamos.
Algunas están a punto de romperse y otras ya lo están.
Una visita muy recomendable, por raro, aunque parece que hay formaciones similares en otros países del mundo.
Cuando ya estábamos completamente empapados, volvimos al coche, paramos en Bushy Beach , en Oamaru, una playa desde la que se pueden ver pingüinos, nos acercamos, pero entre que llovía muchísimo y que el mirador está bastante alejado de la playa, nos marchamos si ver nada y ya nos dirigimos sin parar hacia Glentanner.
Obviamos la parada prevista en Elephant rock, bordeamos el lago Pukaki sin ver absolutamente nada y llegamos a nuestro alojamiento de hoy con una lluvia que arreciaba por momentos. Una vez allí en nuestro alojamiento con baño compartido, lo único que se podía hacer era tomar cervezas y dejar pasar la tarde hasta la hora de prepararnos la cena.
En este sitio, que no es barato, pagas la ubicación, pero más allá de eso, no hay nada que hacer, una cocina y una sala de estar. Si te pilla un día como nos hizo a nosotros, el día se puede hacer bastante largo. Está claro que el tiempo condicionó mucho nuestra estancia aquí.
Mirando las previsiones para el día siguiente, eran incluso peores, nieve y viento, y ya había un par de carreteras cortadas. Aquí ya lo único que pretendíamos era que al menos no tuviéramos problemas de quedarnos incomunicados y perder el vuelo interno.
Otra mierda de día. La larga nube negra nos persigue.
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