
Otro día que toca madrugar, la jornada de hoy es larga, casi 250 kilómetros con muchos puntos a ver. Desayunamos en nuestra cocina y nos ponemos en marcha.
A 30 kilómetros recorriendo una carretera con muchas curvas, tenemos las Mc Lean Falls, en las que en medio de un……………….sí, de un bosque húmedo, llegamos a estas cascadas. El entorno es bonito, pero ya nos es demasiado familiar. Marca unos cuarenta y cinco minutos ida y vuelta, pero se hace en menos tiempo.

En diez kilómetros nos plantamos en el aparcamiento de Cathedral Caves, nos coincidía la marea baja, así que pagamos los 10 dólares por cabeza, para atravesar el enésimo bosque húmedo y llegar a la playa, a medida que te vas acercando oyes el rugir de las olas. La vegetación se abraza con la arena.
El sitio impone, el ruido de las olas, lo solitario, lo salvaje. Hay que tener mucho cuidado en esta playa, el acceso está limitado a dos horas antes de la marea baja y hasta una hora por detrás.

Dos cuevas unidas entre sí por la fuerza del mar, y que impresionan por su altura. Hay algunas cuevas más pequeñas por el acantilado, pero no es muy recomendable adentrarse en ellas, el mar es muy traicionero en esta parte.



Nos gustó esta visita, impresiona y da respeto.
Paramos un poco más adelante en el Florence Hill Lookout, mirador con vista a la costa.

Seguimos camino y vamos a las Purakaunaui Falls, un paseo de 20 minutos ida y vuelta, desemboca aquí, otro bosque y otra cascada.

Verde, se puede decir que es muy verde.

Treinta kilómetros más o menos y nos plantamos en Surat Bay, con la esperanza de poder ver algún león marino.
Es un playa muy bonita y apenas hay gente

Nada más llegar vemos un león marino joven y solitario


Damos un paseo para estirar las piernas.

Y aquí hay otro león marino, rebozándose en la arena. Continuamos un poco más adelante y nos damos la vuelta. Son bonitas las playas por aquí, sólo había estos dos leones marinos, pero nos ha gustado parar.


Dirección a Nugget Point, por el camino vemos cosas curiosas.


40 kilómetros nos separan de uno de los puntos más famosos y fotografiados de los Catlins. Primero lo vemos a lo lejos, Nugget Point.

Y después, llegamos al aparcamiento y hacemos la caminata de unos diez minutos hasta el faro, es un camino entretenido, vas teniendo vistas a los lados y al frente.

El faro, advierte a los barcos de la presencia de estos pequeños islotes y de los que toma por su parecido con ellos, su nombre.

Es bonito el sitio, con escarpadas laderas hacia los lados, donde descansan leones marinos y multitud de aves, el embate de las olas. Merece la pena.

Volvemos por donde hemos venido y ponemos dirección a Tunnel Beach a algo más de 100 kilómetros

Se nota que llegamos a una ciudad grande, hay mucho tráfico de camiones transportando madera y muchos coches también, cogemos un tramo de autopista y llegamos al aparcamiento de Tunnel Beach
Se empieza con una bajada de las que hacen sufrir a las rodillas, bajas más de cien metros que luego te tocará subir.

El mar, muestra su fuerza.


Y llegamos al túnel que da acceso a la playa.



Nos la encontramos con marea alta, así que estuvimos un rato disfrutando del cielo azul que nos acompaña y nos volvimos a hacer el chek-in en nuesto bed and breakfast de hoy.
El Leah & Lama, no está en Dunedin propiamente, sino en una urbanización muy tranquila a siete kilómetros del centro de la ciudad, que si tienes coche no supone mayor problema. Y es un sitio muy recomendable para quedarse, por la casa, por la habitación, por los dueños y por el desayuno.
Nos bajamos a Dunedin, aparcamos el coche en el centro, aprovechando que ya ha terminado la hora de pagar y damos una vuelta, está todo muy recogidito, es una ciudad agradable de pasear por el centro.
Vemos la catedral, la primera iglesia y nos vamos a ver la estación de tren, unos de los edificios más representativos de la ciudad.





Cenamos en la pizzería Da Francesca, en el Octagon, comimos dos pizzas medianas, muy buenas y a un buen precio.
Dunedin nos gustó, nos pareció una ciudad con ambiente, con su arquitectura, muchos atractivos cercanos. Personalmente creo que es la ciudad que más me gustó de Nueva Zelanda.
Y nos fuimos a dormir, mañana nos vamos a la zona del Monte Cook, otro de los días marcados en rojo, y las previsiones de tiempo van de muy malas a horribles
