
El tiempo continua igual de mal que ayer, todo cubierto, lloviendo, así que hoy no madrugamos mucho, preparamos el equipaje y bajamos a desayunar como campeones, como buenos españolitos nos llevamos unas cuantas piezas de bollería que nos vendrán muy bien los días siguientes.

Si todo hubiera ido bien, hoy nos tocaría hacer los tracks de las Taranaki Falls y Tawhaia falls, pero como ya las hicimos ayer y hoy sólo tenemos el desplazamiento a Wellington, nos decidimos a ir por la Whanganui River Road. Tenemos 350 kilómetros por delante.
Para ello, nos dirigimos primero a Pipiriki, que está a unos 75 kilómetros del chateau, es un tramo muy solitario y apenas nos cruzamos con otros vehículos.
Cuando llegamos a Pipiriki, empieza el tramo más bonito hasta Whanganui, que son un 76 kilómetros, carretera lenta, estrecha, revirada, que va paralela al Whanganui River, tiene la curiosidad de que las poblaciones fueron llamados así en homenaje a otras ciudades del mundo, Jerusalen, Atenas, Londres .Es una carretera muy bonita, para disfrutarla tranquilamente (hay que tener mucho cuidado con los desprendimientos de tierra y rocas de sus laderas) y en la que pararás un montón de veces a admirar el paisaje y por supuesto a fotografiarlo. Desde la misma carretera, también podrás admirar los Maraes (lugares de reunión de los maoríes locales). Nos gustó mucho este trayecto.




Nuestro Mahindra
Desde Whanganui hasta Wellington la carretera ya es mucho mejor, y nos separan casi doscientos kilómetros. Comemos de picnic comida preparada que compramos en un supermercado y continuamos.

Llegamos a Wellington, capital del país, nos vamos a reunir con Chufina, nuestra kiwiforera favorita y su marido. Como a él le toca trabajar hasta las 17:00, ella nos hace de cicerone por la ciudad. No me canso de decir lo majos que son ambos.
Damos una vuelta por el centro, subimos al cable car, uno de los símbolos de la ciudad. Una vez arriba, obtienes muy buenas vistas de la ciudad.

Es muy recomendable subir en el teleférico y bajar andando, atravesando el jardín botánico, el cementerio de Bolton, para llegar finalmente al parlamento.




Un paseo muy agradable, mientras vamos conversando con nuestra anfitriona. Nos acercamos al paseo marítimo de Wellington y un rato más tarde llegamos a Cuba street, la calle más cool de la ciudad. Nos recordó un poco a San Francisco, Homeless incluidos.




Seguimos caminando, muy cerca del Te Papa, pero aprovechando que Dani había salido de trabajar y pasaba a buscarnos, descartamos entrar al museo, preferimos ir a casa de esta pareja a tomarnos su cerveza artesanal

Chicos, una vez más gracias por todo.


