
Madrugamos, tónica habitual de las vacaciones, hoy seguimos con nuestro periplo por los parques geotermales de Rotorua y llegar hasta Tongariro National Park. Nuestra primera parada es Kerosene Creek, una hot pol gratuita en medio del bosque. Está a unos 33 kilómetros de Rotorua, los últimos dos kilómetros son por una pista en buen estado, tardamos unos treinta y cinco minutos.
El tiempo no acompañaba mucho para darse un baño en la poza, pero el lugar es muy bonito y no había nadie más, dimos una vueltilla y continuamos


kerosene creek
En diez minutos nos plantamos en la mud pool de Waiotapu (que se encuentran fuera del recinto, son gratuitas y están abiertas las 24 horas del día).
Era pronto y sorprendentemente estábamos solos, así que tuvimos la suerte de poder escuchar los sonidos guturales del lugar, la niebla que lo envolvía le daba un punto de misterio. Era más grande de lo que nos imaginábamos.





Hicimos el circuito señalizado tranquilamente, disfrutando del sitio. Nos gustó mucho.

Ahora ya sí, entramos a waiotapu, enseñamos las entradas compradas por book.me (con un ahorro del 10%), nos dan un folleto en castellano y para dentro.
Nos disponemos a iniciar el recorrido, más o menos unos tres kilómetros, lo primero que te encuentras es la casa del diablo.

Vista atrás:

Continuamos por la zona de los cráteres (Raimbow crater, Thunder crater, Devil´s ink Pots)

Hasta que sin querer, llegas a la Artist Palette, donde se encuentra la champagne pool y sus increíbles colores.

De cerca,




Todo es bonito, siempre hay algo para retratar.

Avanzamos, sin apartar la mirada, el cielo está cubierto, a ratos despeja, la niebla viene y va.



Nos está gustando mucho este parque.


Un buen rato después y muchas fotos entre medias, dejamos atrás la piscina y continuamos por la ruta, que durante bastante tiempo, transcurre por pasarelas.
Caminamos ahora entre piscinas de agua frías y calientes, terrazas, nos entretenemos observando el colorido, huele un poco a huevo podrido, pero es perfectamente soportable.





Seguimos adelante, llegamos a la zona de Oyster pool


La Sulphur Cave


Vamos terminando la visita, se nos pasa el tiempo muy rápido, además la gente ha desaparecido, todos o casi todos se van a Lady Knox, el geyser que hacen “erupcionar” a las 10:15 a.m. todos los días y que se encuentra fuera de esta zona del parque. Nosotros no teníamos intención de ir a verlo, así que continuamos nuestro camino.
Azufre

Y llegamos a otra de las zonas más conocidas y fotogénicas del Waiotapu, Devil´s Bath, cráter con un color del agua indefinible.


Dos horas y media después, terminábamos la visita, nos metimos en la tienda de recuerdos a gastar algunos dólares.
Cráteres, geyseres, piscinas de barro, terrazas, componen esta maravilla geotermal, si waymangu nos gustó, waitopu nos encantó

Nos marchamos con un gran sabor de boca hacia Orakei Korako, nuestro último parque geotermal, del que nos separan unos cuarenta kilómetros.
Disfrutamos conduciendo por la isla norte.

Y llegamos a la entrada del parque, canjeamos nuestra entradas compradas a través de arrival, no había descuento, pero sí un buen café al entregarles el voucher, y después de unas pequeñas explicaciones, nos montamos en el barco que nos lleva hasta la otra orilla del lago Ohakuri, donde se encuentra Orakei, que destaca por sus terrazas escalonadas de sílice,



La visita es autoguiada, con paneles explicativos en diferentes idiomas, y se recorre a través de unas pasarelas elevadas que te llevan por las diferentes zonas.


Pero tiene muchas más cosas además de las terrazas, cráteres, piscinas de barro y geyseres jalonan todo el recorrido.




En poco más de una hora terminábamos la visita y nos disponíamos a coger el barco de vuelta a la otra orilla. Cuando organizamos la visita a esta zona, teníamos la duda si este último parque no sería saturarnos de parques geotermales, pero para nada, Orakei Korako, nos gustó mucho, diferente de los otros. A nuestro gusto los tres parques ofrecen cosas distintas y son muy recomendables todas las visitas.

Dirección a las Huka falls, a poco más de treinta kilómetros unas espectaculares cascadas formadas por un estrechamiento del rio Waikato. El color turquesa y la fuerza desmedida del agua, son realmente hipnóticas. Nos gustó más de lo esperado.


Nos vamos hacia Taupo, allí buscamos un supermercado donde abastecernos para los próximos días y una gasolinera, que gracias a la aplicación gaspy te dice cual es la más cercana y más barata
Rodeamos el lago Taupo por la SH1, que cuenta con diferentes miradores a pie de lago, empiezan a asomar picos nevados, vamos en busca de Mordor.
Unos kilómetros después de dejar atrás el lago, paramos en uno de esos miradores habilitados con mesas y bancos, y damos cuenta de nuestro pic-nic, con unas muy buenas vistas de fondo.

Afrontamos la última parte de la etapa que nos lleva al Chateau Tongariro hotel, nuestro acogedor y atemporal hotel, en el que tenemos dos noches reservadas con la clara intención de hacer el Tongariro Alpine Crossing.
Se muestra el Ruapehu, con sus 2.797 metros.

Y llegamos a nuestro destino, queríamos llegar al centro de información antes de que cerrara para confirmar las previsiones del tiempo para mañana, que era el día fijado para intentar hacer el trekking.

Allí confirmaron nuestras sospechas, daban nieve y sobre todo vientos de 80 kilómetros/hora, que como máximo aconsejaban ir con guía, salir sobre las seis de la mañana, para intentar aprovechar una ventana de buen tiempo, pero era tontería subir con los cielos cubiertos, nieve y fuertes vientos. Así que decidimos esperar al día siguiente por la mañana a ver si la predicción había cambiado. Teníamos esperanzas, parecía mentira que dieran tan malo, con el día tan espectacular de hoy.

Mt Ngauruhoe
Hicimos el check-in en el hotel, allí vimos un cartel que indicaban que los shuttle al principio de la ruta del TAC para el día siguiente, estaban suspendidos.
Cogimos unas habitaciones con una oferta y la verdad no nos esperábamos que estuviera tan bien nuestra habitación y con unas vistas de impresión.

Nos duchamos y nos fuimos a cenar al Pihanga, que es un restaurante que se encuentra fuera del hotel, pero que se puede acceder directamente desde la primera planta del hotel, cenamos muy bien y abundantemente con un plato principal cada uno y unos mejillones para compartir por un precio más que razonable.
Salimos a la terraza del hotel a hacer unas fotos al Mt Ngauruhoe y a dormir, esperando que el tiempo acompañe mañana.


