Adiós Satara. Hoy hacemos un día que sin duda ha ido de menos a más.
Después de pasar una noche en donde creíamos que íbamos a salir volando, nos hemos despertado, hemos recogido rápidamente y el desayuno lo hemos tomado esperando a que abrieran la puerta.
Viendo el éxito de ayer de la S100 hemos tirado para allá. Más que por el éxito también es porque lo dice la guía que vamos siguiendo. En el mismo punto de la S100 estaba el león macho de ayer. Esta vez solo ha estado 10 minutos y, tras pegar un rugido, se ha ido. Continuamos la ruta donde lo más destacado han sido dos chacales, una hiena y una carraca. Un coche para y nos dice que acaban de ver dos guepardos, les sonreímos mientras cínicamente les decimos gracias y seguimos la ruta con la esperanza de ver los guepardos. Infelices de nosotros.

La zona de Satara es prácticamente un desierto. Pasamos por una caseta de observación de aves y tras una carretera interminable, de arena fina roja que se mete por todas partes, llegamos a un mirador bastante espectacular (Orpen Dam) que da a un valle con un río bordeado de cocodrilos y tras esto recorremos un camino durante un par de horas en donde no encontramos ni un alma, ni humana ni animal. Bueno quizá exagere, algún ñu descarriado había e increíblemente nos encontramos con un camaleón en medio de la carretera. La carretera interminable acaba en otro mirador donde la gente está haciéndose sus barbacoas (Mlondozi Picnic Spot)



Después de este mirador atravesamos nuevamente el rio Sabie para dirigirnos al campamento Lower Sabie donde volvemos hacer noche. En cuanto al paisaje hay una diferencia brutal. Del rio Sabie hacia el norte, hacia Satara, el paisaje es seco y la vida es más difícil de ver. Del Sabie hacia abajo es otro mundo. Mucho más verde y te encuentras muchísima más vida. Hay una diferencia enorme que imagino que la marca que el sur es más húmedo, dentro del secarral que es la sabana.
Llegamos al campamento con un bajón anímico importante. Nos hemos comido como cuatro horas de un camino de tierra sin nada emocionante más que un par de miradores. Llevamos el coche que está para tirarlo de la arena que lleva dentro y fuera. Nosotros mismos llevamos arena encima como para rellenar una playa del mar menor. Son las 11:30. Llevamos un hambre increíble así que vamos directos al restaurante. El restaurante de Lower Sabie tiene unas vistas inmejorables. Se encuentra al borde del río y mientras comes puedes ver mucha fauna. Es una pasada y además barata.

Después de comer descansamos un rato en una zona de césped y a las 15:30 retomamos la marcha. Hoy hacemos "night drive" así que tenemos toda la tarde para nosotros. La idea es bajar hasta Cocodrile bridge para subir al atardecer por la S28, que le dicen "Cheeta road" la carretera de los guepardos.
Como son las 15:30 decidimos acercarnos a una laguna que hay cerca del campamento. La laguna es especial para hacer tiempo porque está llena de hipopótamos, aves, cocodrilos y demás fauna que se acerca a beber. Según nos situamos en la orilla nos indican que a unos 30 metros nuestros hay unos leones. Efectivamente, cogemos un sitio bueno a la orilla de la laguna desde donde se ven los leones y ahí nos quedamos una hora. ¡Vaya hora! Guapísimo. Comparado con las horas que hemos hecho recorriendo la zona de Satara esto es un auténtico festival. Llega un grupo de impalas y se ponen a beber como a 100 metros de los leones. Los leones están en la sombra que parecen drogados... Pues no, vaya con los leones. Mientras los impalas beben a una pareja de impalas les da por pelearse a cabezazo limpio. En un segundo, aprovechando la pelea, una leona ha salido disparada hacia los impalas recorriendo 100 metros en un pestañeo. Los impalas han tenido tiempo para salir escopetados y la leona se ha quedado a medio camino agazapada hasta decidir volver a la sombra.
Mientras mi pareja, Belén, se echaba una siesta y yo mareaba fotografiando pájaros me he quedado un rato mirando el móvil, cuando he levantado la cabeza me ha dado un infarto casi como el que me dio ayer con los pájaros. La leona de antes venia andando directa hacia nuestro coche, la tenía como a 10 metros y acercándose. Del susto que me he pegado he despertado a Belén que al ver la escena solo podía decirme que subiera la ventana de una vez mientras los de un coche que teníamos enfrente se meaban de risa. La leona ha pasado a escasos dos metros seguida de tres leonas más. Momentazo.
Tras irse las leonas, hemos seguido un rato a la orilla de la laguna. Aquí ha venido el tercer infartillo. La laguna está llena de cocodrilos. Había uno pequeño, de un metro en el agua a unos tres metros de mí. Me he puesto a echarle fotos y el cocodrilo iba saliendo del agua poquísimo a poquísimo. Cuando ya tenía medio cuerpo en la orilla, he visto buena idea sacar los brazos para intentar echarle una foto un poco a ras de suelo... ¡Vaya idea y qué idea llevaba el cocodrilo!, en cuanto he sacado los brazos y he intentado bajar la cámara el cocodrilo ha pegado un brinco saliendo del agua con intención de pillarme. Menos mal que era un cocodrilo pequeño y estaba a dos metros. Estás que vuelvo a sacar las manos... Finalmente tras el susto de cocodrilo decidimos emprender la marcha. La laguna esta es una joya.
Comenzamos bajando por la carretera principal, a los pocos kilómetros vemos un coche parado, nos paramos a su lado y el hombre nos señala a la izquierda, nos giramos para encontrarnos con un leopardo que tras quedarse en la gloria haciendo sus necesidades se va por los matorrales como un rey. Con los ánimos a tope seguimos hasta Cocodrile Bridge. El campamento donde dormiremos mañana. Está en el borde del parque con un rio con vistas bonitas. Tras la foto de rigor continuamos para meternos por la S28.


Cuando llevas horas, días, buscando animales entre arbustos uno ya empieza a desarrollar pensamiento mágico. Empezamos la carretera diciendo "en diez minutos vemos si o si algo increíble" dicho y hecho, un grupo de rinocerontes con una cría avanzando lentamente mientras pastan. Preciosos. Continuamos la ruta y tras una hora volvemos a auto animarnos convenciéndonos que vamos a ver guepardos "en diez minutos vemos si o si guepardos" pues dicho y hecho. Ni en el show de Truman (aunque también hay que decir que de 20 veces que lo habremos dicho ha salido bien dos...) Nos metemos en un desvío que va hacia una pequeña laguna. Delante nuestra vemos a lo lejos un coche parado. Nos acercamos poco a poco hasta ponernos a su altura y la chica nos dice susurrando "Cheetas!". Un grupo de unos seis guepardos avanzando poco a poco entre los arbustos. El guepardo más grande se sube una roca y se queda mirando todo mientras el resto avanza a entre carrera y paso lento. Cuando han avanzado el que vigila avanza corriendo y vuelve a situarse en lo alto. Vaya fotazas me salen. Hemos podido seguir a los guepardos como 20 minutos. Encima los del otro coche llevaban un objetivo que era como un telescopio y seguían a los guepardos desde lejos. Que cosa más bonita.


Tras quedar los guepardos ya lejos decidimos volver al campamento, ya hasta nos da igual buscar animales. Aun así paramos en un mirador de aves donde unos hombres nos señalan un pájaro que nos dicen que es "cool". Nos lo dicen con tanta emoción que evidentemente le echo 30 fotos, se llama picotenaza africano.

A las 18 llegamos al campamento y vamos directos a cenar. Al atardecer el restaurante es una pasada. Bajan los elefantes al rio y los ves súper cerca mientras cenas. Y encima nos cuesta cenar 15€ entre los dos...
Tras cenar, preparamos la tienda, nos duchamos y vamos a las 20 al Night drive. El Night drive consiste en dos horas buscando con un foco potentísimo que te dan animales. Los animales los encuentras cuando ves dos ojos brillar. Nos dicen que si vemos ojos digamos stop. Pues imaginaos, sales loco porque cuando ves ojos la probabilidad de que sea un impala es del 90%.
El Night drive se salva porque nos topamos con dos leones macho en medio de la carretera. A la noche como el asfalto está caliente se ponen ahí a dormir. Los tíos ni se inmutaban. No dejaban pasar el camión ni pitándoles. Finalmente terminan separándose y el camión decide pasar entre ellos rápidamente por si a alguno le diera por saltar. Además de los leones vemos una gineta en lo alto de un árbol y poco más. Media hora de leones y una hora y media buscando ojos y encontrando impalas.
A las 22 terminamos para acostarnos y caer fulminados. Junto con el primer día este día ha sido un espectáculo