Hoy desayunamos y nos vamos a la parada de bus de donde vinimos ayer. Vamos para la estación de trenes y allí sale una línea llamada miyajima que va hasta la zona donde se cogen los ferrys. Caminando un poco se llega a la entrada al barco, hay dos compañías y una de ellas no opera con el JR pass. Apenas se tardan unos diez minutos en cruzar a la isla, y se divisa rápidamente el famoso tori.
Cuando atracamos caminamos hasta la zona del hotel, llevamos maletas y no es cómodo el piso, pero no pasa nada, se puede perfectamente. Las calles y el entorno son bonitos, tiene muy buena pinta todo y mucho encanto, además el dia ahora es soleado o medio soleado, ….dejamos nuestras cosas en el hotel, que por cierto, como todos, está muy bien, tiene encanto, una habitación con cuatro camas también en forma de nicho con sus cortinillas unas arriba y otras abajo. El cuarto es amplio como para dejar las maletas. Tiene onsen, cocina compartida también.
Hemos dado una vuelta por esas calles súper turísticas y comerciales, con los ciervos por la calle como si tal cosa,..son salvajes y recomiendan no darles de comer. El tori en esos momentos estaba sobre tierra con la bajamar.
Decidimos subir al monte Misen. El monte Misen es especialmente importante para la secta Shingon del budismo japonés. Y es que aquí se alojó Kobo Daishi (a veces también llamado Kukai), fundador de la secta Shingon y uno de los personajes religiosos más importantes de todo Japón. De hecho, la peregrinación de los 88 templos de Shikoku tiene que ver con este monje, por sólo citar un ejemplo.
Nosotros hicimos la ruta Daishon, que es la que primero nos encontramos a medida que andábamos por las calles. Tiene unos 3 km de subida, con muchos escalones, la mayoría de la gente que nos encontramos, por cierto, poca, iban bajando.
Es usual subir en teleférico para luego bajar andando. Es una ruta bonita, donde en algún punto del camino podemos mirar atrás y tener vistas . no obstante el dia está nublado y va a peor, ya que comienza a llover y algunos lados se espesa la niebla,…así que cuando llegamos arriba apenas podemos ver el mar y la multitud de islas que en días despejados se divisan.
Una pena,..pero,..es lo que tenemos aún, en esta primera mitad del mes de julio. Una vez que s e llega a la cumbre tenemos un observatorio, que es una terracita con una elevación superior a la que tenemos a sus pies, donde los arboles tapan de alguna forma la visión.
Bajamos por otro camino, el que llega al parque Omoto, es mucho más boscoso, bonito, pero casi hubiera referido bajar por el otro lugar de nuevo, ya que bosque estábamos algo saturados.
El atardecer es bonito y aprovechamos para hacer muchas fotos,..nos relajamos luego un r ato en el hotel y hacemos uso del onsen.
Tuvimos suerte d e no encontrarnos a ningún deer,..porque en otro caso la velada hubiera sido imposible.