Allí donde se encuentra Asia con Europa surge esta magnífica ciudad. La ciudad de los tres nombres deja maravillado a todo el que la visite, un atardecer sobre la antigua Constantinopla dudo que se olvide fácilmente.
Me he llevado una grata sorpresa al encontrarme una ciudad mucho más amable de lo que me esperaba, muy ordenada y muy limpia. Estambul es una ciudad europea con una arquitectura salida de los cuentos de las mil y una noches. Sus mezquitas recortando el horizonte hacen uno de los panoramas más bellos de todos los que he visto hasta la fecha.
En total pasamos 4 noches en Estambul, mi idea en este diario no es la de hacer una guía detallada sino más bien contaros mis impresiones y lo que me llevo en mis recuerdos. En el foro tenemos diarios muy buenos de otros compañeros con todo lujo de detalles, a mí me ha venido muy bien el reciente diario de Inusitado.
En nuestro primer día en la ciudad realizamos el free tour con viaurbis que nos resultó muy útil para situarnos y aprender acerca de su historia y cultura. Estambul es una ciudad enorme en la que tenemos muchos lugares diferentes que ver. Para movernos entre ellos tenemos una buena red de transporte público, nosotros hemos usado mucho los tranvías y el metro.
La península del cuerno de oro era sin duda un enclave natural perfecto para erigir una fortaleza inexpugnable, y así lo hicieron los romanos. En esta zona encontramos los grandes monumentos de la ciudad, Hagia Sofia y la Mezquita Azul.
En Santa Sofía se resume la historia al completo de Estambul, Bizancio y Constantinopla, entre sus muros guarda casi 1500 años de sucesos que cambiaron a Turquía y al mundo occidental. Aquí fue donde Constantino proclamó el culto a un solo dios para la nueva Roma, haciendo crecer el cristianismo de una manera exponencial. Más tarde, Justiniano transformaría el templo, lo ampliaría y le daría forma a Santa Sofía, y es que hay que estar allí para creer que colosal obra pudo hacerse en el año 532 y en tan solo 5 años.
Seguramente será la catedral más antigua que habré visitado. No recuerdo dónde leí que cuando Justiniano vio terminada su obra exclamó: "Salomón te vencí" Hagia Sofía impresiona la mires por donde la mires.
Con la llegada del Imperio Otomano la catedral pasó a ser Mezquita, se taparon los mosaicos de tiempos cristianos y se construyeron 4 minaretes. Justo en frente, bajo orden del Sultán Ahmed, se construyó después la Mezquita Azul, para demostrar al mundo que el imperio otomano podía construir templos que competirían de tú a tú con Santa Sofía. Por desgracia se encuentran restaurándola y no la pude disfrutar en todo su esplendor.
Esta zona conocida como Sultanahmed, se encuentran los principales monumentos de la ciudad. Entre estos dos grandes templos se ubica la plaza del Hipódromo, otro lugar que demuestra la grandeza de Estambul a lo largo de los siglos. Por aquí corrían las cuadrigas en tiempos romanos alrededor de obeliscos egipcios y columnas griegas.
Cerca de la plaza, en el interior de una tienda de alfombras, se puede visitar la Cisterna del Hipódromo. No tan grande como la famosa cisterna de la basílica pero mucho más tranquila y acogedora. En ella había una exposición muy interesante sobre las estatuas y columnas que encontraban en el Hipódromo en tiempos romanos.
Hay otra Cisterna que también es preciosa y de entrada gratuita, se llama la Cisterna de Teodosio. A nosotros nos encantó, es un lugar tranquilo con una iluminación perfecta, además había una exposición de escultura que encajaba muy bien con el lugar.
Los misterios del Harem y las leyendas de los sultanes del Imperio Otomano nos esperan en el interior del Palacio Topkapi. Nosotros visitamos tanto el palacio como el Harem y nos gustó mucho. El palacio es enorme y poco o nada tiene que ver con los palacios europeos, sin duda es una visita muy recomendable. La parte del Harem cuenta con unos baños turcos y unos salones preciosos, adornados con todo el lujo de la época.
Del palacio en particular me sorprendió la colección de armas que hay en una de sus salas, increíble. Hay otra colección de reliquias sagradas para el islam interesante, aunque esta parte del palacio estaba muy concurrida y la vimos regular. Me quedé con ganas de visitar la sala de los tesoros, que se encontraba en reformas. El palacio tiene varios jardines con unas vistas privilegiadas sobre el cuerno de oro desde los que se contempla toda la ciudad.
Los bazares de Estambul, el Gran Bazar y el Bazar de las Especias son lugares míticos, en los que antiguamente se cambiaba la mercancía que llegaba de todos los puntos del mapa conocidos hasta la fecha. Las sedas, las especias y las joyas más preciadas han dejado paso a las camisetas de fútbol, los suvenires y a las copias baratas de las grandes marcas europeas.
Quedará alguna tienda que se salve, dentro de las 4.000 tiendas del gran bazar pero se han convertido en lugares turísticos con precios muy inflados. Aún así es un lugar por el que hay que pasar sin lugar a dudas, siempre es divertido regatear un rato y ver el ir y venir de tanta gente, y al final seguro que algo compras.
Mucho más interesante me resultaron las calles aledañas en las que los comercios se agrupan según su mercancía. Así pasamos por una larga calle destinada a calzado, otra a pijamas y ropa interior, un poco más abajo comenzaron las calles de las jugueterías por último recorrimos varias calles dedicadas a las ropas de cama, y así sucesivamente.
Nuestro alojamiento se encontraba en la zona de la Torre Galata, una zona que curiosamente albergaba muchas calles dedicadas a vender lámparas y otra zona dedicada a ferreterías y fontanería, me resultaba muy curioso ver casi un barrio entero vendiendo sólo lámparas.
La zona de la torre Galata está muy animada por la noche y tiene mucha oferta para cenar y tomarse algo en alguna terraza.
De entre las muchas mezquitas que hemos visitado en estos días, hay que destacar la gran Mezquita de Solimán y la coqueta Mezquita de Nuruosmaniye. Ésta última se encuentra en la zona de Çemberlitas, cerca del gran bazar y nos pareció muy bonita.
La Gran Mezquita de Solimán, uno de los últimos sultanes del imperio otomano ordenó construir esta maravilla sobre una colina junto al Bósforo.
Su tamaño es alucinante, colosal, y en ella la simetría es ley. El patio y las vistas al atardecer desde su exterior son espectaculares y en las cercanías hay muchas terrazas en las que tomarse un buen café turco.
Desde Üsküdar, el Estambul asiático, he visto una de las puestas de sol más bellas que recuerdo.
Cerca de la torre de la doncella hay multitud de turcos que se reúnen para charlar de sus cosas, mientras comen pipas y se fuman una shisha, el sol atrapa todas las miradas y va tiñendo el cielo de un intenso color púrpura.
Se nos quedan infinidad de lugares por visitar en esta enorme ciudad, pero es que Estambul da para muchos viajes. Yo en particular me quedo con sus atardeceres infinitos que te dejan con la boca abierta. Espero volver algún día a esta fascinante ciudad, pero nuestro viaje continúa, esta noche tenemos un autobús nocturno rumbo a Selçuk, para visitar Éfeso.
Me he llevado una grata sorpresa al encontrarme una ciudad mucho más amable de lo que me esperaba, muy ordenada y muy limpia. Estambul es una ciudad europea con una arquitectura salida de los cuentos de las mil y una noches. Sus mezquitas recortando el horizonte hacen uno de los panoramas más bellos de todos los que he visto hasta la fecha.
En total pasamos 4 noches en Estambul, mi idea en este diario no es la de hacer una guía detallada sino más bien contaros mis impresiones y lo que me llevo en mis recuerdos. En el foro tenemos diarios muy buenos de otros compañeros con todo lujo de detalles, a mí me ha venido muy bien el reciente diario de Inusitado.
En nuestro primer día en la ciudad realizamos el free tour con viaurbis que nos resultó muy útil para situarnos y aprender acerca de su historia y cultura. Estambul es una ciudad enorme en la que tenemos muchos lugares diferentes que ver. Para movernos entre ellos tenemos una buena red de transporte público, nosotros hemos usado mucho los tranvías y el metro.
La península del cuerno de oro era sin duda un enclave natural perfecto para erigir una fortaleza inexpugnable, y así lo hicieron los romanos. En esta zona encontramos los grandes monumentos de la ciudad, Hagia Sofia y la Mezquita Azul.
En Santa Sofía se resume la historia al completo de Estambul, Bizancio y Constantinopla, entre sus muros guarda casi 1500 años de sucesos que cambiaron a Turquía y al mundo occidental. Aquí fue donde Constantino proclamó el culto a un solo dios para la nueva Roma, haciendo crecer el cristianismo de una manera exponencial. Más tarde, Justiniano transformaría el templo, lo ampliaría y le daría forma a Santa Sofía, y es que hay que estar allí para creer que colosal obra pudo hacerse en el año 532 y en tan solo 5 años.
Seguramente será la catedral más antigua que habré visitado. No recuerdo dónde leí que cuando Justiniano vio terminada su obra exclamó: "Salomón te vencí" Hagia Sofía impresiona la mires por donde la mires.
Con la llegada del Imperio Otomano la catedral pasó a ser Mezquita, se taparon los mosaicos de tiempos cristianos y se construyeron 4 minaretes. Justo en frente, bajo orden del Sultán Ahmed, se construyó después la Mezquita Azul, para demostrar al mundo que el imperio otomano podía construir templos que competirían de tú a tú con Santa Sofía. Por desgracia se encuentran restaurándola y no la pude disfrutar en todo su esplendor.
Esta zona conocida como Sultanahmed, se encuentran los principales monumentos de la ciudad. Entre estos dos grandes templos se ubica la plaza del Hipódromo, otro lugar que demuestra la grandeza de Estambul a lo largo de los siglos. Por aquí corrían las cuadrigas en tiempos romanos alrededor de obeliscos egipcios y columnas griegas.
Cerca de la plaza, en el interior de una tienda de alfombras, se puede visitar la Cisterna del Hipódromo. No tan grande como la famosa cisterna de la basílica pero mucho más tranquila y acogedora. En ella había una exposición muy interesante sobre las estatuas y columnas que encontraban en el Hipódromo en tiempos romanos.
Hay otra Cisterna que también es preciosa y de entrada gratuita, se llama la Cisterna de Teodosio. A nosotros nos encantó, es un lugar tranquilo con una iluminación perfecta, además había una exposición de escultura que encajaba muy bien con el lugar.
Los misterios del Harem y las leyendas de los sultanes del Imperio Otomano nos esperan en el interior del Palacio Topkapi. Nosotros visitamos tanto el palacio como el Harem y nos gustó mucho. El palacio es enorme y poco o nada tiene que ver con los palacios europeos, sin duda es una visita muy recomendable. La parte del Harem cuenta con unos baños turcos y unos salones preciosos, adornados con todo el lujo de la época.
Del palacio en particular me sorprendió la colección de armas que hay en una de sus salas, increíble. Hay otra colección de reliquias sagradas para el islam interesante, aunque esta parte del palacio estaba muy concurrida y la vimos regular. Me quedé con ganas de visitar la sala de los tesoros, que se encontraba en reformas. El palacio tiene varios jardines con unas vistas privilegiadas sobre el cuerno de oro desde los que se contempla toda la ciudad.
Los bazares de Estambul, el Gran Bazar y el Bazar de las Especias son lugares míticos, en los que antiguamente se cambiaba la mercancía que llegaba de todos los puntos del mapa conocidos hasta la fecha. Las sedas, las especias y las joyas más preciadas han dejado paso a las camisetas de fútbol, los suvenires y a las copias baratas de las grandes marcas europeas.
Quedará alguna tienda que se salve, dentro de las 4.000 tiendas del gran bazar pero se han convertido en lugares turísticos con precios muy inflados. Aún así es un lugar por el que hay que pasar sin lugar a dudas, siempre es divertido regatear un rato y ver el ir y venir de tanta gente, y al final seguro que algo compras.
Mucho más interesante me resultaron las calles aledañas en las que los comercios se agrupan según su mercancía. Así pasamos por una larga calle destinada a calzado, otra a pijamas y ropa interior, un poco más abajo comenzaron las calles de las jugueterías por último recorrimos varias calles dedicadas a las ropas de cama, y así sucesivamente.
Nuestro alojamiento se encontraba en la zona de la Torre Galata, una zona que curiosamente albergaba muchas calles dedicadas a vender lámparas y otra zona dedicada a ferreterías y fontanería, me resultaba muy curioso ver casi un barrio entero vendiendo sólo lámparas.
La zona de la torre Galata está muy animada por la noche y tiene mucha oferta para cenar y tomarse algo en alguna terraza.
De entre las muchas mezquitas que hemos visitado en estos días, hay que destacar la gran Mezquita de Solimán y la coqueta Mezquita de Nuruosmaniye. Ésta última se encuentra en la zona de Çemberlitas, cerca del gran bazar y nos pareció muy bonita.
La Gran Mezquita de Solimán, uno de los últimos sultanes del imperio otomano ordenó construir esta maravilla sobre una colina junto al Bósforo.
Su tamaño es alucinante, colosal, y en ella la simetría es ley. El patio y las vistas al atardecer desde su exterior son espectaculares y en las cercanías hay muchas terrazas en las que tomarse un buen café turco.
Desde Üsküdar, el Estambul asiático, he visto una de las puestas de sol más bellas que recuerdo.
Cerca de la torre de la doncella hay multitud de turcos que se reúnen para charlar de sus cosas, mientras comen pipas y se fuman una shisha, el sol atrapa todas las miradas y va tiñendo el cielo de un intenso color púrpura.
Se nos quedan infinidad de lugares por visitar en esta enorme ciudad, pero es que Estambul da para muchos viajes. Yo en particular me quedo con sus atardeceres infinitos que te dejan con la boca abierta. Espero volver algún día a esta fascinante ciudad, pero nuestro viaje continúa, esta noche tenemos un autobús nocturno rumbo a Selçuk, para visitar Éfeso.