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Llegó el día más esperado para mi, visitar Auschwitz.
Hacer esta visita fue el motivo de nuestro viaje a Polonia. Fanática de la historia de la II Guerra Mundial y el Holocausto, estaba claro que no podía volver sin visitarlo.
Reservé la visita a través de Civitatis, compré el pack de Auschwitz y las Minas de Sal de Wieliczka en el mismo día. El precio fue de 80€ por persona.
Ir a Auschwitz por libre es mucho más barato pero de esta manera te despreocupas de todo, porque un autobus te recoge, te lleva allí, te hacen la visita con guía para tu grupo y te traen de vuelta a la ciudad.
El autobus nos recoge a las 6.00 de la mañana en la misma calle del hostel, había que caminar unos 60 metros. Esa fue una de las razones de escoger este hostel, si teniamos que estar allí a las 6 de la mañana que no nos quedara muy lejos para que el madrugón fuera el mínimo posible.
A las 07.40 estábamos entrando en Auschwitz.
Poco que decir, es impresionante y espeluznante a partes iguales. Todo el mundo debería visitarlo una vez en la vida.
La visita se divide en dos partes, después de ver Auschwitz propiamente dicho nos volvemos a montar en el autobus y nos llevan a Birkenau. Se puede decir que la mitad de la visita es bajo techo y la otra mitad a cielo descubierto. Recomiendo ir bien abrigado para conocer Birkenau, sobre todo con gorro u orejeras, ya que al ser una zona descampada se nota mucho más el frío y el aire.
Al terminar la visita en el campo de exterminio nos llevan de nuevo a la ciudad y nos "dan libre" para comer hasta las 15.30h que salimos desde el mismo sitio hacia las Minas de Sal.
Aceptamos la recomendación de nuestro guía y fuimos a comer al restaurante Morskie Oko
(tienen la carta en castellano)
Allí probamos unas tortitas de patata típicas y también un filete empanado junto con unas patatas fritas para compartir. Agua, refresco y cafés por 106PLN (24€)
Después nos fuimos al hostel a descansar el poco rato que nos quedaba antes de coger el bus hacia las Minas.
La visita a las Minas es interesante y hay ciertas cuevas que impresionan mucho. Lo que pasa es que después de los días de tours que llevábamos encima, más los madrugones, más la caminata de Auschwitz por la mañana, la última hora de la visita se me hizo realmente cuesta arriba porque mis pies ya no podían más
Nada más llegar a Varsovia nos fuimos al hostel y caimos muertos... hasta el día siguiente
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