El despertador suena a eso de las 6:15, que horrorrr!!! Quiero dormir más!!!! Esta vez tengo que decir que he dormido del tirón supongo que por el cansancio arrastrado del viaje y el día de ayer. Aún teniendo pereza, nos levantamos con ganas e ilusionados de poder conocer un poco más a fondo la ciudad. El desayuno, muy bueno, probando comidas saladas que no había comido nunca hechas a base de pescado y setas. También metí algo de dulce al cuerpo para tener la energía suficiente que me ayude a pasar gran parte del día, hoy teníamos programado recorrer gran parte de la ciudad y ver muchas cosas por lo que va a ser un día fuerte. Mi mujer, comiendo un poco de todo de lo que puede comer, de momento los síntomas de sus intolerancias no han aparecido por lo que nos da mucha tranquilidad.
Después de un buen desayuno salimos en busca de nuestra primera parada, el Castillo de Osaka. Tomamos el metro en la estación de Nagahoribashi (N16) línea verde hasta Osaka Business Park (N21). Allí bajamos y seguimos las indicaciones hasta el Castillo. Lo primero que vemos nada más salir es esa inmensidad de rascacielos, y lo que no puedes prever es que detrás existe un zona verde con esa joya de monumento. En esta ocasión, nosotros no visitamos el interior ya que nos estábamos reservando para otros castillos que veríamos en los días venideros. Por lo que habíamos leído, todas las recomendaciones apuntaban a visitarlo solo por fuera.
El castillo es uno de los tres más importantes construidos en un alto y frente a una llanura. Esta situado en El Parque Korakuen, uno de los jardines japoneses más bonitos. Como he comentado, no llegamos a acceder al interior del edificio, pero sí aprovechamos para dar un paseo por sus alrededores.
Alrededores del castillo:
Desde allí volvimos a tomar el metro, esta vez para llegar al Mercado Kuromon Ichiba. Tomamos la línea verde en Osaka Business Park (N21) hasta Nagahorabashi (N16), luego hicimos transbordo para coger la línea marrón hasta Nippombashi (K17). El mercado es un entramado de pasillos repleto de tiendas y puestos de ropa y comida. Es el momento justo para hacer un parón y tomar un snack para coger fuerzas.
Nosotros en esta ocasión probamos unas vieiras a la plancha (600 ¥ por unidad) y un bollo al vapor dulce hecho con té macha (150¥ por unidad), ambos deliciosos.
Seguimos caminando, saliendo del mercado, en dirección a Den Den Town. Un barrio para los amantes de los muñecos manga y sobre todo de los nostálgicos de alguno de los dibujos animados de nuestra infancia, como era Mazinger Z Si te gusta el mundo Manga y estas interesado en los muñecos, ese es tu sitio para adquirirlos…
Salimos de Den Den Town para dirigirnos a otro de los barrios curiosos de la ciudad, hablo de Shinsekai. Un barrio que parece sacado de películas de los años 60, por su aspecto retro-futurista en su Torre Tsutenkaku (700 ¥ la entrada) a la que no subimos y sus puertas de entrada con carteles luminosos. Bastante llamativo el poder andar entre sus calles sobrecargadas de carteles luminosos en sus fachadas, nosotros no fuimos por la noche pero debe ser algo curioso de ver.
Asombrados por la cantidad de carteles y decoración que estábamos viendo nos dirigimos hasta nuestra próxima parada, el Templo Idshinji Tennoji. El calor apretaba sobremanera, el lugar estaba a 5 minutos caminando, pero nos costó llegar como si estuviese a 30 minutos; no hacíamos más que ir buscando sombras. Cuando llegamos, la desilusión nos cubrió por completo, la zona principal estaba cubierta y no se podía acceder porque estaba en obras para restaurarlo. A pesar de ello pudimos dar una vuelta por el recinto y ver su cementerio y alguno de sus edificios. También pudimos ver su moderna puerta principal hecha con cristal, acero y hormigón.
Las tripas empezaban a sonar, necesitábamos parar para comer. Decidimos buscar un sitio por la zona ya que nuestro próximo monumento a visitar era el Templo Shi-Tennoji, que estaba al lado del Idshinji Tennoji. Caminando vimos un restaurante pequeñito, muy familiar en el que estaba una señora mayor y una chica. El lugar super limpio, se podía comer hasta en la mesa si quisieras, nos trataron muy bien. El problema es que no tengo la localización ni el nombre . Tomamos un Negiyaki y un Yakisoba de carne, sopa miso, agua y cerveza, todo por 2322 ¥. Estaba todo de diez!!
Terminamos de comer y después de una pequeña charla (inglés, japonés de mi libro y Google) con las mujeres del restaurante, salimos camino del siguiente templo, el Templo Shi-Tennoji. El calor seguía apretando con lo cual, entre la tripa llena y la temperatura exterior, se nos hizo bastante cuesta arriba la visita. La entrada nos costó 300 ¥ / persona. Nos mereció la pena la visita y el esfuerzo por llegar al sitio.
Después de dicha visita, tomamos el metro para llegar a la Estación Central de Osaka. Allí aprovecharíamos para canjear nuestros Japan Rail y hacer las reservas de asientos de los distintos trenes que cogeríamos en todo el viaje. Os recuerdo que muchos de ellos hay que reservar el asiento por lo que lo recomendable es reservarlos, si podéis, con antelación. Si luego, durante el transcurso del viaje como nos pasó a nosotros, hay cambios y no podéis coger dichos trenes siempre podéis cancelarlos y reservar otro tren.
Como era todavía pronto por la tarde y no queríamos activar el JR todavía hasta dentro de unos días, compramos un billete de ida y vuelta para ir a KOBE. El precio del billete fueron 820 ¥ / persona. La idea era visitar la ciudad y probar la famosa carne de Kobe. La verdad que la visita nos sorprendió gratamente, Kobe es una ciudad muy moderna y con mucho ambiente. Nosotros fuimos paseando por su barrio chino hasta la zona del puerto. En el camino nos encontramos algún que otro local de Pachinko, una locura de sitio. Entramos por curiosidad y es mucho peor que entrar en un after, imaginaros música de video juego a tope de volumen y un olor a tabaco imposible de aguantar. No entiendo como puede estar la gente ahí jugando como si nada....
Pachinko:
Barrio Chino:
Puerto:
Buscamos un lugar para "cenar" y probar la carne de Kobe. Cenar, cenar, sabíamos que no íbamos a cenar mucho sobre todo por los precios que tiene dicha carne, por lo menos para nosotros pero teníamos que probarlo. Localizamos un restaurante que se llamaba Te Chan Gum, tomamos unos sushi de ternera de Kobe, lomo y lonchado de ternera de Kobe, cerveza y agua, todo ello por 9709 ¥. OJO porque hay muchos restaurantes en Japón que te obligan a consumir bebida de la carta, esto nos supuso pequeños problemas en alguno de ellos ya que mi mujer por su intolerancia no puede tomar bebidas carbonatadas, con alcohol, etc.; por lo que solo puede tomar agua. En este caso, tuvimos que explicárselo varias veces y enseñarle algunas tarjetas que llevábamos traducidas al japonés donde se indicaba su problema. Finalmente lo entendieron y a ella le sirvieron agua normal y corriente. Aunque la cena fue escasa y muy cara (para nosotros), creo que mereció la pena.
Después de la cena, tomamos el tren que nos llevó de vuelta a Osaka y el metro hasta el hotel. Estábamos muy cansados ya que había sido un día muy largo y con mucho calor. Mañana cambiaríamos de ciudad y nos marcharíamos a Koyasan, uno de los puntos fuertes del viaje. Teníamos muchas ganas.