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Miércoles 28 de agosto
RAFTING EN EL RÍO BALSA
Nos levantamos en una mañana soleada y magnífica y antes de desayunar pudimos disfrutar de las maravillosas vistas del Volcan Arenal "casi" despejado.
Este día teníamos reservada una actividad de rafting en el río Balsa. Después de una exhaustiva búsqueda por internet nos habíamos decidido por contratarlo con la empresa Arenal Rafting porque nos parecían los más profesionales. Se podía contratar un rafting de nivel II & III o bien uno más cañero de nivel III & IV. Como nunca habíamos hecho rafting nos decidimos por el facilito. El precio en la página web era de 65$ por persona e incluida recogida y transporte desde y hasta el hotel, material, guía, toalla cerveza tras el paseo y una comida luego en sus oficinas. Si os decidis a hcer un rafting or reocmiendo que no lo reserveis online ya que la oferta en el pueblo de Arenal para hacer aventuras es interminable y la competencia hace bajar mucho los precios. De hecho coincidimos con unos catalanes en el grupo que lo habían contratado allí por solo 50$ por persona.
A las 8:15 se presentaron a buscarnos en nuestro hotel y luego fuimos pasando por otros puntos de recogida donde conocimos a los que iban a ser nuestros compañeros de aventura. Además de nosotros 7 y de los otros 4 catalanes (una familia con dos niños), había otras tres parejas, una de mejicanos, otra de portugueses y otra de norteamericanos. En el trayecto en un desvencijado minibus tuvimos tiempo de conocer a los 3 guías, especialmente al guía jefe Didier un treintañero mazao que resultó un tío super ameno y que desde el primer momento nos hizo disfrutar del viaje. Pero también conocimos a otro guía que estaba completamente loco y que nos estuvo contando su vida y aventuras que entre muchos lugares le había llevado en alguna ocasión a España. A medio camino hicimos una parada en una frutería-cafetería para usar los baños y dar oportunidad de desayunar al que no lo hubiera hecho. Aquí está el payaso de Didier haciendo de las suyas.
Por toda Costa Rica hay bichos y este es un ciempiés tamaño XL que paseaba por el suelo de la cafetería:
Tras una media hora de viaje llegamos al punto de partida del paseo en balsa, un puente cerca del pueblo de Bajo Rodriguez. Allí dejamos el bus y bajamos hasta la orilla del río. En un periquete bajaron las 3 balsas de la baca de bus y nos repartieron los cascos, chalecos y remos y nos dieron una charla sobre cómo había que remar y sobre todo de cómo había que obedecer al quía si no queríamos acabar en remojo. Ibamos a ir 5 o 6 en cada lancha. Nos separaron a cada familia en un bote. A nosotros nos tocó con los mejicanos. El chico era normal pero ella era un espíritu delicado, maquillada al más mínimo detalle, ropa de marca y cara de susto y pensamos que la chica nos iba a dar mucho juego, como así fue. Nos explicaron 4 órdenes básicas: remar palante, remar patrás (y eso lo debía hacer cada lado de la barca de manera independiente siguiendo las órdenes del guía) y otras dos órdenes de seguridad: inclinarse para dentro de la barca en los tramos más movidos y sobre todo la de sentarse en el suelo de la barca para evitar vuelcos en los tramos peligrosos. Lo que más nos impactó es que también nos explicaron como volver a subir a la barca sin nos caíamos asumiendo que todos íbamos a probar el agua
Con 15 minutos de explicación ya éramos todo unos expertos en rafting así que nos metimos en las barcas y a remar.
El comienzo fue suave pero a los pocos metros la cosa empezó a ponerse movida y para probarnos nos metió por un primer tramo de fuerte corriente y nos dio la orden de "culo al suelo". Yo no obedecí con la suficiente rapidez y a punto estuve de irme al agua pero afortunadamente el mejicano me salvó tirando de mi arnés. Esto me sirvió para aprender una valiosa lección que ya no olvidé en todo el viaje y en cuanto oía la orden me tiraba al suelo como si no hubiera un mañana.
El paseo fue muy divertido. Pasamos por varios tramos del río que nos hacían saltar y rebotar en la barca. El tramo es el mismo para los de nivel III y IV por lo que asumo que el guía hace lo que quiere con la barca y con nosotros y si nos quiere tirar nos tira y si quiere que no botemos, pues también lo consigue.
La mejicana nos dio mucho juego porque se cayó en dos ocasiones y la cara de susto de la pobre cuando intentaba subirse a la balsa sacudida salvajemente por las olas es de las que no se olvidan fácilmente. Su novio también se cayó en otra ocasión y el guía salvó en dos ocasiones a mi media naranja de probar el agua.
Aquí la mejicana dándose un baño y Didier tirando de mi propia
Cada poco tiempo parábamos en los remansos para esperar al resto de lanchas y también para dar tiempo a que nos pasara un chico de la compañía que iba en un kayak y que llevaba la cámara con la que nos tomaba las fotos que veis.
También parábamos en algunas zonas para ver animales. Vimos unos murciélagos durmiendo y muchos pájaros pero no hay fotos de ninguno de ellos.
En una zona fue especialmente divertido. Didier nos explicó: "cuando en la siguiente curva os caigáis hacia la izquierda...". Y es que como digo hacen lo que quieren y si te quieren tirar, te tiran. Abordamos un recodo del rio muy peraltado y rebotamos en la pared con el lado izquierdo de la balsa saliendo disparados hacia la derecha. Aquí es una de las veces en las que se cayo la mejicanita.
¿Donde está la mejicana?
Los rápidos más intensos estaban el primera parte del paseo. A la media hora llegamos a una zona más pausada donde Didier me propuso que me dejara caer y me dejara llevar por la corriente y así lo hice durante un par de kilómetros mientras veía como la balsa se alejaba y yo me quedaba flotando a merced de la corriente en un rio de aguas fangosas y posiblemente lleno de peligros
. Gracias a Dios decidieron esperarme y me izaron a la balsa sin más percances pero el rato de soledad fue muy interesante. 
A medio paseo hicimos una pausa en un meandro muy tranquilo para tomar un tentempié de frutas (piña y sandía) mientras oíamos a unos monos aullar en la lejanía y observábamos una iguana gigante en un árbol cercano.
El resto del paseo fue más tranquilo y Didier ofreció a mi hijo surcar los rápidos haciendo el toro, o sea sentado en la quilla y agarrado a una cuerda como si fuera cabalgando un toro salvaje. Mi hijo Alex se portó como un jabato pero no tuvo tanta suerte la portuguesa que en uno de los rápidos se cayó al agua y le paso la barca por encima y se golpeó con una roca del fondo llevándose un bonito raspado en el culo de recuerdo.
Finalmente y tras un paseo de unas dos horas y aproximadamente 11 kilómetros llegamos al punto final, un puente cerca de la localidad de Javillos, donde nos esperaba el bus, unas toallas para secarnos y unas cervezas frías para celebrar que seguíamos vivos. Acabamos completamente empapados así que es conveniente llevar bañador o ropa de secado rápido o un cambio al menos de camiseta. También es necesario llevar calzado sumergible ya que el suelo de la barca esta continuamente lleno de agua.
La experiencia nos pareció super divertida y emocionante y es un must en todo viaje a Costa Rica. Como el país tiene tantos ríos y tanta lluvia hay la posibilidad de hacer rafting en todas partes. Los raftings más famosos son los del río Sarapiqui y también hay rafting en la zona de Manuel Antonio pero para unos principiantes como nosotros, éstos del río Balsa ya nos parecieron suficientes.
Nos acercaron en bus a sus oficinas en Arenal donde nos cambiamos de ropa y el que quiso se pudo duchar. Y allí nos ofrecieron una modesta comida local, el habitual casado con un postre de fruta y unas cervezas mientras el fotógrafo nos mostraba las fotos que nos había hecho entre la hilaridad general.
Por supuesto las fotos no eran gratis
(40$) pero nos hicieron una oferta de compartir precio entre los integrantes de cada lancha así que por 20$ se quedaron con nuestros emails y nosotros con la promesa de que nos enviarían un Wetransfer con el paquete de fotos como así hicieron a las pocas horas. Nos despedimos de los guías, les dejamos una propina acorde a sus méritos y nos devolvieron al hotel.PARQUE DEL VOLCÁN ARENAL Y LAGO ARENAL
www.sinac.go.cr/ ...fault.aspx
Horario 8:00 a 16:00
No residentes 15$ / Niño no residente 5$
Eran sólo las 2:30 de la tarde y teníamos que llenar lo que quedaba de tarde así que cogimos el coche e intentamos entrar en el Parque de Volcán Arenal. Los catalanes del rafting nos habían dicho que la visita del parque no merecía la pena ya que es un paseo por la falda del volcán entre vegetación selvática pero que no pasa ni cerca del cráter ni es espectacular. Y la vista del volcán es parecida a la que se tiene desde todo el área que le rodea.
Foto del mirador del volcán Arenal (fuente)
Pero no podemos corroborarlo porque el parque tiene un horario muy escaso (de 8:00 a 16:00) y no teníamos tiempo de visitarlo en condiciones (teniendo en cuenta además que la entrada vale 15$ por persona).
Así que cambiamos de planes y nos fuimos a visitar la Laguna Arenal que es un enorme embalse creado por una presa de unos 30 kilómetros de longitud. Hay una carretera que lo bordea que es preciosa, llena de curvas, con vegetación que la bordea e incluso se mete en el asfalto y múltiples cascadas de agua en los arcenes. Pero a pesar de que lo buscamos no vimos ningún camino de bajada a la laguna salvo uno privado por el que también nos querían cobrar (¿he dicho ya que este país es un sacadineros continuo?) así que volvimos por el mismo camino y nos paramos en la presa para hacer unas fotos mientras el cielo se encapotaba y comenzaba a llover.
De la presa salía una pista de tierra llamada La Península que nos llevo a la entrada del Parque Arenal por un paisaje precioso de selva y maravillosas vistas del lago, sólo para confirmar que a las 4 el Parque ya no admitía visitas.
BAÑOS DE CHOLLÍN, EL TABACÓN DE LOS POBRES
Así que nos encaminamos a los Baños de Tabacón. Como he dicho toda la zona tiene surgencias de aguas termales que los diferentes hoteles de la zona aprovechan para ofrecer servicios de Spa. El hotel más famoso y lujoso de la zona es el Hotel Tabacón pero sus precios son imposibles. El pase de día completo son $105 por adulto, comidas incluidas. Hay otros pases más baratos pero no vimos que mereciera la pena y con las aguas de nuestro hotel ya nos considerábamos servidos. Otras termas famosas de la zona son las de Baldi Hot Springs y Ecotermales Fortuna.
Pero el principal motivo de acercarnos a esta zona es que a apenas 100 metros de la entrada al Hotel Tabacón se encuentran los Baños Chollín, también llamados el Tabacón de los Pobres, un tramo de río con aguas termales sin ningún servicio ni adaptación al visitante pero que están llenas de ticos y de turistas porque... son gratuitas!
El sitio no está indicado pero no tiene perdida por la cantidad de coches aparcados en las cunetas (GPS: 10°29'19.0"N 84°43'24.2"W, Google Maps). Dejamos el coche tirado en un lateral de la carretera en el sitio donde un aparca nos indicó. Le dejamos una propinilla y nos bajamos hasta los baños siguiendo un sendero embarrado de apenas 50 metros.
La primera impresión es un poco lamentable ya que el río atraviesa por debajo del puente de la carretera que habíamos dejado atrás que está mugriento y lleno de pintadas. Pero tanto hacia abajo como hacia arriba del puente hay varias pozas donde se puede uno tumbar mientras se disfruta del agua caliente. El sitio es un río con el fondo lleno de piedras y hay que hacer bastantes cabriolas para llegar a las distintas zonas de baño. Por ello es imprescindible llevar calzado acuático para no terminar con las plantas de los pies destrozadas.
La verdad es que el ambiente es muy local con mucho tico y algún turista despistado, principalmente del tipo perroflauta, y no es nada sofisticado, no sé si me entendéis. Vamos que es cutre que te pasas. Además vimos a alguno paisanos con muy mala pinta que miraban mi cámara más de lo necesario así que no os recomiendo llevar nada de valor (aparte que los tropiezos están a la orden del día y cualquier cosa frágil o electrónica peligra). Pero tampoco nos fiábamos del paisano del parking así que decidimos turnarnos y yo me subí un rato a vigilar el coche.
En estas empezó a llover como lo hace en los países tropicales: de golpe y a conciencia. El aparca desapareció y empezó a caer barro por la carretera como si nos fuera a tragar la tierra. Al poco rato subió mi compañero a relevarme y pude bajar a "relajarme" un poco a los baños. La verdad es que estar tumbado en el lecho del rio con agua termal mientras te cae encima una tormenta tropical es una experiencia que no se vive todos los días.
No niego que pasamos un buen rato, un poco surrealista, pero tampoco es una actividad imprescindible. Si pasáis por ahí y os apetece echar unas risas y no sois de mucha exigencia, lo pasareis bien. En caso contrario, abstenerse.
Como seguía lloviendo, al poco rato nos subimos a la van y volvimos a nuestro hotel a disfrutar de nuestro precioso y gratuito spa con su wet bar. Y cuando anocheció nos acercamos a Arenal a cenar y como nos había gustado tanto el restaurante del día anterior decidimos no arriesgar y repetimos en El Pollo Fortuneño y por supuesto, no nos arrepentimos.
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