8 de septiembre. Este día teníamos un largo trayecto de viaje para atravesar la región de Damaraland.
Durante el desayuno recordé que no íbamos a encontrar ningún restaurante durante el día y que había olvidado comprar comida en algún supermercado. Así pues, lo mejor que se me ocurrió fue encargar un sándwich en la cocina del hotel.
Salimos por la carretera de la Costa de los Esqueletos hacia el norte y paramos en la zona de playa donde se encuentra el barco hundido Zeila, que yo había visto el día anterior en la excursión a Cape Cross.
Más tarde, hicimos una parada técnica en Henties Bay, pueblo de vacaciones veraniegas por excelencia en la zona, al que no le encontré ningún encanto. Me imaginaba que podía ser estilo a las ciudades pequeñas de la costa este de Estados Unidos, jaja.
Desde Henties Bay dejamos la carretera de la costa y cambiando de dirección nos dirigimos hacia el interior, hasta la localidad de Uis, donde hicimos otra parada técnica en la gasolinera. Allí pudimos ver algunas mujeres de la tribu de los hereros, con sus vestidos de colores llamativos de estilo victoriano.
Alguna foto pude robar a lo lejos.
Uis es un asentamiento que fue fundado a finales de la década de los 50 en el siglo XX para realizar la explotación de las minas de estaño de la zona. Además, Uis es famosa por encontrarse a los pies de la montaña más alta de Namibia, Brandberg, donde se encuentra la pintura rupestre The White Lady, que se dice que puede tener más de 20000 años de antigüedad.
Desde Uis nos desviamos por una carretera, por llamarla de alguna manera, para ir hacia Twyfelfontein. A los pocos kilómetros de Uis, vimos un poblado a un lado de la carretera donde había unas mujeres himba y herero vendiendo artesanía. Un hombre de alguna de esas tribus estaba controlando el cotarro, es decir, para hacer fotos había que pagar 20 ó 30 NAD. Si queríamos un tour por el poblado himba, que eran 4 chozas circulares con tejado de paja que había al lado, se pagaban 100 NAD.
Herero y himba comparten un origen común, de modo que los himba pueden considerarse un subgrupo de los primeros. Durante la época colonial alemana la tribu herero fue perseguida y casi aniquilada y parte de sus costumbres perdidas por la influencia colonial. Inicialmente las mujeres de la tribu herero iban semidesnudas como las himba, pero considerado esto por los misioneros casi una ofensa, consiguieron introducir la vestimenta y desde entonces el traje de las mujeres herero está basado en los vestidos que se llevaban en Europa en el siglo XIX durante la época victoriana.
Los himba si han mantenido sus costumbres y continúan siendo una tribu seminómada. Es llamativo el aspecto y la indumentaria de las mujeres. Van semidesnudas, vestidas con una falda corta y con el pecho al descubierto, sólo con collares. Si llevan un cinturón de plástico es porque todavía no pueden tener hijos. De lo contrario, el cinturón es de pieles. En el tobillo llevan tantas pulseras como hijos hayan tenido. Tienen un color rojizo característico en la piel, que es resultado de la mezcla que se untan para protegerse del sol, de los mosquitos, para higiene y acicalamiento. La sustancia que se echan es una combinación de ocre (óxido de hierro mezclado con arcilla, que es de color rojo), grasa animal y hierbas. Llevan unos peinados muy originales que varían según la posición social en el poblado.
Una vez que vimos los abalorios que vendían y realizadas las fotos pertinentes, se pusieron todos en fila para posar en una última foto. Todo muy natural.
Más adelante nos encontramos otros cobertizos donde había mujeres herero y himba vendiendo artesanía. Cuando nos veían pasar sin detenernos, hacían aspavientos con los brazos, con pinta de no estar muy contentas.
Paramos en un sitio donde había una señal de “peligro, elefantes”.
Poco a poco nos fuimos introduciendo en una zona bastante seca en la que la mayoría de la vegetación era matorral bajo y el paisaje era rocoso.
Hicimos una pausa para comer y a eso de las 14:30 estábamos llegando a Twyfelfontein, donde íbamos a hacer una ruta de aproximadamente una hora para ver los petroglifos.
El sendero que se recorre, acompañado de un guía, no es nada adecuado para personas con movilidad reducida, salvo la primera parte que va más en llano. Aun así, no me conformé y completé el sendero entero subiendo y bajando entre rocas, yendo con las muletas.
Pudimos ver diversas figuras de animales representadas en las rocas, como por ejemplo de jirafas, leones y gacelas. Incluso había algunas humanas. En total hay más de 2000 figuras de arte rupestre, que se remontan hasta a hace más de 3000 años.
Este lugar fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2007.
Posteriormente fuimos al Damara Living Museum. Se trata de un poblado y museo cuya finalidad es preservar la cultura del pueblo damara, cuyo modo de vida se vio afectado durante la época colonial y el régimen del apartheid (Namibia estuvo bajo el dominio sudafricano). Puede parecer una visita demasiado turística, pero si sirve para que un pueblo pueda mantener sus costumbres, entonces bien está. Pudimos ver cómo hacían fuego, danzas típicas, juegos típicos, el uso medicinal de diversas hierbas y la singularidad de su idioma. Éste incluye una serie de sonidos que hacen mediante chasquidos con la boca y la lengua, resultando una combinación llamativa cuando menos.
Vídeo de las danzas típicas:
La siguiente visita prevista era al Bosque Petrificado, pero por lo visto estaba cerrado cuando pasamos con el camión, por lo que seguimos hacia Khorixas y a nuestro nuevo alojamiento para una noche: el Damara Mopane Lodge.
store.gondwana-collection.com/ ...pane-lodge
Nuevamente la distribución de un edificio central con las cabañas distribuidas alrededor de un jardín con piscina. Hacían un safari para ver la puesta de sol, pero por la hora a la que llegamos fue imposible apuntarse a él.
La cena la hicimos en el exterior del edificio central, a cubierto. Fue de tipo buffet, pero no me convenció mucho. Para variar, la carne que había, de kudu, estaba dura. Lo peor fue que algo me sentó mal y me pasé un buen rato que tenía dificultad para tragar.