La playa que nos hacía más ilusión desde que empezamos a organizar el itinerario por Ilha Grande era la de Lopes Mendes, preguntamos a la gente local si era muy difícil llegar caminando y todos coincidían en que era fácil si estas mas o menos acostumbrado a caminar. El sendero comienza por un camino que pasa por al lado del Hostal Che Lagarto que es muy conocido en Brasil, está bien señalizado con un cartel y hay bastante gente caminando que te indicara el camino, son unos 6 kilómetros atravesando la jungla, a mi me daban mas miedo los animales que pudieran haber que la caminata en si, pero por suerte no vimos nada raro, solo algún lindo monito. El camino es durito, tiene muchas subidas y piedras, pero vale la pena totalmente.

Se puede llegar a la playa también en barco, pero recomiendo la caminata porque son muy bonitos los paisajes que te vas encontrando en todo el camino, pasas por otras playas, aviso que nosotras nos mojamos los tenis intentando cruzar por la playa de Palmas, hay que subir una roca y bajar mediante una cuerda que te ayuda, pero terminas en la playa misma, así que o te descalzas o como nosotras, por pereza, te mojas jaja. Esta playa es hermosa y daban ganas de quedarse pero todavía nos quedaba un rato para llegar a nuestro destino así que nos resistimos y seguimos.

Cuando finalmente llegas a Lopes Mendes extenuado y con calor, te encuentras con este paraíso y te sorprende mucho más. La playa es realmente espectacular, de las mejores que he conocido en mi vida, son unos 5 km de playa, la arena es muy blanca y finita, como si estuvieras pisando harina y donde acaba la arena empieza la jungla, lleno de árboles donde puedes buscar un poco de sombra para descansar.

Nosotras nos habíamos llevado unos bocatas para comer ahí, si bien hay algunos chiringuitos en la playa, son bastante caros, así que compramos algo para tomar y nos quedamos a pasar la tarde relajadas, hasta la hora de volver que esta vez si lo haríamos en barco.
Antes de ir a la playa de donde sale el barco, fuimos a conocer la playa de Santo Antonio que nos había recomendado un señor de la agencia donde fuimos a preguntar, había que desviarse a la izquierda por un camino no muy bien definido y por el que no transitaba nadie, cuando llegamos a la playa no había mas de dos personas y era perfecta con rocas a un lado,y rodeada de vegetación, nos dimos un baño y apenas estuvimos un rato, para que no se nos hiciera la noche por esos caminos desolados.

Volvimos hacia atrás al camino original y fuimos hasta Pouso que es desde donde salen los barcos hacia Abraao. Después de regatear con los chicos que vendían los tickets para el barco, lo conseguimos a 15 reales por persona y nos montamos en esa lancha, que no sabíamos si nos devolvería al pueblo seguras porque iba a una velocidad de miedo, dando saltos en el agua, y mojándonos a todas, pero tuvo su toque de adrenalina y llegamos bien al final jeje.
Fuimos a una de las agencias que habíamos estado mirando el día anterior para comprar un tour para el día siguiente, decidimos hacer la media vuelta a la isla, teníamos duda si hacer ese o el de las islas paradisíacas, pero preferimos conocer un poco más Ilha Grande y dejar las otras islas para una próxima vez, porque espero volver a este sitio en algún momento. El tour nos costo 100 reales (25 euros). Si bien en Brasil es muy barato el alojamiento y la comida, los tour nos parecieron un poco caros para lo que ofrecen, que es solo transporte y nada más.