POMPEYA
Sorrento está relativamente cerca de Pompeya, se llega rapidísimo en tren, así que como yo no conocía y Amalia si y no le interesaba volver, nos separamos, yo tome el tren a Pompeya y ella se quedó disfrutando de Sorrento.
Lástima que el día era lluvioso y no pude disfrutar del lugar sin charcos ni paraguas, el beneficio fue que no se me calcino el cerebro, como me habían contado otros que ya habían estado, por el sol abrazador que suele haber, ni había mucha gente.

A mí me encanto, hubiera querido tener una guía para que me explicara aquello que no figuraba en la guía que me había hecho yo misma, o que las casas famosas estuvieran señalizadas, porque al menos a mí con el paraguas me resultó bastante difícil encontrarlas

Dicen que el negocio más viejo de la humanidad es la prostitución pero el robo y la compra de cosas robadas debe estar en segundo lugar porque ya en la antigua Pompeya tenían necesidad de poner frente a las casas el cartel de “cuidado con el perro” sólo que en lugar de cartel lo hacían con mosaicos en el piso.

Me hubiera gustado que los restos arqueológicos encontrados estuvieran clasificados no como estaban metidos sin orden ni concierto en una especie de jaula, con mucho polvo, digo con lo que cobran de entrada por lo menos podrían pasarle un plumero, en fin. Espero que ya lo hayan mejorado

NAPOLES
Un día nos fuimos las dos en tren a Nápoles que también está bastante cerca de Sorrento, y que ninguna conocía. Acá nos tocó otro día del demonio, empezamos a caminar pero estaba tan feo que al final decidimos hacer algo que no hacemos nunca, subirnos a un bus turístico de esos que tienen varias paradas y podes subirte y bajarte las veces que quieras en los lugares que te interesan y mientras estas en el bus te van contando lo que vas viendo.
Dicen que es una ciudad distinta de Italia y yo me lleve la misma impresión, la parte que caminamos confieso que me dio algo de miedito, y lo que vimos desde el bus tampoco me enamoro, todo sucio, viejo y descuidado. No me gusto. Lo que más recuerdo de Nápoles es el feo día que tuvimos y el miedito. Quizás en un día de sol me hubiera llevado otra impresión, habrá que volver.
