El despertador sonó a las 6:00. Ayer fue un día agotador, pero las ganas de volver a ver la ciudad de Petra dejaba a un lado cualquier atisbo de cansancio. Nos levantamos y desayunamos. El gerente del hostal ya estaba despierto, y nos atendió con gran amabilidad. Tomamos un café y nos sirvió un zumo de naranja por cuenta de la casa, mientras disfrutábamos de unas vistas increíbles del amanecer, viendo el sol caer sobre la ciudad de Petra.
Teníamos tiempo, estábamos relajados, pero debíamos partir hacia Petra. Nos despedimos del staff del Cabin Hostel, y nos dirigimos a la entrada de Petra.
Nos fuimos rápidamente hacia el Tesoro. Ahí estaba; seguía impresionado al igual que el primer día. La diferencia era que hoy eran las 7:00 y estábamos prácticamente solos en frente del Tesoro, fue increíble. Sacamos algo de comida, y nos tomamos otro café enfrente del Tesoro.
Hoy tocaba dirigirse hacia el monasterio. Por el camino nos ofrecieron muchas veces subir en burro (algunas personas lo hacían), pero nosotros nos negamos.
De camino al monasterio había muchos puestos de beduinos, nosotros compramos dos pañuelos y una pulsera beduina. El beduino nos invitó a café dentro de su casa, era un ambiente muy confortable y amigable. El precio de los pañuelos suele ser 5 dinares aunque puedes conseguirlos más baratos si regateas.
Seguimos subiendo. El camino, según subes, es cada vez más bonito, con unas vistas increíbles.
Y ahí estábamos, agotados, subiendo los 800 famosos escalones de Petra hacia su monasterio.
Y por fin, llegamos. Un hermoso monumento estaba en frente de nosotros, era el Monasterio. Lo observamos y nos tomamos fotos.
A continuación seguimos subiendo hasta el punto más alto, desde donde había una panorámica hacia el monasterio, y se podían observar enormes montañas también.
Después de la larga caminata, y las paradas, ya era la hora de comer, y estábamos cansados y hambriento. Aprovechamos este lugar para comer un poco. Un lugar donde sentarse y descansar, comida, y unas vistas privilegiadas. Qué más se podía pedir.
Conforme sacamos la comida, un grupo de gatos aparecieron y empezaron a lanzarse sobre nosotros. Fue una anécdota graciosa, ya que cada vez llegaban más gatos, y las personas que subían nos miraban riéndose.
Una vez acabamos la comida nos dirigimos al bar situado en frente al monasterio. Donde pedimos un té (1 dinar) y una shishas (4 dinares). Estuvimos allí un buen rato, fumando la shishas y bebiendo té.
Sentados tomando el té y fumando una cachimba en frente del Monasterio
Aún nos quedaba tiempo, el cual dedicamos a subir hacia los punto más altos, desde se podían ver unas vistas impresionantes de montañas y monumentos beduinos.
Sobre las 17:00 nos volvimos, estuvimos otra media hora disfrutando del Tesoro, y salimos.
Había quedado con mi guía de Wadi Rum a las 19:00, por lo que íbamos bien de tiempo.
1 hora y media de viaje, y allí llegamos.
Nos esperaban en una gasolinera en un Mitshubishi 4x4. Nos saludaron y fuimos hablando sobre lo que haríamos, y sobre cómo iba yendo nuestro viaje.
En 15 minutos llegamos al campamento (Wadi Rum Legends Camp). Era un sitio acogedor y nuevo. Nos enseñaron las instalaciones y nuestra habitación. La habitación estaba genial.
Dejamos las cosas, nos dimos una ducha y nos reunimos para la cena con todas las personas que estaban en el campamento. Para cenar había buffet de comida beduina. Estaba todo muy bueno. Al acabar tomamos té y compartimos historias, los beduinos nos hablaron mucho de su cultura y cómo vivían allí. También hicimos juegos y cada persona habló de su país. Había personas de Australia, Canadá, Irlanda, España, Francia... fue una gran experiencia intercultural.
Cuando se hizo tarde nos fuimos a dormir. Poníamos final a un gran día, y esperábamos el siguiente con gran motivación.