Llegada a Skopelos; somos libres
Descansamos de maravilla en Skiathos, pero nos despertamos temprano, nos vestimos y en poco tiempo estamos preparados para hacer check out e irnos a desayunar, así hacemos, llegamos al puerto antes de las 10, con tiempo para recoger los tickets de Anes Lines en una agencia y desayunar tranquilamente. Nos encanta desayunar en los puertos de las islas griegas, con frappe por supuesto.
El ferry sale bastante puntual, nos organizan en fila con distancia, al entrar dejamos equipaje en la bodega y subimos, nos recogen el formulario y enseñamos los tickets, nos sentamos en cubierta tras ver la salida del puerto de Skiathos.
Enseguida empezamos a ver la isla de Skopelos, la parte norte, vamos rodeando muy cerca de la costa, en algo más de una hora llegamos al puerto de Skopelos.
El hotel nos había enviado un taxi pero se puede llegar al hotel perfectamente a pie aunque se lleven maletas. Sobre la 1 hacemos el chevk in, el hotel tiene una aplicación para ello, toman bastantes medidas higiénicas y nos dan un papel para decir los días de limpieza, también nos toman temperatura.
Nos dan un estudio frente a la piscina en segundo piso, con una terraza muy agradable, todo correcto. Cuando estábamos colocando la ropa los móviles empiezan a sonar muy fuerte, es una alarga de sms, no llamada, alertan de las precauciones ante el regreso de vacaciones de los griegos.
En Grecia el periodo tradicional de vacaciones es entre el 1 y 20 de agosto, alertan de tomar medidas para evitar contagio de COVID, no niego que me asusté hasta que vi que no era un mensaje personal, además llegó a los dos móviles.
Con todo organizado nos vamos al puerto, con ganas de disfrutar de una buena comida en el puerto. Elegimos una taberna en la parte opuesta a la zona de nuestro hotel, frente al mar
Kyratso´s Kitchen, tomamos souvlaki de pollo, sardinas a la plancha, saganaki, dos cervezas Spira (fabricada en la isla) y refresco. 42 €
En cuanto a comidas, hemos comido muy bien, quizá no tan fantásticamente como en islas como Amorgos que destacan muy especialmente, pero sí bien, en la media de lo que es Grecia, y el precio yo diría que un poco más caro que Cycladas, a cambio nos han puesto muchas veces ricos aperitivos y postres; pastelitos, yogurt, alguna fruta, por ejemplo.
Damos un paseo por el puerto, es muy bonito, con sus casas de tejados rojizos en anfiteatro y su ambiente típicamente griego, los barcos amarrados, las tabernas, las panaderías, vemos que tenemos un super muy amplio cerca del hotel, perfecto para comprar agua, alguna cena etc.
Regresamos al hotel porque tenemos ganas de un baño en la estupenda piscina, aunque hay más gente de la esperada, sobre todo niños, fundamentalmente familias griegas.
Son las 5:30, no vamos a negar que comprobar que han pasado 24 horas sin noticias de las autoridades griegas, salvo la alarma colectiva por la que casi nos da algo, es un alivio. Somos libres, tal y como imaginábamos al 99,9%, mi marido es negativo. Tenemos por delante 15 días de relax, buena comida, paseos, mucha felicidad y mucho mucho mar.
Tras un buen rato de piscina nos vamos a duchar y preparar para el paseíto de la tarde/noche por el pueblo, hay ganas de descubrir rinconcitos, y de cenar en Alexander, por recomendación de Slumpillo y Carcaro, innegable que el diario y andanzas de Slumpillo en Skopelos nos ha inspirado a varios. Y que Carcaro que nos ha precedido en las islas este verano, nos ha dado buenos datos e impresiones. No hay nada como las experiencias de foreros de confianza, ¡gracias!
Efectivamente hay gente, las calles más céntricas están bastante llenas, pero en cuanto nos alejamos un poco, podemos pasear solos, por el puerto se mantienen bien las distancias, por otro lado gusta ver a la gente haciendo vida normal y disfrutando, por fin.
Cenamos en Alexander, por recomendación de Slumpillo y Cárcaro.
Alexander, cheesepie, ensalada de la casa (enorme) y croquetas, bebidas, nos traen aperitivo y postre de regalo, 27 €. La terracita es encantadora, muy bien iluminada, está en una calle por detrás del puerto, subiendo, muy agradable.
Sobre Skopelos:
En 1997 la Organización Internacional de Biopolítica le concedió el título de isla verde y azul, y desde luego creemos que lo tiene muy merecido.
La isla está cubierta de frondosos bosques de pinos, eucaliptos y olivos que muchas veces llegan al mar, playas maravillosas, ermitas blancas y una bonita arquitectura tradicional. Cuenta la mitología que sus primeros habitantes fueron los cretenses, que llegaron aquí conducidos por Estafilo, hijo de Teseo, y Ariadna, hija del rey Minos, de hecho Stafilos fue el primer nombre con el que fue conducida esta isla, aunque desde el s II a.C ya se la nombra Skopelos, en referencia a los arrecifes que la rodean.
Su nombre de ficción es Kalokairi, así la llamaron en la película Mamma Mía.
Su superficie es de 95 km² y su población de unos 6000 habitantes.