Del escenario más bonito del mundo a Castello
Nos queda una última mañana completa para terminar de ver lo imprescindible, desayunamos y dejamos las maletas en el hotel, la idea es estar en Piazzale Roma a las 4 para coger el tram y recoger las maletas en el hotel y tomar el Shuttle al aeropuerto.
Una mañana aprovechada inmejorablemente, en Piazzale Roma tomamos el vaporetto, precio individual a partir de 6 años de edad, 7,50 € y 75 minutos de uso. Nos colocamos delante dispuestos a contemplar el escenario más bonito del mundo, maravilloso.
Vamos hasta Arsenale pasado San Marcos y damos un paseo por el sestiere de Castello, tranquilo, precioso.
Entramos en la Librería Aqua Alta, otro de los lugares curiosos y encantadores que esconde Venecia, sus dos terracitas con libros antiguos expuestos de una manera muy curiosa, las escaleras y el curioso interior, nos gusta mucho. Está en Lunga Santa María Formosa 5176b.
Continuamos hacia Rialto, paramos para ver el puente de los Suspiros, a esa hora hay menos gente que la tarde anterior.
A la 1:30 ocupamos una de las últimas mesas libres en la Trattoría Al Nono Risorto, tiene terraza y la verdad es que el tiempo se presta también a comer fuera, está en Sotoportego de Siora, Santa Croce 2338, a poca distancia de Rialto, pedimos lasagna, pizza, un plato de quesos y una ensalada Caprese, dos Spritz y un refresco, 50 €, todo muy rico, y buena relación calidad/precio.
Tras la comida tenemos un rato para pasear en dirección a Piazzale Roma, por San Polo y Santa Croce, y despedirnos del Gran Canal, gran broche de oro. Últimas fotografías, nos ha encantado Venecia en otoño, con esa luz, unos días espléndidos de cielos azules, comida fantástica…
Cogemos el tram y recogemos maletas, con pena por lo corto del viaje, pero contentos porque todo ha salido redondo, incluso el puntual regreso a casa.
Queremos volver, entonces no imaginábamos que aquel era nuestro penúltimo viaje antes de la pandemia, Venecia merece un recorrido a fondo, como el que hicimos en 2002, iglesias, museos, palacios, ir a Burano…
Recomiendo mucho salir de las rutas más transitadas, hay que ver los imprescindibles, sí, pero salirse de esas rutas más frecuentadas permite conocer la Venecia de siempre con sus callecitas con ropa tendida, abuelos viniendo de la compra, familias en barca, bacaris y tiendas de barrio, una Venecia encantadora que pervive y ojalá nunca se vaya del todo.