Retomamos nuevamente el camino para dirigirnos a Canapost.
La primera vez que aparece documentado el nombre de Canapost es en un escrito del 901 en el que se le da el nombre de Canaposto.
En la fundación de la vida canónica de la Seu de Girona, de 1019, se alude a la parroquia de Canapost.
No se sabe de dónde proviene ese nombre. Se dice que podria aludir a una "fita" o "pedra de camí", lo que podría entenderse al ser un lugar de paso.
Lo primero que nos encontramos es la Iglesia de Sant Esteve. Como su nombre indica, está dedicada a san Esteban pero también al santo Cleto o San Anacleto, tercer Papa (siglo I), aunque en algunas fuentes se cita al Pontífice como la advocación primigenia de la iglesia.

La iglesia tiene diferentes estilos, fruto de sucesivas ampliaciones. Hay un cuerpo principal de estilo prerrománico (siglos IX o X) y una gran ampliación, de entre los siglos XI y XII, que consiste en una nave paralela de estilo románico y una torre campanario.
La iglesia albergaba un retablo gótico de la Virgen María de Leche, que en la actualidad se conserva al Museo de Arte de Girona. Sí que hay bastantes pinturas románicas restauradas en 2002. Lamentablemente encontramos en edificio cerrado.
Como es bien sabido que se acostumbraba a enterrar junto a las iglesias, entre 2004 y 2005 el ayuntamiento municipal autorizó una excavación arqueológica en el entorno de la iglesia, encontrando 85 tumbas antropomorfas (con forma de persona) hechas con losas y 18 sarcófagos esculpidos en piedra arenisca, típica de la zona.
Durante la excavación se encontraron también ollas de cerámica junto a los difuntos y conchas de peregrinos a Santiago de Compostela de hace más de 600 años.

En el termino municipal de Canapost encontramos la llamada cista del Mas Puig-sec, una sepultura antropomorfa asimétrica excavada en la roca, y los Clots de Sant Julià. Se trata de unas antiguas pedreras formades por muchas cavidades, algunas de hasta 10 metros de profundidad, excavadas en la roca. Aunque no se han hecho intervenciones arqueológicas profundas, parece que son de época romana o seguramente anteriores.
Se cree que con estas piedras se construyó Peratallada.
Según una leyenda, aquí martirizaron a los primeros cristianos. Encontramos una capilla troglodita llamada el Sitial o Trono de la Reina, que contiene una cruz en su interior.
También se conserva un tramo del antiguo camino de Empúries, una importante vía romana que la comunicaba con Girona.
En el Puig dels Socors, finalmente, se han encontrado restos de un poblado prerromano. Hoy en día están las ruinas de la capilla de la Mare de Déu dels Socors.
Nosotros, por falta de tiempo, no salimos del núcleo poblado, no tan interesante como Peratallada pero que merece una visita por su hermosa iglesia.