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El día de hoy estaba dedicado sobre todo a los bazares, ¡y a las compras!
Sobre las 10 volvemos a salir del hotel, y la primera parada era la mezquita de los tulipanes, pero al llegar al lugar, todavía no la habían abierto ya que estaban limpiándola, así que solo la vimos por fuera. Cercano a ella estaba la universidad, donde destaca un arco de entrada. Pero nos la debimos de pasar de largo y aparecimos en las calles aledañas al Gran Bazar.
Nuestro próximo destino era la mezquita Solimán, para la cual hay que subir un poco de cuesta, ya que está en lo alto, lo que hace que tenga unas buenas vistas de la ciudad. El interior me pareció muy grande, casi la mas amplia de todas las mezquitas que hemos visitado, pero está prohibido el paso para los turistas por lo que solo te dejan estar en un extremo. Es increíble la gran lampara que hay en su interior, que rodea casi casi todo el interior de la mezquita y que se encuentra a poca altura del suelo. El complejo cuenta también con un cementerio, el cual es bonito, y por el que estuvimos paseando un rato. Ahi se sitúa el mausoleo de Soleimán el magnifico.
Como estábamos cerca del Gran Bazar, estuvimos callejeando por esas calles hasta que llegamos al edificio principal. Algunas de las zonas me parecieron que estaban con falta de mantenimiento, pero de todas formas, es un lugar muy interesante. Mucho mas bonito es el Bazar de las Especias, que está justo pegado al Bósforo. Al cual se puede llegar bajando por una de las muchas calles que salen en dirección al mar. Eso sí, hay que tomarselo con calma, porque son todo puestos por lo que un trayecto de 500 metros, te puede costar 20 minutos tranquilamente.
Si queréis hacer compras, lo ideal es caminar por las calles aledañas, que es donde están la mayoría de puestos, y podéis comprar las cosas algo mas baratas que dentro. Eso si, terminareis aturullados de ver a tanta gente, tantos productos en exposición, tanto calor...
Una vez nos cansamos de compras, decidimos ir a comer al mismo sitio que ayer, ya que cumplía las tres B: bueno, bonito y sobre todo barato.
Desde ahí miramos como ir a la colina de Pierre Loti, una montaña al final del Cuerno de Oro, donde se ve Estambul de forma magnifica.
Vimos que había barcos para ir, de forma que así podríamos disfrutar de la ciudad desde el mar, pero había que ir a la otra ribera, a Karakoy. Por lo que tocó caminar un rato para poder llegar hasta ahí. Sacamos los tickets y esperamos en el puerto a que llegase nuestro barco. Bajo la atenta mirada del segurata, no nos equivocamos de ferry.
El trayecto se hacía largo (45 minutos) pero fue muy cómodo, además de poder descansar que también se agradece.
El barco te deja justo abajo de la montaña, donde puedes coger un teleférico o subir caminando. Decidimos la segunda opción, y tras caminar unos 10-15 minutos llegamos al mirador y al restaurante Café Loti. Lo ideal es tomar algo ahí, pero en verano esa misión es complicada por la multitud de gente que hay, por lo que hicimos las fotos y bajamos abajo, donde nos comimos unos helados.
Para regresamos, elegimos volver en barco otra vez, a pesar de que nos dejara en el otro lado de la ribera y tuviéramos que caminar un poco. De vuelta al hotel, volvimos a pasar por las calles de las tiendas, pero sin pararnos en detalle, ya que estábamos cansados y queríamos descansar, ya que a lo tonto eran las 7 de la tarde.
Sobre las 9 de la noche volvimos a salir para ir a cenar, cerca del hotel. Dimos una vuelta por la calle principal donde compramos unos baklavas y ¡en breve a descansar!
Gastos del día
Comida en Balkan Lokantaki: 39 liras
Ida-Vuelta en barco: 22 liras
Helados:35 liras
Cena en Tahiri: 160 liras
Baklavas: 20 liras
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