Con los desayunos tan abundantes y deliciosos el check-out siempre se demora un poco más. Además, la cordialidad y la simpatía del matrimonio que lo regentaba que hablan español por ser ella cubana pues siempre se presta a cambiar impresiones.
Al final, nos plantamos en Cordes sobre las 10:15. Aparcar en el arcén de la carretera de la parte baja no fue difícil a esas horas. Aunque hay otras zonas de aparcamientos, todas se pagan con parquímetro: 4 € todo el día. Ojo que si aparcáis en las calles más cercanas al centro la tarifa es mucho más cara.
Para subir a la parte alta escogimos el tren turístico: 7 €/per. Este te lleva por la campiña pasando por la aldea cercana de Les Cabannes y haciendo la primera parada delante de Porte de la Jane, en la parte alta del pueblo. La explicación la oyes cada uno en su idioma con unos auriculares que te dan. Nos pareció muy interesante conocer de la comarca, de la importancia de la planta del pastel que tanta riqueza dio en su época a toda esta zona pues sacaban el tinte azul tan característico y preciado. La razón de tanta fortificación y como también fue un reducto de cátaros. También está la opción de continuar con el tren hasta el punto de inicio.
Vista del pueblo de Cordes-sur-Ciel desde el tren turístico
El paseo por el pueblo por toda su calle principal, las casas palacios de estilo gótico que recuerdan un pasado esplendoroso. El mercado, la iglesia de Saint Michel las vistas desde el mirador de la pequeña plaza contigua. Continuamos adelante por la calle pasando por la puerta Porte du Vainqueur del siglo XIII y luego por la del Horloge del siglo XV para desembocar en la plaza de inicio.Porte de la Jane XIII en la entrada Oeste
La calle principal culmina en la plaza del mercado, actualmente terraza de los bares de alrededor
Puerta del reloj s. XIV-XVI por el acceso este de la villa
Compramos unos bocadillos en un horno y comimos en una zona con mesas de pic-nic al lado del Jardin de Paradis, un pequeño jardín que se visita previo pago y que te enseña distintos tipos de vegetación desde la tropical a la mediterránea, indicado para escuelas y curiosos por descubrir este mini botánico. Nosotros no entramos.
Después de comer y hacernos un café en la terraza del Jardin de Paradis, emprendemos la marcha para dirigirnos a Conques. En el Google Conques lo tiene como nombre de la comarca pero lo que realmente se visita es la abadia de Sainte-Foy de Conques, también podéis buscar para guiaros la oficina de turismo de Conques. Lo digo porque este detalle me despistó y para llegar desde Cordes a aquí hay 1h 45’ de estos, 30’ son de carretera local serpenteando las aldeas hasta llegar a la carretera principal N88 que va de Albí-Rodez. Esta carretera alterna momentos de autovía que está en obras, pero la alegría dura poco.
A 28 km. de Conques pasamos por el pueblo de Salles-la-Source, y nos percatamos de una enorme cascada se despeñaba de lo alto de la montaña. Nos desviamos hacia el pueblo por una empinada calle que sube hasta el parking delante del pequeño lago que forma al caer el agua. Es curioso, y refrescante, apetecía entrar al agua pues hacía mucho calor, pero ni teníamos tiempo y además estaba prohibido bañarse.
Salto de agua en el pueblo de Salles-la-Source visible desde la carretera
Conques: Dejamos la carretera D901 para desviarnos por otra local que sube hacia la Abadía. A 650 mt. encontraréis el primer lugar para aparcar: Parking de l’Etoile que se sitúa al oeste del pueblo, desde este en 5’ andando se llega. Fijaos en las máquinas para pagar pues en la mayoría de aparcamientos aunque parezcan improvisados se paga. Creo que este es el mejor lugar para dejar el coche, en nuestro caso no había sitio, seguimos 3 km. más por unas cuantas revueltas para llegar al parking en la parte este: el de La Salesse, este sí con barrera y ticket. No lo sabíamos pero los primeros 20’ son gratuitos, después se paga 5 € día completo, recordad a la salida validar el ticket en la máquina.
Plano turístico de Conques. A la izquierda el parquing L'Etoile es el más cercano a la carretera principal y al pueblo
Este pequeño pueblo medieval que remonta sus orígenes al siglo XI con la instalación de una comunidad de monjes benedictinos, está muy bien conservado/restaurado como la mayoría de los que nos encontramos. Es paso tradicional del Camino de Santiago y fue uno de los motivos del auge y notoriedad. Conserva una comunidad de monjes y eso hace que sea más dinámica y que la iglesia abacial de Sainte-Foy esté abierta hasta la 21 hrs. cosa rara en cualquier monumento en Francia, a destacar el tímpano de la entrada principal. Hay un importante albergue de peregrinos, por lo que estos se mezclan con los turistas dando una imagen típica de uno de nuestros pueblos del Camino.
Iglesia abacial de Sainte-Foy de Conques. Centro de peregrinación del Camino de Santiago
Plaza principal delante de la iglesia. A destacar el tímpano de la entrada.
Se organizan eventos casi todos los días durante el verano como conciertos en la iglesia. Callejear, ver desde sus miradores, es un buen sitio para quedarse a dormir pero no hubo manera y el lugar más cercano lo encontramos a 30’ de allí cerca del pueblo de Decazeville.
Interior de la iglesia Sainte-Foy de Conques.
Dejamos Conques más de las 8 de la tarde y vuelta a la carretera D901 nos dirigimos al Noroeste hasta llegar al valle del río Lot, junto a él seguimos el curso aguas abajo hasta llegar a nuestro hotel en Le Pont de Livinhac. En el primer apartado hago los comentarios de esta magnífica casa rural. Después de ducharnos fuimos a cenar al lugar más cercano que es un camping al otro lado del río, con una cena muy básica que vale la pena evitar.