Esta fue una de las rutas de senderismo que hicimos durante nuestras vacaciones en el norte de Cataluña el verano pasado. En realidad, aquel día teníamos planeada la ruta de los siete lagos de Colomer, pero fue imposible por un tremendo atasco de visitantes que nos encontramos en la carretera al estar lleno, y por lo tanto cerrado, el aparcamiento del que salen los taxis. Pero eso lo contaré en otra etapa. Así que nos dimos la vuelta y tuvimos que improvisar a toda prisa, cambiando el orden de las caminatas, pues ésta la teníamos prevista para la jornada siguiente, aprovechando que nos marcharíamos ya del Valle de Arán hacia nuestro siguiente destino en la Cerdaña. En fin, un pequeño contratiempo que nos obligó a pasar tres veces por el Puerto de la Bonaigua, cerca del cual sale la ruta.
Vistas subiendo el Puerto de la Bonaigua.
UBICACIÓN DE LA RUTA.
El inicio de la ruta se encuentra pasado el Puerto de la Bonaigua, en el aparcamiento de Gerber-Peülla, también conocido como del Clot Gran.
Ubicación en el mapa peninsular según Google Maps.
Como referencia, comentar que desde Vielha (nuestro alojamiento) hay 26 kilómetros que se recorren en una media hora por la carretera C-28. Tras coronar el Puerto de la Bonaigua contemplando unas vistas excelentes, descendimos 2,8 kilómetros en dirección a Sort hasta llegar al aparcamiento, donde ya había un buen número de coches estacionados. Estaba claro que muchos senderistas habían tenido que optar por el plan b, después del fiasco para ir a los Lagos de Colomer. En cualquier caso, una vez hecha la ruta, tengo que decir que de plan b, nada, pues es una caminata preciosa que merece mucho la pena. Bueno, cada cosa a su tiempo.
Itinerario desde Vielha y el Puerto de la Bonaigua en Google Maps.
DATOS DE LA RUTA.
En el aparcamiento hay varios paneles informativos con las diversas rutas de senderismo que parten desde allí. En nuestro caso, dado lo tarde que se nos había hecho entre unas cosas y otras y que queríamos ir a otros sitios por la tarde, la idea era realizar la más sencilla, que consiste en recorrer tres lagos, siendo el último el Estany de Gerber. Los datos oficiales son los siguientes:
- Longitud: 6,6 kilómetros (total ida y vuelta)
- Duración: 2 horas 50 minutos (sin paradas)
- Tipo de ruta: lineal, de ida y vuelta por el mismo camino
- Grado de dificultad: bajo (con buen tiempo y sin nieve).
- Desnivel: 290 metros.
Cartel informativo en el aparcamiento.
NUESTRA RUTA.
Al final del recorrido, los datos que arrojó mi copia de wikiloc fueron los que pongo a continuación, añadiendo también capturas del itinerario y de su perfil.
- Longitud: 8,13 kilómetros (total ida y vuelta)
- Duración: 4 horas 30 minutos (incluyendo múltiples paradas y bocadillo)
- Desnivel: 365 metros; altitud mínima, 1.897 metros y altitud máxima, 2.218 metros.
- Tipo de ruta: lineal
- Dificultad: baja, con un sendero bien definido y sin problemas técnicos reseñables en época veraniega, aunque hay muchas piedras, eso sí, lo cual exige calzado de montaña, algo que doy por descontado en cualquier ruta de este tipo, claro está. En invierno, con nieve, es otro cantar y se requiere experiencia y un equipo adecuado.
En plena primera quincena de agosto, lo cierto es que, sobre todo al principio, nos encontramos con muchos senderistas en la ruta, lo cual resultaba un poco molesto en zonas estrechas y con multitud de piedras. Por fortuna, bastante gente se quedó en el primer lago y en adelante fuimos más tranquilos, lo que agradecimos porque el paisaje era realmente espectacular en una mañana, además, con sol y muy buena temperatura después de las lluvias de la jornada anterior.
El Valle de Gerber no llega a los cuatro kilómetros de longitud y está situado en el Pallars Sobirá, en la provincia de Lleida, dentro de lo que se considera zona periférica (extremo nordeste) del Parque Nacional de Aguas Tuertas y Lago de San Mauricio (Aigüestortes i Estany de Sant Maurici) y limita al norte con el Valle de Arán.
Cuenta con varios picos por encima de los 2.500 metros, siendo los de más altura un conjunto de crestas y cimas conocidas como los Picos de Bassiero, que alcanzan los 2.903 metros.
Empezamos a seguir el camino de la ladera de la montaña por debajo de los Tres Puis, que son una serie de cimas de más de 2.500 metros que cierran el valle por el noroeste. El ascenso era continuo, pero cómodo, sin un desnivel excesivo, dada la altitud del inicio de la ruta, a casi 1.900 metros. Las vistas en todas direcciones eran magníficas.
Tras pasar una zona de canchales, con precaución pero sin problemas, encaramos una prolongada subida que nos condujo en algo más de media hora hasta el primero de los tres lagos que íbamos a ver, la Estanyola de Gerber, a 2.025 metros de altitud. Allí había bastante gente aposentada, aunque no está permitido el baño. Bueno, a los perros la prohición no les atañe y más de uno aprovechó para darse un buen chapuzón :lol:. La perspectiva de la Agulla o Pic de les Ares (2.611 metros) resulta muy llamativa desde aquí.
Seguimos avanzando, superando alguna buena cuesta con un suelo muy pedregoso. Según ganábamos altura, el panorama se hacía más bonito, tanto mirando hacia adelante como hacia atrás.
Al cabo de un rato, distinguimos las aguas de la Estanyera del Mig (Estany Petit), a 2.124 metros de altitud, un lago de forma alargada que ofrece un panorama espléndido, rodeado de picos que se reflejan en sus aguas. El sendero lo bordea por la izquierda, ofreciendo multitud de rincones para sacar fotografías de lo más sugerente. Para mi gusto, el más fotogénico de los tres lagos que vimos.
Continuamos ascendiendo por el sendero, que va en paralelo al río Gerber, afluente del río de la Bonaigua. Mirando hacia atrás, las panorámicas volvían a ser espléndidas. Esta zona resulta muy bella, espectacular.
A partir de aquí, el camino se vuelve un poquito más estrecho y se empina algo más, aunque no demasiado, y en unos veinte minutos llegamos al Estany de Gerber, de origen glaciar, el mayor de los más de veinte lagos con que cuenta el Valle. Situado a 2.150 metros sobre el nivel del mar, tiene una profundidad máxima de 64 metros y ocupa una superficie de 14,8 ha.
Tiene forma redondeada, está rodeado de grandes picos, como el Tuc de Locampo (2.653 m), el Pui de Gerber (2.746 m) y el Xemeneies (2.826 m), y los panoramas que ofrece son fantásticos.
Subimos por un sendero que conduce en zig-zag a la parte superior de la ladera del lago, desde donde se tienen vistas fantásticas. Merece la pena avanzar un poco cuesta arriba y no contentarse solo con llegar y divisar el lago.
Encontramos un sitio a la sombra (que se agradecía) para tomar el bocadillo, mientras decidíamos si seguir hacia adelante en busca de nuevos lagos o fijábamos allí el final de la ruta de ida, tal como habíamos previsto en un principiio. Finalmente, optamos por regresar, ya que al día siguiente veríamos más lagos (los de Colomer) y, además, queríamos hacer algo diferente por la tarde, la última que íbamos a pasar en el Valle de Arán. La vuelta fue más sencilla porque se caminaba mejor al haber ya menos gente y, pese a ser bajada, las piedras no molestaban demasiado a los pies, excepto en las zonas de canchales.
Nos gustó tanto esta ruta que tenemos pensado repetirla en algún momento con tiempo suficiente para alargarla más, haciendo, quizás, la ruta circular que regresa por el Valle de Ruda hasta el Puerto de la Bonaigua. En fin, ya lo miraremos. En cualquier caso, recomiendo la caminata tal como la hicimos, un recorrido con unos paisajes preciosos y muy asequible para casi todo el mundo, si bien hay que tomárselo en serio (calzado, agua, etc), pues tampoco se trata un simple paseo.