Día 7 de septiembre, toca volver a Munich, son unas cuantas horas de viaje desde Heidelberg. La idea primera era regresar directamente a Munich y pasar el día allí, el vuelo salía originalmente el día 8 a media tarde, pero la aerolínea cambió el vuelo y lo puso por la mañana a eso de las 10, con lo que ya no merecía la pena, y Munich ya lo conocemos. Así pues decidimos hacer el trayecto con dos paradas intermedias y llegar a última hora alojándonos cerca del aeropuerto.
Las paradas nos desviaban un poco del trayecto, la primera era al castillo de Hohenzollern, para el que había reservado entrada. Castillo bonito, visita libre, lo más bonito por los exteriores, aunque los interiores que se podían visitar no estaban mal.






De ahí ya fuimos al aeropuerto de Munich, llegamos en hora para entregar el vehículo (la entrega en ese aeropuerto es muy rápida), y nos desplazamos en autobús hasta el cercano hotel Novotel Munchen-Flughafen, para a la mañana siguiente volver a Madrid.