Nos levantamos el domingo a la hora habitual, desayunamos en el apartamento y en un día ligeramente nublado salimos a visitar algunas playas de la costa oeste. Tardaremos en torno a una hora en llegar, cogiendo la A22 de peajes y después la carretera N120 que va paralela a la costa. Descarto la playa de Zambujeira do Mar, se va ya al norte de más, así que la primera a la que me dirijo es a la de Odeceixe. Una vez llegados a Odeceixe avanzamos por la carretera otros 3 o 4 kms hasta llegar a la playa, situada junto a un núcleo de algunas casas (tiendas, bares) y la desembocadura del río Seixe.
La típica foto que hemos visto en catálogos o internet no se produce porque la marea está baja, sin embargo es una playa muy bonita, además sólo hay otras 2 personas paseando.
Podemos cruzar a la playa de al lado, aunque nos tenemos que mojar los pies (el agua está bien fría), es la playa das Adegas, en algún momento ambas playas se separan con la marea alta, si bien esta tiene también un acceso independiente con unas escaleras a la parte alta. Esta playa es aún más tranquila y oculta. Damos un paseo tranquilo por ambas (no son largas) aprovechando para caminar descalzos muy a gusto.


Pedimos arroz con pescado y una botella de vino blanco, íbamos a pedir un entrante pero nos dice el dueño que no hace falta, y efectivamente nos trae una cazuela de la que nos servimos 3 platos cada uno, buenísimo y más que suficiente. Completamos con un postre y salimos poco más de 50€.
A poco más de 500 m. y con un amplio parking delante se encuentra la fortaleza de Sagres, la cual no tiene mayor interés, diría que la mejor imagen de ella es la que se obtiene de su parte frontal, que ocupa toda la anchura de la punta. Entramos pagando 3€ por cabeza, y lo mejor que se puede hacer dentro es dar un paseo por el camino que bordea la punta (en torno a 2 km.), con sus miradores desde los que observamos el cabo de San Vicente, la punta da Atalaia, y a lo lejos la costa de Lagos. El faro en sí no tiene nada de especial tampoco.



