De esta última jornada de martes disponíamos de medio día porqué por la tarde salía el vuelo a Helsinki, si hubiéramos regresado en tren habríamos salido la noche anterior, porque el miércoles de mañana salía nuestro vuelo.

Teníamos pensado visitar la ciudad de Rovaniemi y su museo del ártico, o pasar la mañana en la pequeña estación de esquí de Ousnavaara. Decicimos en el último momento disfrutar de la nieve y el pequeño bosque que teníamos a los pies del apartamento. Justo al salir del edificio existía una cuesta nevada la cual con ayuda de unas palas marcamos un carril por el que nos estuvimos deslizando toda la familia, pasamos un rato muy divertido, pero no podíamos irnos sin realizar un muñeco de nieve el cual nos costó un poco de lo normal por no encontrar nieve compacta.


Para comer fuimos a la estación de servicio donde tenían un buen menú del día y aprovechábamos para llenar el depósito al coche y así devolverlo en el aeropuerto, después de comer estuvimos pensando si ir al museo de Rovaniemi, pero estando en Santa Claus Village, decidimos quedarnos para hacer alguna compra de última hora y, pasar por la oficina postal y enviar una carta la cual recibiremos las próximas navidades.

Despedida del pueblo de Santa Claus.
Una vez agotados, nos montamos en el coche para recorrer la pequeña distancia al aeropuerto. Aparcamos el coche en las plazas de nuestra compañía, entramos al aeropuerto y dejamos las llaves en el buzón. Pasamos el control de seguridad y esperamos en este pequeño aeropuerto a que saliera nuestro vuelo. Al llegar a Helsinki teníamos contratado un hotel en el mismo aeropuerto para pasar la noche, porqué salíamos a España a primera hora.