Para este día había reservado la excursión en Catamarán a la Isla de la Graciosa.
Había que estar en el puerto de Órzola a las 10:40, así que preparamos todo y salimos con tiempo hacia allí, ya que hay un recorrido en coche de 40 minutos de Famara a Órzola.
Recomiendo llevar ropa de abrigo, en nuestro caso, llevamos impermeables, corta-vientos, y ropa deportiva, mallas, zapatillas… (por si acaso bañadores y toallas y demás en la mochila). Aunque el día iba a ser soleado, la gente iba congelada, tapándose con toallas, porque al viento habitual de Lanzarote, hay que añadir el del barco.
Lo habitual en esta excursión es que cruces a la Isla de La Graciosa en Ferry y allí te embarques en el catamarán, pero esta vez vino directo el catamarán a por nosotros a Órzola.
Qué os voy a decir… volvería a repetir la excursión, sin duda, pues fue una experiencia diferente, una forma de ver la zona de El Rio, como se llama la separación entre la Graciosa y Lanzarote, de una forma especial. El niño la gozó encima de la red del catamarán todo el tiempo… pero me decepcionó un poco el tamaño del catamarán, era excesivamente grande, íbamos más de 100 personas, y aunque en ningún momento sentimos agobio, pues la embarcación es muy amplia, tenía ese toque excesivamente turístico que me echa un poco para atrás. Si bien, hay que saber disfrutar de todo, y una vez que nos vimos en esas, así lo hicimos.
Con el catamarán nos dejaron en Caleta de Sebo, la capital de La Graciosa, para que en 40 minutos diéramos una vuelta mientras preparaban el catamarán para el resto de la excursión.
Al embarcar de nuevo, nos dieron un mojito y un picho de tortilla, hay barra libre durante el viaje.
De allí salimos a mar abierto, bordeando algo la Graciosa, y volvimos después a la Playa La Francesa, nos desembarcaron en un bote y nos dejaron una hora en la playa con posibilidad de hacer kayak o snorkeling. Para nosotros, aun viniendo del norte, el agua está muy fría, lo que no impidió que el crío se bañara y lo diera todo. Nosotros dimos un paseo, también hacia las dunas, para observar la isla.
A la vuelta, habían preparado la paella y la fruta para comer, comimos con musiquita y vuelta hacia Órzola, con música y bailoteos, a toda máquina, saltando sobre las olas para gozo de los niños (y de los no tan niños, jeje!

De vuelta al coche, queríamos parar en la playa de los caletones, pero al ver en google maps la playa del caletón blanco; la charca de la novia, decidimos ir allí. Qué maravilla!!! De verdad, digno de ver, de mojarse en esas aguas de color irreal.
Después de vuelta a Famara, a casa. Allí, cenamos algo en el chiringuito, una rica ración de pulpo y unas papas arrugás (las mejores que hemos comido en todos los días) con bebidas varias 25€.