Y llegó el gran día: ¡Qué emoción!, ¡qué ganas!, ¡qué bien que he dormido medianamente bien! Porque no sabía si los nervios me iban a jugar una mala pasada .
Nos zampamos, nuevamente, un señor desayuno y fuimos a la entrada del parque. Estábamos todos muy contentos y con un poco de incertidumbre porque no sabíamos a qué distancia se encontraría nuestra familia de gorilas. Habíamos leído experiecias de todo tipo, lluvia, barro, caminatas de más de 6 horas, etc..... Después de una pequeña charla y un baile protagonizado por algunas de las mujeres de la comunidad, empezamos nuestro gorilla track . Sube, baja, sube, baja, sin lluvia, y es que nuevamente teníamos la suerte de nuestro lado. La mayor parte del tiempo fuimos por un sendero bien marcado, hasta casi el final, que empezamos a atravesar el bosque entre la espesa vegetación. Habíamos leído que hacía falta llevar guantes tipo de jardinería y los habíamos llevado, estando allí nos parecieron innecesarios y al irnos de Ruhija se los regalé a una mujer que iba a trabajar al campo.
Nos zampamos, nuevamente, un señor desayuno y fuimos a la entrada del parque. Estábamos todos muy contentos y con un poco de incertidumbre porque no sabíamos a qué distancia se encontraría nuestra familia de gorilas. Habíamos leído experiecias de todo tipo, lluvia, barro, caminatas de más de 6 horas, etc..... Después de una pequeña charla y un baile protagonizado por algunas de las mujeres de la comunidad, empezamos nuestro gorilla track . Sube, baja, sube, baja, sin lluvia, y es que nuevamente teníamos la suerte de nuestro lado. La mayor parte del tiempo fuimos por un sendero bien marcado, hasta casi el final, que empezamos a atravesar el bosque entre la espesa vegetación. Habíamos leído que hacía falta llevar guantes tipo de jardinería y los habíamos llevado, estando allí nos parecieron innecesarios y al irnos de Ruhija se los regalé a una mujer que iba a trabajar al campo.
Después de 1 hora y 45 minutos de caminata, nos dijeron que teníamos que dejar las mochilas y los palos y ponernos las mascarillas, que estábamos muy próximos. Y tanto que próximos.... A escasos metros nos encontramos con Mukiza, el lomo plateado, y toda su familia, tumbados viendo la vida pasar. Algunos de los jóvenes se subían por los árboles, jugaban y peleaban entre ellos. No tengo palabras para describir la experiencia vivida. Nuestra visita duró aproximadamente una hora en la que mi mente se quedó en blanco, tuve que contener las lágrimas de la emoción que me producían esos bichos peludos, estaba a escasos 3 metros de ellos, uno de los momentos más mágicos que guardaré para toda la vida (lo de mantener 10 metros de distancia debe ser la teoría, la práctica....fue otra cosa) .
Cuando llevábamos prácticamente una hora deleitándonos con esas maravillosas escenas, Mukiza se levantó y se encaminó hacia la espesura del bosque. Al instante, el resto de gorilas se levantaron también y siguieron al lomo plateado. A la procesión que se formó se sumaron nuevas hembras que ni habíamos visto ya que se encontraban ocultas entre la vegetación. El ranger nos comentó que prácticamente habíamos cumplido la hora y que si nos parecía bien, no les seguiríamos, dando por finalizada nuestra interacción con los peludos. A todos nos pareció correcto. Es increíble lo rápido que se nos pasó a todos el tiempo.
El trekking de vuelta fue bastante llevadero, al menos para mi. Pasamos por algunas zonas con mucho barro y agua, pero el resto era cómodo. El ranger decidió llevarnos por un sendero relativamente sin desnivel y que terminaría en una cuesta final con bastante pendiente. Algunos integrantes del grupo llegaron bastante cansados , pero creo que si estás acostumbrado a andar o a hacer algo de deporte, no es para tanto. De hecho, después de leer todo tipo de experiencias íbamos concienciados de que íbamos a pegarnos la gran paliza padre, pero de verdad, no fue para tanto
Nos encontrábamos subiendo la cuesta infernal, al menos para algunos , cuando escuchamos música . Le preguntamos a nuestro ránger que de donde procedía, nos contestó que era el campamento de los rangers que se quedan a vigilar y proteger a los gorilas durante largos turnos. ¡Y tan largos!, Hacían turnos de 24 horas durante 5 días consecutivos . En unas condiciones, digamos, nada cómodas. El campamento consistía en una lona puesta de aquella manera para poder cobijarse de la lluvia, unas cuerdas para secar la ropa y un tronco con una hendidura para poder cocinar . Ojalá reciban gran parte del alto precio que pagamos por el permiso de los gorilas, porque las condiciones que tienen que soportar y el trabajo que realizan allí no tiene nombre.
Nuestra aventura finalizó un poco antes de las 14:00, te hacen entrega de un diploma con tu nombre y la familia de gorilas asignada, es una tontería, pero bueno, te ries y te llevas un recuerdo .Fuimos el último grupo en llegar, así que suponemos que el resto de familias de gorilas se encontraban más próximas aún que la nuestra. Y digo aún, porque empezamos el gorila track pasadas las 8:30, más las paradas, más la hora de los gorilas, etc, pues tampoco nos pareció una excursión exagerada. Lo dicho, habíamos leído todo tipo de experiencias y nos habíamos puesto en lo peor.
Volvimos al alojamiento con una sonrisa de oreja a oreja. Nos disponíamos a comer el aperitivo que habíamos llevado para la excursión (no habíamos tenido hambre hasta el momento) cuando empezamos a escuchar truenos, en nada, comenzó el Diluvio Universal. No podíamos creer la suerte que habíamos tenido , de habernos tocado esa tromba de agua unas horas antes...nos habría estropeado un poco la gran experiencia vivida. Descansamos un poco, nos duchamos y como ya casi no llovía, Álvaro, Fran y yo decidimos irnos a dar una vuelta por los alrededores. Según nos comentaron, la mayoría de la gente se va de Ruhija al terminar el gorila track, pero como no sabíamos cuanto íbamos a tardar en hacerlo, habíamos reservado dos noches allí. Opción, que creemos, escogimos bien, tanto para poder disfrutar de la zona como para no ir con prisa, además, hasta el destino siguientedel viaje había bastantes kilómetros.
Por la noche, cenando en nuestro alojamiento, todos seguíamos con nuestras caras de felicidad y satisfacción. Esperas y anhelas de antemano que el día de los gorilas será el GRAN DÍA del viaje. Una vez que lo vives....bufff..... TE QUEDAS SIN PALABRAS