En Uganda hay diferentes lugares donde intentar ver chimpancés en libertad. Digo intentar, porque obviamente no los pueden garantizar al 100% en ningún sitio. Kibale es el parque nacional que más fama tiene y también es el más caro, 200 dólares por persona. Ver chimpancés no era una de nuestras prioridades y no estábamos dispuestos a pagar ese dineral (ya sé que los gorilas son aún más caros, pero bueno, son elecciones personales), así que decidimos probar suerte en la garganta de Kyambura, y si no los conseguíamos ver, probaríamos en Budongo Forest (Parque nacional de Murchison Falls), ambos sitios son mucho más baratos que Kibale.
La garganta se encuentra a escasos 12 km del Engiri Game and Lodge. Queríamos llegar antes de las 8:00 porque habíamos leído que había más probabilidades de verlos al amanecer...Sin embargo nos costó llegar mucho más de lo esperado . El último tramo de carretera para acceder a la garganta no está asfaltado y había muchísimo barro. Tanto, que una van de turistas se había atascado obstaculizando la estrecha pista, no había forma de pasar. Entre todos, intentamos empujar pero lo único que conseguíamos era estancarla más aún .
Nos encontramos allí tirados y nuestra idea inicial de llegar temprano se desvanecía por momentos. La entrada se encontraba aproximadamente a dos kilómetros, así que decidimos ponernos a caminar. Era bastante complicado por la cantidad de barro que se te pegaba en las suelas de las botas y también por los resbalones que te ibas dando.
Álvaro y Fran avanzaron bastante más rápido que Aitor y yo, tanto, que en seguida dejamos de verles. De repente, apareció un hombre en moto y nos avisó que había elefantes más adelante y que era peligroso ir caminando. Queríamos avisar a Álvaro y a Fran, silbamos, gritamos, pero no nos escuchaban.... Así que Aitor y yo volvimos hacia el tapón de vehículos para buscar otra alternativa. Nos dijeron que era mejor que fueramos caminando en un grupo grande, así que nos unimos a varios turistas que estaban en nuestra misma situación.
Pues nada, a caminar otra vez. A los pocos minutos de empezar nuestra aventura, Aitor y yo vimos que teníamos que pasar a escasos metros de un elefante , recuerdo las palabras que me dijo Aitor en plan broma-animando "venga, no pienses, la suerte está echada". Intentamos acelerar el paso, pero era imposible con tanto barro....Y de repente, gritos, Help!!! Help!!!. Nos giramos, , una inglesa cercana a los 80 años (y no exagero) se había caído en el barro, a escasos metros del elefante, y no podía levantarse . De verdad, las leyes de Murphy a veces se pasan . Aitor fue a ayudarla y otro de los hombres que venía en el pelotón, también. Por suerte, la señora podía caminar, y el elefante seguía comiendo ajeno a toda nuestra odisea .
Por fin llegamos a la "oficina" donde se compraban las entradas para visitar la garganta. La oficina era una caseta destartalada. En ella había una trabajadora con una libreta y listo!, afrikan style . La entrada costó 50$ por persona, era obligatorio pagar en metálico, al menos cuando fuimos nosotros.
Los rangers nos dieron una pequeña charla sobre los animales que vivían en la garganta. También nos comentaron que había que esperar a que llegara el resto de turistas (que también venían a patita). Nos separaron en grupos por edad-condición física y como era de esperar, a nuestro grupo le tocó volver a patear...Y de verdad, que andar nos encanta, pero en este caso....Solo veíamos que según avanzaba el reloj, nuestras probabilidades para ver chimpancés disminuían . Después de un buen rato caminando por la parte superior de la garganta, escuchamos un vehículo , ¡¡¡Era Charis!!! ¡¡Había conseguido pasar!!! ¡¡Nuestro héroe!!! En total, fuimos 11 personas las que nos subimos a nuestro 4x4, algunas enganchadas por fuera , pero no había tiempo que perder....Chimpancés, pa`llá vamos. En un punto dado, nuestro ranger le dijo a Charis que parara, salimos del coche y cogimos un camino que bajaba hasta el fondo de la garganta donde había un río, no muy caudaloso, con hipopótamos . Aquí empezó la siguiente aventura del día. Al principio, íbamos a un paso bastante ligero.... Al final, corriendo como aquel que pierde el autobús. Íbamos continuamente paralelos al río hacia los chillidos que se escuchaban, y cuando nos estabamos acercando nos decían que había que dar media vuelta y dirigirnos hacia el lado contrario , que los chimpancés se iban a mover. Así que vuelta para atrás por el río.... Esta situación se repitió en tres ocasiones , había gente que no podía seguir el ritmo y nos separaron en dos subgrupos.... Y todo esta odisea para llegar a una zona donde se veía perfectamente que los chimpancés llevaban allí mucho rato relajados, haciendo sus cosas de chimpancé. Tanto, que había un grupo de personas que se despidieron a nuestra llegada pues ya llevaban allí una hora (tiempo máximo junto a los peludos). A la señora de 80 años y a su grupo ni los vimos, damos por hecho que los vieron antes que nosotros, porque fuimos el último grupo en salir de la garganta.....No tardamos en entender que nos habían tenido río arriba, río abajo, haciendo tiempo a que el resto de grupos vieran a los chimpancés, suponemos que para no juntar a tanta gente . Dejando estas quejas a un lado, fue una experiencia increíble e inolvidable. Los tuvimos al lado, tanto en las ramas de los árboles como en el suelo....
Pasada nuestra hora de rigor junto a los preciosos chimpancés tocó volver. Tardamos menos de medio hora en subir hasta la pista donde nos estaba esperando Charis. Vimos que eramos los últimos guiris que quedaban en la garganta aunque no tardaríamos en volver a ver a la señora de 80 años y al resto....Porque la van que se había atascado en el barro por la mañana, volvía a sufrir la misma suerte. Y allí estaba otra vez, haciendo el tapón pertinente .
La intentaron remolcar con un 4x4 pero el enganche de la cadena parecía de un todo a 100 y se soltaba constantemente....Llevábamos allí más de media hora y el resto a saber, porque su excursión había terminado mucho antes que la nuestra...Había algún guiri ya rojo como un tomate (el sol pegaba un poco, la verdad)...Buscaban algo para poder remolcar la van, cuando un estadounidense se quita el cinturon y dice que prueben con él . Creo que nadie tenía fe en ese intento....Pero....¡¡¡FUNCIONÓ!!! El cinturón no solo no se rompió sino que sirvió para sacar a la van del barro. Si no lo veo, no lo creo. Y por fin terminó la odisesa del camino embarrado y pusimos rumbo a nuestro siguiente destino: Fort Portal.
Antes de proseguir con nuestro road trip, paramos en una gasolinera a repostar, comprar unas bebidas fresquitas y limpiar un poco el barro que llevábamos en las botas. ¡Madre mía como estaba el coche también! . Después pusimos rumbo a Fort Portal, que se encuentra aproximadamente a unos 120 km de distancia de la garganta de Kyambura. Nos sorprendio ver a más de 200 militares andando por la carretera por la zona de Kasese. Charis nos explicó que era una zona sensible y conflictiva por la proximidad al Congo .
Llegamos a Fort Portal con una agujero en el estómago, y eso que por la mañana no había faltado el señor desayuno, pero era ya tarde y habíamos hecho ejercicio , entre caminar por el barro, las carreras por la garganta, etc . Charis nos llevó a un restaurante típico para el guiri, El Garden´s, de hecho aparecía como opción estrella en la guía Lonely Planet. Era un poco caro, pero estaba todo buenísimo. Servido a ritmo ugandés, pero de verdad que mereció la pena la espera. Charis pidio comida típica ugandesa, Álvaro y Aitor unas hamburguesas buenísimas y Fran y yo optamos por sabrosas y enormes ensaladas .
Después de comer y descansar en el Garden`s, nos dirigimos a la zona de crater lakes que es donde se encontraba nuestro alojamiento para las próximas 3 noches.