Iniciamos nuestra penúltima etapa con otro precioso y nítido día (sin duda regalo divino por lo sufrido en los primeros días de viaje), donde se puede apreciar en primer plano el ya fotografiado pueblo de Izola con su puerto deportivo y al fondo los Alpes Julianos.
No desmerecieron al radiante día ninguna de las dos visitas que hoy realizamos.
Tanto el Castillo de Predjama como la Cueva de Postonja, pertenecen al Park Postojnska Jama del que dejo enlace por si alguien quiere informarse con más detalle
www.postojnska-jama.eu/es/
Nuestro primer destino es el imponente Castillo de Predjama, situado en un enclave maravilloso.
Rumbo al almuerzo y posterior visita a las impresionantes cuevas de Postojna, a escasos 10 km del castillo. Más de un millón de turistas visitan las cuevas al año, suficiente carta de presentación para darnos una pista de lo que nos vamos a encontrar.
FOTO “ENTRADA A CUEVA”
El castillo es más bien una fortaleza medieval, encastrado en una roca. El castillo como tal es del siglo XVI, aunque desde el año 1202 ya existía una construcción en el mismo lugar.
En la parte alta del castillo, donde la montaña y el mismo están literalmente pegados, existe una galería por la que se podía huir del Castillo en caso de ser sitiados. En la primera foto se ve el acceso desde la parte alta del castillo a la galería y en la segunda el inicio de la misma.
Dicha galería fue la que utilizó en repetidas ocasiones el caballero Erasmo Lueger, el llamado Robin Hood esloveno, del que copio y pego su leyenda ya que me parece cuanto menos, curiosa.
En la segunda mitad del siglo xv hubo una lucha entre el emperador austriaco Federico III de Habsburgo y el rey Matthias Corvinus de Hungría.
El testarudo y orgulloso caballero Erasmo en esta lucha apoyó el rey húngaro. Un día, el emperador de Austria decidió decapitar a un amigo de Erasmo y ese, en venganza, mató a un pariente de Federico III.
A partir de ahí, las cosas cambiaron en la vida del caballero. Erasmo tuvo que escapar y encontró refugio en Predjama. Desafió al emperador austriaco con ataques a las caravanas de comerciantes, así que Federico III dio orden al teniente de Trieste Gaspare Ravbar que lo encontrara y matara.
Gracias a las huellas en la nieve que Erasmo dejó tras sí, Ravbar lo encontró en el Castillo de Predjama.
Con su ejército sitió el castillo durante un año y un día, sin éxito.
Durante ese tiempo el teniente no sabía que Erasmo tenía una salida secreta, el caballero utilizaba una de las galerías detrás del castillo que llevaban al exterior. Andaba hasta Vipava, donde recogía cerezas que después las ofrecía al ejército desesperado.
Gaspare Ravbar no sabía cómo derrotar a Erasmo. La solución la encontró sobornando a uno de los criados de Erasmo que accedió a delatar a su amo.
Cuando Erasmo se dirigió, como escribió Valvasor, “al lugar al que ni el sultán turco puede mandar a su representante” (Léase W.C.), el criado encendió una antorcha y así indicó dónde se encontraba el caballero. Ese fue el fin del llamado “Robin Hood esloveno”.
Cómo está el servicio, señoriiitooo!!! 
Como una imagen vale siempre más que mil palabras, véase el “ espartano trono” donde el traicionado Erasmo pasó sus últimos minutos…no somos nadie  .
Cuadro del desdichado…
A nosotros el interior del castillo nos gustó bastante y aunque la recreación de la época de algunas de las salas era un poco burda, en líneas generales nos mereció mucho la pena su visita.
Llama mucho la atención cómo se integra el castillo en determinadas estancias en la roca.
También asombra, como en casi la totalidad de Eslovenia, la exuberante vegetación, como se ve en estas fotos de las vistas desde el castillo.
Rumbo al almuerzo y a continuación visita a las impresionantes cuevas de Postojna, a escasos 10 km del castillo. Más de un millón de turistas visitan las cuevas al año, suficiente carta de presentación para introucción a lo que nos encontraremos.
Comentar que no teníamos en principio demasiada ilusión en hacer la visita, ya que éramos de la opinión de que vistas tres cuevas, vistas todas…craso error y gracias a la insistencia del guía decidimos visitarlas.
A la entrada había una cola muy ágil y organizada (otra cosa será en temporada…), en la que una vez nos facilitaron la audioguía se pasa rápidamente al interior de la cueva, donde un trenecillo eléctrico te lleva durante 3,7 Km y aproximadamente durante 7’  a donde empieza la visita a pie, la cual va “escoltada” por dos operarios, uno que se pone a la cabeza y el otro en la cola del pelotón y son los que llevan el ritmo de la visita, con el fin de que no nos eternicemos haciendo fotos y también facilitando que vaya el grupo compacto.
Expresamente prohibido ponerte de pie durante el trayecto para literalmente no perder la cabeza, aunque no es preciso el que lo informen, ya lo vas viendo tu mismo...
La verdad es que durante todo el recorrido, tanto en tren como a pie, no sabes a donde mirar, nos pareció sencillamente grandioso.
Ninguna cueva visitada anteriormente tiene nada que ver con esta enormidad, hasta el punto que ya no nos planteamos visitar ninguna otra en el futuro.
La cueva tiene 21 Km de salones y galerías, de los que en la visita guiada se recorren a pie 1,5 Km (junto con el recorrido en tren suman algo más de 5 Km).
Pese a que la cueva ya era conocida por la gente que vivía en los alrededores y por otros visitantes que dejaron su estampa con firmas ya en el siglo XIII, el primer visitante insigne que puso un pie en la cueva, fue el archiduque de Austria Fernando I en 1819, cuando apenas se podían recorrer 300 metros de cueva.
Adjunto algunas fotos de la cueva, las que no hacen mérito a la majestuosidad de las salas, formaciones y colores.
Si recalcó mucho el guía que es casi imposible ver en otras cuevas, tantos colores distintos de estalactitas y estalagmitas en la misma sala, debidos a sus diferentes compuestos.
En la visita guiada se pasa por un acuario donde tienen a una especie hiper protegida, el PROTEUS.
El proteus es el animal cavernícola más grande y puede medir entre 25 y 30 centímetros de largo. Es el único vertebrado de Europa, ligado exclusivamente al subsuelo.
Está totalmente adaptado a la vida en la oscuridad. Come cangrejos, gusanos, caracoles y otros invertebrados acuáticos. Puede vivir hasta 100 años y sobrevivir sin comer durante varios años. Es el logotipo principal de la cueva y aparece en todo el merchandising de la tienda de souvenirs e incluso en los sobres de azúcar…
www.postojnska-jama.eu/ ...el-dragon/
Entramos al autobús todos con la boca abierta y comentando las anécdotas del interior de la cueva…entre otras que la temperatura en su interior es bastante fresca, constante a 10º como ya con anterioridad nos avisó el guía.
La diferencia con el exterior sería de unos 12º con lo cual a muchos de los compañeros de viaje, nos sucedió que a pesar de haber ido por prevención al WC antes de entrar, posiblemente por esa diferencia de temperatura, a media visita guiada ya estaba nervioso pensando en si aguantaría la media hora larga que aún quedaba.
Yo, en aquel momento pensaba que sería de los pocos que tenía esa necesidad, en cualquier caso la sufrí en silencio cual hemorroide y según transcurría el tiempo, más cábalas hacía para ver que estratagema prepararía para conseguir no hacérmelo encima, ya que cada vez tenía más urgencia…En esto que (Dios existe) veo a lo lejos, aún en el propio interior de la cueva, justo al lado de donde sale el trenecillo de vuelta al exterior, una tienda de souvenirs con el logo de WC !!
Diciéndole un internacional “sorry” a los cerca de dos metros de guía esloveno que precedía al numeroso grupo, salí corriendo hacia la tienda como si me persiguieran.
No termina ahí la cosa, ya que para entrar al WC había que franquear unos tornos en los que había que introducir 50cts…no llevaba nada suelto y ni la situación estaba para bromas, ni me planteé volver al redil para pedirle a mi santa una monedilla, ante lo cual salté el torno ante la mirada atónita de una vendedora de la tienda (bah español, pensaría…) y me di de bruces al entrar en los aseos, creo que con un chino…(asiático seguro) no estaba la cosa para más indagaciones  , que salía con cara de felicidad.
Una vez salí ya aliviado, era cómico (ahora sí) encontrarme de frente con una legión de compañeros de viaje insertando la monedita en el torno con la cara descompuesta…en fin, no creo que hayamos sido los únicos, yo que la organización, pondría alguna letrina o similar en mitad del recorrido.
Hacía mucho tiempo que no lo pasaba tan mal en ese sentido y dejo este relato porque entiendo que hará bien a algún forero que en su día pase por allí y se encuentre en la misma situación.
Por cierto, imprescindible llevar ropa de abrigo, ya que se pasa en la cueva unos 90’…en caso de no acordarse, en los puestecillos de souvenirs venden una especie de capas a modo de monje cisterciense que por un módico precio te sacarían del apuro.
Tras una hora de autocar, llegamos al cuartel general y después de asearnos, bajamos un grupillo al ya célebre pueblo marinero de Izola, el cual nos recibió con otro bonito atar-nochecer.
Nos dimos un merecido homenaje en forma de cena especial de última noche, basada en productos del mar y regada con un buen vino blanco de Maribor.
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