Conforme nos vamos alejando de la capital el paisaje se va haciendo más salvaje, sobre todo al desviarnos por la carretera 255 hacia el norte. Llegamos al camping con nombre impronunciable: Gostinstvo in športni turizem Kraljev hrib, que cuenta con Área de Autocaravanas a última hora de la tarde. Estaba todo bastante mojado por las lluvias de los días anteriores. El lugar tenía muy buenas reseñas y estaba a escasos 300 metros de la entrada al funicular de Velika Planina. La señora responsable del lugar fue muy amable, y enseguida nos indicó donde nos podíamos colocar, pero no pudimos mover la autocaravana. Una de las ruedas delanteras había quedado un poco levantada y esto unido a la pendiente de la carretera hizo que perdiese la tracción. No hubo manera de moverla. Tuvimos que llamar al seguro que nos mandó una grua con conductor y una traductora (el chofer no hablaba inglés). Al final nos sacaron casi a media noche y todo se quedó en un susto, pero lo pasamos mal. Es por esto que no recomendamos este camping para autocaravanas, las calles son muy estrechas y empinadas, y ya nos comentaron que esto allí pasa a menudo cuando llueve. Por otro lado, el lugar está genial, tiene baños y duchas así como tomas de corriente y agua, así como unas vistas espectaculares del bosque y la montaña (el funicular pasa justo por encima del camping). Eso sí el precio es elevado (36€ la noche), aunque con el disgusto la señora sólo nos cobró 10€.
Total recorrido: 55 Km.
Precio Camping: 36 € (pagamos 10€)

Día 10: Domingo 24 de Agosto
Después de desayunar nos dirigimos caminando hacia el parking del funicular. Una bajada por la carretera entre el frondoso bosque nos llevó hasta allí. No había demasiada gente, y enseguida conseguimos los billetes para el funicular y el telesilla posterior (65€ el pack familiar de dos adultos y un menor) y a esperar el teleférico, que es el único medio de transporte para subir hasta este pueblo de montaña (salvo que prefieras subir a pie). El teleférico te deja a los pies del telesilla que te sube definitivamente hasta el pueblo. Éste impresiona un poco, ya que debes subirte en marcha y colocar tú las protecciones, pero vale la pena. Cuando te acostumbras al movimiento puedes disfrutar del trayecto, incluso vimos perros y niños pequeños.

Velika Planina significa, literalmente, “gran montaña” y se extiende por 557 hectáreas. El pueblo lo conformar 140 cabañas, y es una los más grandes pueblos de pastores de toda Europa. Son construcciones bajas de madera con enormes y llamativos tejados y con una arquitectura muy característica, y a su alrededor campan a sus anchas cientos de hermosas vacas pardas. Lo primero que encontramos fue un pastor vestido con una ropa muy extraña y un bar restaurante ideal para descansar tras el ascenso y degustar el menú típico de los pastores: leche agria, pan, polenta y queso, el gulash o la sopa de col fermentada. Nosotros no teníamos tanta hambre y nos conformamos con un café y un estupendo dulce caliente de arándonos que nos dio energía.

Velika Planina ofrece numerosas oportunidades para paseos y también para caminatas más largas que pueden combinarse con visitas a los distintos lugares de interés de la meseta, aunque en mi opinión lo más interesante es el pueblo de pastores.

Los tejados de las cabañas están recubiertos con las típicas tejas de abeto que llegan casi hasta el suelo. El pueblo se muestra especialmente animado y alegre durante el verano, cuando los pastores permanecen de pastoreo junto a su ganado. Incluso algunas casas están reservadas para los visitantes como alojamiento, por si quieres vivir más de cerca este tipo de experiencia.
Como puntos de interés, podrás descansar tras una buena caminata junto a la Capilla de Santa María de las Nieves y bajar a la cueva Vetrnica, accesible por un estrecho camino circular. En otras rutas más lejanas, se puede llegar a un pintoresco agujero natural llamado Luknja o a la cueva Dovja Grica, pero nosotros no lo hicimos. Tampoco visitamos el museo, donde se conserva un queso especial de la zona llama Trnic. Nosotros nos conformamos con hacer una pequeña ruta alrededor del pueblo, rodeados de vacas y naturaleza salvaje.

La visita a este lugar te puede ocupar todo el tiempo del que dispongas ya que las rutas son innumerables, pero nosotros ocupamos unas 4-5 horas en realizar la visita (contando subidas y bajadas). Así sobre las 3 de la tarde llegamos a la autocaravana para comer, rellenar agua y seguir nuestro camino. Sin duda esta ha sido la mejor experiencia que hemos vivido en Eslovenia. Lugar de visita imprescindible.
Camino de Maribor y ya avanzada la tarde, nos decidimos a buscar en la aplicación de Park for night un área o parking para pasar la noche. Encontramos un parking con agua y corriente que tiene un precio de 10€, la noche, y está situado en la localidad de Sempeter (cercana a Celje) junto a la autopista en una zona comercial. Pero tras pagar, nos encontramos con la sorpresa de que el agua no funciona. Grave problema, porque estamos bajo mínimos de agua. Así que para poder ducharnos, necesitamos buscar algún sitio donde repostar agua. Por suerte, en la gasolinera del pueblo había un grifo de agua gratuito que aprovechamos. A la mañana, a 1ª hora, volvimos a la gasolinera para volver a llenar y seguir nuestro camino con las reservas llenas. El resto de la tarde aprovechamos para asearnos tranquilamente y descansar ya que el lugar es tranquilo y con mucho espacio (estamos solos).
Total Recorrido: 63 Km.
Precio Parking: 10 €
