Mezquita Mohammed Al Ameen y regreso a Emiratos Árabes ✏️ Diarios de Viajes de Oman

---

Después de regresar de Dimaniyat, teníamos la tarde libre en Muscat.
Sin comer, nos fuimos a cambiar al hotel, para pasar la tarde en los centros comerciales que teníamos cerca.
Cuando anocheciera, antes de ir al hotel, queríamos ver de cerca una mezquita, que vimos la noche anterior por la carretera, estaba iluminada de un color azul o lila, que a lo lejos llamaba mucho la atención, es la Mezquita Mohammed Al Ameen.
Una mezquita muy bonita, tanto de noche como de día.
Por la noche, al estar a unos 15 minutos en coche del hotel, nos acercamos para visitarla por fuera, con los focos que la iluminan, es preciosa. Nos acercamos un poco por la puerta, pero un guardia, nos advierte, que el horario de visita, para los no creyentes es de 8:00am a 11:00, igual que la mezquita del Sultán Qaboos, además hay que ir vestido en pantalón largo y las mujeres con su pañuelo, nos lo advierte, ya que en ese momento, ninguno de nosotros va vestido correctamente, yo iba en pantalón corto y ellas sin pañuelo, además de llevar las piernas a la vista. Le comentamos al guardia, que tan solo haremos fotos por fuera, a lo que no pone ningún problema.

Después de esta visita, nos fuimos al hotel, era nuestra última noche en Muscat, también la última noche que pasaríamos en Omán.
Al final, la noche anterior, después de reservar la excursión para visitar las islas, decidimos que iríamos a Abu Dhabi, queríamos ver la espectacular Gran Mezquita Sheikh Zayed que tiene el emirato. No nos complicamos en visitar la zona de Musandam, ya que tendríamos que pagar un visado, tan solo para estar 1 día y medio por la zona, por que para llegar hasta allí, perdíamos casi un día entero.
Sintiéndolo mucho, nuestra aventura en Omán se acababa.


Al día siguiente, antes de marcharnos de Muscat, fuimos a la Mezquita Mohammed Al Ameen, para visitarla por dentro y de día.
Vale la pena, si te viene de paso, además nosotros fuimos antes de las 9:00 horas y éramos los únicos visitantes, tan solo encontramos personal de la limpieza, esta mezquita no es tan turística, pero también es muy bonita.



Igual que la mezquita del Sultán Qaboos, esta también estaba impoluta, de un blanco precioso.



Ahora si, con pena teníamos que irnos de Omán.

Como nos dirigíamos a Abu Dhabi, esta vez el paso de frontera que teníamos que pasar, no era el de Hatta, el maps.me nos llevaba hacía Al Ain y desde allá hacía Abu Dhabi.
Aquí, no repasé la ruta con google maps, tampoco le di mucha importancia, pero otra vez el maps.me nos iba a hacer una nueva jugarreta.
Después de ir por una autopista aburridísima hacia el norte, al fin nos desviamos hacía un sitio llamado Buraimi (Esto lo se ahora, allí no le di importancia).
Parece que en esta ciudad, no teníamos que entrar, pero el maps.me, nos llevó hasta allí, para llegar hasta un puesto fronterizo, que cuando nos vieron llegar, así como pasábamos la barrera, nos dijeron que allí no se podía pasar, que teníamos que ir a otro puesto fronterizo.
El puesto fronterizo en el que estábamos se llamaba Hamasa, desconcertado, aparqué donde pude, me bajé del coche y les comenté a los policías, que donde a donde tenía que ir, que el gps me había traído hasta allí, ellos me decían a chamja chiclé o eso entendía yo, solo entendía la segunda palabra, que me decían chiclé, con las manos me decían que me largara, que me buscara la vida.
Les comenté, si por favor, lo podían escribir en el teléfono móvil, que no sabía como se escribía lo que ellos me decían.
Me cogieron el teléfono, pero cuando fueron a escribir el nombre, me comentaron que les pusiera las letras del teclado en árabe, que con las letras occidentales, ellos no las entendían, ni sabían escribir. mi...a, ahora si que estaba en un aprieto, yo no sabía escribir lo que ellos me decían, ni ellos escribir lo que me decían
Por suerte, se apiadaron de nosotros y se fueron a buscar un policía de dentro del edificio, era bastante joven y sabía usar el teclado o letra occidental, me puso el nombre de la frontera que teníamos que buscar, estaba por allí cerca, según el, que buscara una big door, que me fuera hacía la derecha, así como hablaba, parecía que el lugar no andaba lejos, el nombre que me puso en el teléfono y que teníamos que encontrar era Khatm Shaklih, suerte que lo escribió, por que yo no sé que entendía, solo me acuerdo que la última palabra, me sonaba como si me dijera chiclé.
Pero aquí no acabó la cosa, resulta que el nombre que nos decían, en el maps.me no salía, así que estábamos igual, nos fuimos de allí buscando una puerta grande, pero lo que encontramos, fue otro puesto fronterizo, no se cuantos puestos fronterizos hay por la zona, pero encontramos otro diferente, que tampoco era el que buscábamos.
Otra vez, entramos y tuvimos que dar la vuelta, volví a salir del coche a preguntar y esta vez, por suerte, un oficial, me cogió el teléfono móvil, miró el mapa del maps.me, y ampliando un poco la pantalla, encontró el sitio fronterizo, en el maps.me no tenía nombre, tan solo ponía border post, con el dedo señaló el sitio y pudimos indicar la ruta hasta allí, estábamos a unos 15 minutos en coche, menos mal que este agente, nos supo indicar el camino, si no aún estamos dando vueltas por Buraimi.

Pero aún nos faltaba la traca final.
Llegamos a la frontera, esta vez si, la que podíamos pasar, menos mal.
Resultó, que también teníamos que bajar todos del coche y presentar los pasaportes a un oficial, al ver que éramos españoles, otra vez, empezó que si Barça, que si Madrid, cuando nos devolvió el pasaporte, no nos los había sellado, yo me fijé, por que siempre me hace ilusión que me pongan el sello en el pasaporte, pero no dije nada, no le di importancia, pero resultó que cuando llegamos a la frontera de Emiratos Árabes, el de la caseta al no ver el sello, nos dijo que teníamos que pararnos y entrar en un edificio contiguo, allí encontramos a un señor, vestido tipo jeque, que preguntó por que no teníamos el sello de salida, lo cual le dije, que el oficial de Omán, se ve que no lo había puesto, pues como no tenéis sello, no podéis pasar, nos dio un papelito para enseñar a sus compañeros, para que nos dejaran regresar otra vez a la zona de Omán y nos pusieran el puñetero sello.
Con la tontería de no encontrar la frontera correcta y después tener que volver para que nos pusieran el sello, casi nos tiramos 3 horas, que luego nos hicieron falta, para ver con tranquilidad la Gran Mezquita de Abu Dhabi, pero esto ya es otra historia, que contaré en el diario de Emiratos Árabes.
Ya por fin con el sello Omaní en el pasaporte, cruzamos la frontera y nos despedimos de Omán.
Un país bastante desconocido que nos ha encantado, muy fácil de visitar, buena gente, cultura diferente, contrastes de paisajes, en la época que lo hemos visitado, con un clima ideal, para nada masificado, todo lo que se me ocurre decir, es que os recomiendo que vayáis a visitar Omán, seguramente os gustará tanto como nos ha gustado a nosotros.

---