ASPECTOS LOGÍSTICOS PARA VISITANTES EN ARABIA SAUDÍ ✏️ Diarios de Viajes de Arabia SaudiResumen de orientaciones prácticas para visitar Arabia Saudí. VISADOS.- Los españoles con pasaporte con 6 meses de vigencia, solo tenemos que solicitar la visa on-line (es bastante fácil, excepto subir la foto pues hay que tener cierta habilidad...Diario: ARABIA SAUDÍ: 19 DÍAS Y 6.000 KM POR LIBRE⭐ Puntos: 3.8 (12 Votos) Etapas: 20 Localización: Arabia SaudiVISADOS.- Los españoles con pasaporte con 6 meses de vigencia, solo tenemos que solicitar la visa on-line (es bastante fácil, excepto subir la foto pues hay que tener cierta habilidad para que quede centrada en el cuadradito de turno), que nos costará 145€ (incluyendo un seguro de salud obligatorio y las comisiones de cambio de moneda, pues se paga en SAR), precio elevado que ya nos advierte de cómo se las gastan en este reino medieval. En nuestro caso, a los pocos minutos teníamos la visa en nuestro correo electrónico. Nosotros imprimimos 3 ejemplares a color, aunque luego en el aeropuerto se conforman con uno, que debes llevar dentro del pasaporte en todo momento. COVID.- En noviembre de 2022 ya no es necesario utilizar aplicación alguna en Arabia ni acreditar CPR. Si se debe estar en disposición de demostrar que estamos totalmente vacunados (basta con el certificado europeo), y ni a salida de España ni a la entrada, nos va a hacer falta otro documento que este certificado (aunque nadie comprobó nada nunca). Teóricamente la mascarilla en los aviones que salen desde España o aterrizan en nuestro país (al menos en el espacio aéreo español) sigue siendo obligatoria, si bien, si volamos con una compañía no española, nadie va a aplicar tal obligación. No obstante vimos que la mitad del pasaje seguía utilizando mascarillas a bordo. DINERO.- En Arabia se utiliza el rial saudí (SAR) que ahora está cerca de las 4 unidades por euro. No merece la pena pagar en dólares ni en euros, pues el cambio no será conveniente. Lo mejor es cambiar en el aeropuerto al llegar (muy buen cambio en bancos abiertos las 24 horas) y pagar en efectivo, pues no siempre admitirán nuestras tarjetas de crédito (por ejemplo en las gasolineras o supermercados de pueblo) y en todo caso, nos evitaremos algunos euros de comisión bancaria en cada transacción (que al final del viaje pueden alcanzar fácilmente los 100€). Yo calculé que con 1.500€ (casi 6.000 SAR) tendría suficiente para todos los gastos del viaje (excepto el coche de alquiler y los dos hoteles de Jeddah y de Riyadh, donde estuvimos 3 noches cada vez). Evitemos que nos den en el banco billetes de 1.000, pues los más usados son los de 50 SAR (unos 13€), los de 10 (2,7€) y los de 5 (1,3€). Como reliquias, siguen circulando algunos billetes de 1 SAR, normalmente en mal estado. Se pueden llevar de 100 SAR (unos 25€) para pagar en los restaurantes y, si nos dan de 500€ en el banco, debemos saber que solo nos los admitirán en los hoteles cuando paguemos la factura. Hay monedas de 2 y 1 SAR y de 50, 20 y 10 halalas (céntimos). NIVEL DE VIDA.- Arabia Saudí informa de un PIB per cápita de unos 19.900 $ (España está en 28.000). pero esto no refleja la realidad socio-económica del país. Un 5% es enormemente rico (familia real, ministros, grandes empresarios...) y atesoran casi el 80% de la riqueza nacional. Luego hay un 35% de clase media (profesores, militares, abogados, jueces...) que vienen a cobrar unos 1500$ al mes (los médicos e ingenieros, en su mayoría extranjeros que viven en sus propios barrios protegidos, pueden ganar de 3.000 a 10.000$ mensuales), otro 30% de clase media-baja (funcionarios, policías, comerciantes....) que rozan los 1.000$ al mes (el heredero Bin Salman declaró que en 2023 todos los funcionarios deberán cobrar un mínimo de 1.000$ al mes) y el 30% restante (básicamente saudíes del ámbito rural y empleados árabes no saudíes de hostelería y comercio) no llega a fin de mes. A esto hay que añadir los aproximadamente 20 millones de inmigrantes paquistaníes, filipinos, bangladesíes... que malviven con 400$ al mes (o menos). Hasta 2018 en Arabia no se pagaba IVA (casi no había impuestos), implantándose ese año un 5%, que, debido al enorme gasto de la familia real saudí (que es exponencial: el heredero Bin Salmán compra equipos de fútbol, gasta miles de millones en proyectos faraónicos como The Neom y tiene que mantener una amplísima prole no solo de hijos, sino se primos, tíos y allegados que, lógicamente, no parece que trabajen) subió en 2020 al 15%. Se prevé que vuelva a subir tal vez al 20% en los próximos 2-3 años. La gasolina (el gasoil no) tiene un impuesto de unos céntimos por litro. PASAPORTE Y CARNÉ DE CONDUCIR.- El pasaporte es el único documento que nos permitirá entrar en Arabia Saudí (junto al visado). En cuanto al carné de conducir internacional no hay criterios legales al respecto (hay muchas lagunas informativas por parte de las autoridades saudíes), por lo que es mejor llevarlo desde España y adjuntarlo al normal. SEGUROS DE VIAJE.- Sin perjuicio del seguro obligatorio que el gobierno saudí nos exige a la hora de obtener y pagar el visado de entrada, sería una temeridad no llevar otro propio con suficientes coberturas médicas y legales (los de IATI o Chapka son fáciles de obtener, teóricamente efectivos –nunca nos ha hecho falta usarlos-, con teléfono 24 horas en español y asequibles en precio); nosotros pagamos por el estándar de 300.000€ persona de IATI, 79€ cada uno por los 19 días de viaje, incluyendo gastos de anulación. Conviene llevar la póliza también en inglés. ROPA.- Aunque fuera noviembre-diciembre, las temperaturas fueron muy agradables, no siendo necesaria ropa alguna de abrigo (un chubasquero ligero que además servirá de cortavientos). Durante el día oscilaba entre los 19 y los 34ºC (según la zona) y por la noche no bajaba de los 12ºC (excepto en pleno desierto que es más fría). Eso quiere decir que con pantalones livianos (nunca cortos, ni hombres ni mujeres) de los que venden en Decathlon se puede ir perfectamente y arriba una camisa de manga larga (así nos protege los brazos del sol), fina para las zonas más calurosas o tipo franela para las más frescas. Los días de más de 30ºC (por la zona de Yanbú y Jeddah) íbamos solo con polos normales de manga corta. Nosotros llevamos (salimos desde Madrid con muy pocos grados…) polares de cremallera que se pasaron casi todo el viaje en el maletero del coche. Prenda para la cabeza muy necesaria (aunque algún día amaneció nublado). Aunque no está prohibido, no es adecuado (especialmente en pueblos) que la mujer lleve los hombros al aire (media manga es aceptable) y no es necesario ningún tipo de velo, abaya o similar, aunque si conviene llevar un pañuelo tipo foulard que puede servir para cubrir la cabeza en un momento determinado (en los alrededores de una mezquita…) o para protegernos de la arena que el viento levanta. En los pies con unas zapatillas cómodas (mejor impermeables) que nos permitan caminar por terrenos pedregosos (solo el 15% del desierto saudí es de arena) y unos zapatos igualmente cómodos para las ciudades, será suficiente (más chanclas para ducha, claro). No está de más llevar una toalla mediana de microfibra (de las que secan rápido) porque podemos alojarnos en hoteles con toallas realmente inaceptables. El tema del baño es otra cosa. Aunque hay costa en el Mar Rojo (Umluj, Yanbú, Jeddah…), no existen playas como las conocemos (o como las hay en Egipto o Jordania) pues la ribera, cuando la hay, es pedregosa y suele estar muy sucia. Además, nadie se baña (fuera de los resorts para extranjeros o de las piscinas separadas en los grandes hoteles) y si alguien se mete al agua, será casi totalmente vestido. COCHE DE ALQUILER.- En los aeropuertos de las dos ciudades principales están la mayoría de las agencias internacionales, y en muchas ciudades pequeñas hay compañía locales, normalmente más económicas pero con muy pocas garantías (seguros, estado de los vehículos, kilometraje, todo en árabe…). Nosotros alquilamos con Rentalcars desde España y dado que no teníamos previsto salirnos del asfalto, optamos por un Kia Río (o similar) de AVIS, que nos costó poco más de 350€ (muy buen precio para lo que hay por allí), incluyendo seguros (franquicia de 825€ por daños/robo) y 250 km diarios (total de 4.250 km por los 17 días de alquiler), siendo el sobre coste por km adicional de 0,46 SAR. Vaya por delante que aunque 6.000 puedan parecer muchos kilómetros (que sin duda lo son), me encanta conducir grandes etapas de 500 o más km (he disfrutado en Alaska, Canadá, USA, Chile, Méjico, Sudáfrica, Marruecos, Túnez, Finlandia, Nueva Zelanda...) y, salvo excepciones de intenso tráfico urbano (precisamente como en Arabia, jajajaja), me suele relajar. CARRETERAS Y TRÁFICO.- Arabia cuenta con una extensa red de autopistas (de 2, 3 ó 4 carriles por sentido), algunas nuevas, otras aceptables y algunas con muy mal firme. Aunque vi avisos de peajes, no dimos nunca con casetas o arcos de pago. Las carreteras de doble sentido de nuevo diseño están en buen estado de asfalto, pintura y señales, siendo las antiguas muy peligrosas por su trazado (curvas y sartenes), por su pavimento lamentable, su estrechez y la ausencia de quitamiedos o biondas, con terroríficos despeñaderos por donde salir volando si no se lleva cuidado. Lo que no han aprendido los ingenieros de caminos saudíes, es a dosificar las cuestas, pues es normal conducir por tramos con pendientes del 9, 10 ó 12%, habiendo llegado a circular por algunos de hasta el… 17%, rampas que no hay coche que suba en condiciones normales (ni los 4x4 que a duras penas nos adelantaban sin poder pasar de 40 km/h)… Otra particularidad es que los cambios de sentido se hacen en las medianas, es decir, aparece una señal de U invertida, y un poco más allá los vehículos que iban a toda velocidad por el carril izquierdo, ahora están totalmente detenidos en dicho carril para hacer el giro y tomar el sentido contrario, es decir, haciendo una auténtica “pirula”, pero en medio de una autopista donde se circular a 140 o más km/h. La flota de vehículos es muy dispar. La mitad aproximadamente, es muy vieja y está para el desguace (suelen conducirlos saudíes de pueblo o mayores e inmigrantes indios o paquistaníes). De la otra mitad, un 25% son coches normales, predominantemente pequeños o medianos (Hyundai Accent y Sonata, Toyota Yaris y Corolla, Kia Pegas u Óptima…, algún Ford Taurus…) que, aun siendo relativamente nuevos, ostentan abolladuras en dos o más esquinas y alguna puerta, ya que allí los golpes son muy, muy frecuentes, y que son conducidos por saudíes (algunas son mujeres). Otro 20% son camionetas pick-up Nissan y todo-terrenos (Tucson, ASK…) o más potentes (GMC, Ford, Land Cruiser…), normalmente de color negro, que son los amos del camino, pues circulan a toda velocidad (incluso en tramos de 30 por obras van a más de 120 km/h), cruzándose de izquierda a derecha, utilizando el arcén o directamente, subiéndose a tu maletero hasta que se pegan tanto que dejas de ver cualquier trozo que no sea la cara del conductor, para echarte de tu carril (porque no pueden pasar por encima…). El otro pequeño porcentaje es muy dispar: furgonetas de reparto (que como aquí, van con el pie en la chapa) o pequeños y viejos microbuses llenos de trabajadores extranjeros, que renquean y se paran si avisar donde les da la gana, además de camiones cargados hasta el cielo con heno, paquetes, hierros, piedras, arena, cabras, caballos y… ¡camellos! También se ve algún escúter de pequeña cilindrada, igualmente para desguace, y los días de fiesta, grupos de una docena de Harley’s y similares, llenas de luces, con pilotos horteras vestidos de cuero y que solo saben hacer ruido. Excepcionalmente (casi todos en Jeddah y en Riyadh) no vimos más de 3 docenas de Audis, Mercedes y BMW (la mitad viejos), un par de Porsches y de Jaguars, 1 Ferrari y 1 Bentley (aparcado junto a nuestro hotel de Jeddah). Ni Citroën, Fiat, Renault, Peugeot, Mini, Seat o Volskwagen. Recordaros que tanto en autopistas, como carreteras, como calles de pueblos (e incluso de ciudades en el mismo centro), abundan los “tumbados” para frenar la velocidad, obstáculos desagradables que no se pueden superar a más de 10 km/h. APARCAMIENTO.- Para los que vayáis en coche, deciros que en los pueblos y pequeñas ciudades es fácil aparcar (y gratis), pues hay numerosos solares (incluso en el centro) donde se puede hacer y, normalmente, en los alrededores de los pocos lugares a visitar, suele haber aparcamientos públicos, amplios y normalmente gratis, y a veces, conectados con la atracción turística (como ocurre con el pueblo antiguo de Al Ula) mediante pequeños cochecitos o lanzaderas (también gratis). En Jeddah y en Riyadh la cosa cambia, pues, aunque sigue habiendo solares habilitados para aparcar y estacionamientos propiamente dichos, casi nunca son gratis (la hora suele costar entre 3 y 5 SAR y funcionan con tiquet, barrera o caseta con cobrador). Igual ocurre en las calles, donde hay plazas en cordón, pero casi siempre con tiquet de máquina. Las máquinas son complicadas de entender (están en árabe) pero, afortunadamente, siempre hay algún saudí por allí que nos echará una mano. En los alrededores del casco histórico de Jeddah (al que es imposible entrar con coche) se paga por horas (3 SAR, máximo 6 horas) como en todos lados, pero no hay que poner la matrícula del coche, sino el número de la plaza marcado en el suelo. En ambas capitales, fuera del centro-centro, es posible aparcar gratis en las calles (suele haber sitio suficiente, incluso en las calles de alrededor del complejo de jardines del Palacio Murabba de Riyadh). VELOCIDAD.- Se nos advierte que hay radares por todos lados y que las multas son frecuentes. No lo dudo, pero los límites normales de velocidad son 60, 80, 90, 100, 110, 120 y 140 en carreteras y autopistas, y están indicados en discos rojos redondos (como aquí) y en grandes carteles amarillos, pero más veces en cifras arábigas que en las nuestras (que curiosamente llamamos “árabes”). Al poco de conducir es fácil reconocer estas cifras (a veces tendremos dos discos, uno en “raro” y otro con nuestros números, o bien, en el mismo disco, ambos guarismos) por lo que, salvo despiste, si nos multan será porque vamos pisando de más. Los radares son pequeños y están a ambos lados de cada sentido (como cajas de casi 1 metro en el suelo), tanto de frente como de espaldas (hay otros en lo alto de los controles de gálibo de autopistas). ¿Funcionan? Chi-lo-sá, pero si es cierto que de noche a veces se ve un flash, que debe corresponder a algún radar. A mi más de uno me pareció de cartón-piedra y más falso que Judas, pero no hay que confiarse. Es posible tener uno delante y a los 200 m. otro más. Lo que no entiendo es que si tanto radar hay (y la mayoría de coches frenan bruscamente cuando los descubren) porque a otros les importa poco su existencia y ruedan a más de 150 km/h sin más. Yo creo que no me saltó ninguno (hasta ahora no me ha llegado ninguna multa vía AVIS) pero habrá que esperar al menos otro par de meses. Lo que si hay en Arabia (no olvidemos que estamos en un estado policial casi medieval, donde un uniforme tiene mucho poder) son controles de carretera cada dos por tres, bajo avisos de “check-point” y en los que hay que parar, si o si, porque antes de llegar al “arco de triunfo” (suelen tener una edificación específica y de un gusto estético, digamos, muy personal) que nos aparecerá en medio de la autopista, tendremos que superar media docena de “tumbados” (algunos tan altos que hay que pasarlos a 5 km/h so pena de destrozar los bajos). Unas veces veremos los coches patrulla (Dodge americanos, con sus defensas y luces) estacionados sin nadie dentro (o con un agente durmiendo o mirando el móvil, que no nos hará ni caso) y otras tendremos a los guardias mirándonos y parando a uno de cada tres vehículos. A nosotros normalmente, al ver que no éramos saudíes (ni paquistaníes) nos decían que siguiéramos, excepto en 3 ocasiones, que me pidieron el pasaporte y la documentación del coche. En dos de ellas, al ver “España” en el documento y que el coche era de AVIS, rápidamente nos dijeron que siguiéramos marcha, pero el tercero nos interpeló en árabe (no hablan inglés o solo unas pocas palabras), a lo que le respondí “ana asf, nahn iisbanium, wala natahadath alearabia” que viene a ser algo así como “lo siento, somos españoles y no hablamos árabe”, con lo que quedó más o menos satisfecho (aunque me retuvo el pasaporte un par de minutos, tal vez pensando que iba a hacer con nosotros) y nos dejó marchar. Cabe decir que la mayoría de veces, las paradas se convierten en pequeñas mordidas (especialmente para las furgonetas y pequeños camiones de los agricultores, ganaderos, vendedores e inmigrantes), pues los sueldos de los policías, contra lo que se cree y se dice, no son buenos. GASOLINA.- El primer país del mundo en reservas de petróleo nos ofrece gasolina (normal de 91 y súper de 95) a un precio de casi 60 céntimos/litro la de 91. Por el contrario el gasoil es casi gratis, pues los 15 céntimos/litro que cuesta nos permitirán llenar un depósito por ¡menos de 7€! Hay bastantes gasolineras, especialmente en las entradas y salidas de pueblos y pequeñas ciudades (también en el centro), pero veremos que la mitad están abandonadas y otras, cerradas. Empiezan a verse estaciones de servicio automatizadas (1 de cada 30) pero los surtidores están en árabe y no sabemos si admiten nuestras tarjetas. Si tenemos la costumbre de repostar cuando la aguja baje del medio depósito, no tendremos problemas pues hay suficientes gasolineras atendidas siempre por pakistaníes que además nos cobrarán en metálico (aunque suelen redondear lo servido, las monedas sobrantes -1 ó 2 SAR- pueden ser una propina razonable). Lo único que hemos que tener en cuenta es que los surtidores cierran con una cinta durante las horas del rezo (5 veces al día, durante unos 30 minutos, siendo el mediodía la hora más complicada), por lo que habremos de repostar en “horas laicas”. En nuestro caso, el pequeño Yaris se bebía unos 50-60 SAR por algo más de medio depósito (20-25 litros de los 36 que le caben). Las estaciones de servicio (salvo excepciones) siempre tienen el mismo formato: surtidores atendidos, un supermercado (pequeño, pero muy completo) regentado preferiblemente por hindúes, un taller de ruedas y otro mecánico (a veces también de electricidad), un “poste bancario” con cajeros automáticos, ocasionalmente un “comedero” local y un alojamiento muy básico (casi nunca adecuado a nuestros gustos) y… una mezquita pequeña. Lo de la mezquita tiene su importancia, pues en las estaciones de servicio no hay baños, debiendo utilizar el de la mezquita (debidamente separados mujeres de hombres) que son tremendamente sencillos (agujero en el suelo y poco más) y fáciles de encontrar por el aroma que despiden. Las gasolineras de las ciudades solo disponen de surtidores, cajeros y supermercado. En las dilatadas autopistas del desierto, hay estaciones de servicio cada 30-50 km (suelen estar anunciadas). En caso de urgencia, se pueden conseguir pequeños bidones de gasolina en algunas tiendas, aunque no creo que sea muy legal… SUPERMERCADOS.- Como ya he expresado, el 80% son pequeñas tiendas, oscuras, repletas de estanterías con artículos (sin precios marcados) que casi no dejan paso, con algún frigorífico (helados, bebidas frías…unas muestras de fiambres –por supuesto solo de vaca- ni de quesos –salvo quesitos y poco más-) y donde se puede adquirir pan ácimo (suelen estar en unos arcones de madera o plástico junto al que cobra y por 2 SAR nos darán 4 panes redondos de unos 30 cm de diámetro). Los precios son similares a los de España, pero hay cosas muy caras (todo lo importado: galletas, chocolate, patatas fritas, snacks, fruta fresca…) y otras relativamente baratas (el agua embotellada, los helados locales, algunas verduras…) Es fácil conseguir refrescos fríos (recuperamos aquellas “mirindas” de naranja de nuestra juventud, pero en formato 2 litros que, al ser invierno, aguantaba fresca en el coche casi todo el día) y ocasionalmente encontraremos cerveza, siempre sin alcohol y nada barata, pero que no merece la pena porque casi siempre irá combinada con extraños sabores de frutas. En estos países es cuando nos damos cuenta de la obsesión “protege-planetas” que tenemos en Europa. En casa están prohibidas las bolsas de plástico (o hay que pagarlas). Aquí, te dan bolsas para todo, son gratis y no son biodegradables. Luego las veremos a miles por todas las cunetas del país, por todo el desierto y por cualquier solar. Me explico: los 1.000 millones de personas que tenemos normas para proteger La Tierra (500M de europeos, 400M de norteamericanos y otros 100 de australianos y demás) solo somos ni el 13% de la población mundial. Los otros 7.000 millones (que siguen creciendo) NO reciclan, NO protegen el planeta, consumen combustibles fósiles de todo tipo y a todo trapo –especialmente carbón-, contaminan lo indecible, etc… Sin comentarios. En las ciudades importantes, tanto en el centro como en los frecuentes espacios comerciales de la periferia, encontraremos otros supermercados a la occidental, más ordenados y limpios, con los precios debidamente indicados, donde, si hay suerte, venderán pan francés (y algo de bollería), con cámaras frigoríficas, carnicería (con charcutería de pollo, ternera y quesos curados…), pescadería, cerveza y vino sin alcohol (la marca Freixenet ha exportado botellas de todo tipo), etc…, si bien los precios serán más altos y a la salida, nos volverán a ofrecer infinitas bolsas de plástico de manera gratuita (incluso, vimos hasta un “Carrefour” en Riyadh). HOTELES.- Las grandes cadenas internacionales (Ritz, Intercontinental, Hilton, Four Seasons, Crown, Radisson, Hyatt, Mercure, Novotel, Ibis, Holiday Inn, Sheraton, Ramada…) tienen varios hoteles en las dos capitales principales y supongo que tendrán el nivel propio de tales firmas (aunque intentamos dormir en un Ramada de 4* en Tabuk y no nos quedamos porque estaba de lo más cutre). También hay hoteles de lujo saudíes que, exteriormente, no desentonan con los anteriores (Narcissus, Aswar, Voco…). En todo caso estamos hablando de 200 a 500€ o más por noche, algo que no nos convence (y que no es “rentable” en función de lo poco que turísticamente ofrece este país). Nosotros preferimos dormir en hoteles de rango medio (40-80€ noche) y a ser posible, de carácter local, pues es en esos establecimientos donde se convive con los “indígenas” y, además, el dinero que pagas se supone que se queda en el país. Lo que si procuramos cuando planificamos el viaje, son las diferentes paradas en cada ciudad, de forma que nos resulta fácil gracias a Booking, Ágoda, Destinia o similar, tener reservadas todas las noches por anticipado (siempre con anulación gratuita) y así, fiándonos de fotografías y de comentarios, intentar dar con aquel alojamiento que estimemos más adecuado (céntrico, cama grande, con salón, baño privado, ascensor, garaje, wifi, cocina o frigorífico, etc…) y todo ello por un precio ajustado. El 80% de las veces acertamos, otro 15% resulta “aceptable” y el otro 5%... puede suponernos improvisar sobre la marcha por no alcanzar el nivel de limpieza, comodidad o seguridad que se publicita. Este tipo de hoteles en Arabia (3 y 4* según Booking) solo se parecerá a las fotos si no entramos en detalles: aunque los halls de entrada son casi lujosos, en cuanto tomamos el ascensor veremos los defectos: suciedad, mantenimiento deficiente, falta de elementos… y las habitaciones (casi siempre, enormes) no mejoran el nivel descriptivo: los muebles suelen estar castigados o rotos, las paredes para repintar, la decoración fatal, los colchones y almohadas o muy duros o para cambiar por viejos, la sábanas y toallas… era normal tener que pedir el cambio de éstas y no siempre las que traían estaban limpias, armarios sin perchas o sin barras, aires acondicionados muy antiguos y ruidosos, ventanas no practicables (es decir, habitaciones que no se ventilan nunca) con cortinas que mejor ni tocar, normalmente alfombras y moquetas con todo tipo de manchas y kilos de polvo… y unos baños, que merecen mención aparte, pues es difícil garantizar que haya un inodoro y no un agujero en el suelo, que haya una ducha en condiciones, pues lo normal es que haya una manguera con una alcachofa pequeña y vieja junto al inodoro que cuando te duchas, inundas literalmente toda la estancia (no hay mamparas ni cortinas), lavabo viejo y con poca luz y de bidet, nada de nada, pues la costumbre de estas gentes es utilizar la “manguerilla” que hay instalada junto al inodoro (manguerilla que cuando estás sentado te queda a un palmo de la cara por lo que mejor no imaginar cómo se utiliza), lo que además, elimina el papel higiénico de tan íntimo espacio. Para muestra un botón: en el hotel de Yanbú (con buena pinta exterior) pudimos ver en la tabla del inodoro las marcadas huellas de los dos zapatos de aquel usuario que no dudó en subirse al mismo para hacer uso del sistema como si estuviera sobre el “agujero” habitual musulmán (y que nadie del hotel, entregando una habitación para dos noches, se había molestado en limpiar). Si hay cocina, estará vieja, sin enseres (y si los hay, mejor ni tocarlos), siendo el frigorífico (si es nuevo) lo mejor de la estancia. La televisión de pantalla plana, anunciada con canales satélite, casi nunca funciona (mandos rotos, sin baterías, desprogramados, cables al aire, antenas sin conexión…) y cuando el empleado (después de media hora de pelearse con el aparato) consigue que funcione, tendremos cien canales… árabes (con predominio de imanes rezando) y, si tenemos suerte, los informativos de la BBC, NBC, France 24, NHK, la china CGTN o Al Jazzera, todo en inglés y a veces con la imagen distorsionada. Pero todo lo explicado siempre estará salpimentado con suciedad por todas partes, mugre en esquinas, sofás maltratados y luces fundidas. En cuanto a los prometidos “aparcamientos gratuitos en el establecimiento” que indica Booking, solo tuvimos tal facultad en 3 de los 9 hoteles, debiendo aparcar en la calle en los restantes. Cabe decir que en este tipo de hoteles, habrá un árabe en recepción, pero no será saudí (a éstos es difícil verlos trabajando), sino egipcio, jordano o marroquí, que hablará inglés con más o menos fortuna, y a partir de ahí, todo el personal del hotel (siempre hombres), será paquistaní, bangladeshí o de países equivalentes, que malviven en el propio hotel y que suelen cobrar unos 100$ semanales con jornadas inagotables. Ellos se encargan de la limpieza, de los desayunos (cuando los hay), del mantenimiento (cuando lo hay…), etc… En los hoteles no trabajan mujeres (salvo rarísimas excepciones), pues las inmigrantes que acceden a Arabia suelen ser filipinas que trabajan en el servicio doméstico de las grandes mansiones, igualmente por pocos dólares, con el pasaporte retenido y debiendo prestarse a los caprichos sexuales de los varones, sean los propietarios o los trabajadores de segundo rango. ¿Merece la pena viajar a Arabia en estas condiciones? A estas alturas de la vida, podemos afirmar que hemos dormido en todo tipo de lugares, y que estos “hoteles medios” saudíes no son peores que otros de Chile, Perú, México, USA, Grecia, el Reino Unido, Jordania, China o Sudáfrica. Solo hemos de saber que habrá suciedad y un pésimo mantenimiento (aunque en este viaje hubo alguna honrosa excepción, como veremos más adelante). Si queremos otro nivel deberemos estar dispuestos a multiplicar por 5 nuestro presupuesto, aunque nunca con plenas garantías. RESTAURANTES.- En las zonas muy nobles de las grandes ciudades, tendremos restaurantes de alto nivel de carácter internacional, donde encontraremos todo tipo de servicios (como en Europa) a precios similares a los de aquí (a partir de 80-100€ comensal) y donde deberemos tener reserva y vestir muy formalmnete. De ahí hacia abajo será difícil encontrar un lugar que resulte cómodo (muchos no tienen mesas/sillas, con separación por géneros, sin cubiertos…), limpio, con cartas en inglés y donde haya las más mínimas protecciones COVID (cocineros y camareros sin mascarillas, clientes demasiado juntos, sin terrazas al aire libre…) ¿Qué nos queda? Las cadenas de comida rápida internacionales (están casi todas, incluidas las pizzerías) y las saudíes, como “Al Baik” donde se puede comprar pollo (mejor que el de KFC) pero para llevar, así como otras dedicadas al shawarma y otras especialidades árabes. Si estos espacios tuvieran comedor, debemos saber que te entregarán la bolsa con tu encargo, un plástico grande que deberás extender en el suelo alfombrado (junto a otros comensales) a modo de mantel y volcar encima (sin platos) el arroz y demás carnes que hayas encargado, formando un cono, del que, una vez descalzado y recostado en el suelo, podrás coger con tu mano derecha un puñado de arroz con algún trozo de pollo o cordero y llevártelo a la boca directamente. Para un día vale, pero al final es incómodo y nada higiénico. La ventaja es que nosotros comimos abundantemente en algunos de estos restaurantes locales por unos 35SAR la pareja (en un MC Donalds pagábamos unos 80SAR por dos menús y una pizza grande costaba unos 50SAR) Por debajo de estos locales, anunciados con grandes letras rojas y amarillas en árabe (y que no suelen tener la carta en inglés), están otros todavía de más humilde condición, donde no nos aventuramos ni a entrar (por estricta protección de la salud) y los cientos de puestos callejeros que venden un poco de todo. Importante: siempre que visitéis países de dudosa higiene y salubridad, consumid agua y refrescos solo embotellados y precintados (son baratos) y evitad helados, hielos, verduras crudas (¿cómo habrán sido lavadas?) y ensaladas si no tenemos garantías higiénicas del local. La fruta más segura, la que se debe pelar (plátanos, naranjas, mandarinas…). MUSEOS.- Arabia Saudí no es un país con una cultura museística de renombre. No obstante hay algunas colecciones (normalmente privadas) que merece la pena conocer. Imagenes relacionadas Índice del Diario: ARABIA SAUDÍ: 19 DÍAS Y 6.000 KM POR LIBRE
01: ¿POR QUÉ ARABIA SAUDÍ?
02: ASPECTOS LOGÍSTICOS PARA VISITANTES EN ARABIA SAUDÍ
03: NOV 24 JUE y 25 VIE.- LLEGANDO A ARABIA Y PRIMEROS PASOS.
04: NOV 26 SÁB.- POR LOS DESIERTOS DEL NORTE
05: NOV 27 D.- LOS MEJORES PAISAJES ESTÁN EN MADA’ IN SALEH.
06: NOV 28 LUN.- VISITANDO LA CIUDAD VIEJA DE AL ULA.
07: NOV 29 MAR.- LLUVIA Y BARRO, OASIS Y PAMERALES.
08: NOV 30 MIE.- TUMBAS MILENARIAS EN HEGRA.
09: DIC 1 JUE.- A ORILLAS DEL MAR ROJO.
10: DIC 2 VIE.- A POCOS PASOS DE LA CORNICHE.
11: DIC 3 SAB.- LABERINTO DE CALLES Y CELOSÍAS EN BALCONES.
12: DIC 4 DOM.- UN DELIRIO DE COLECCIONES SOBRE CIENCIA Y TECNOLOGÍA.
13: DIC 5 LUN.- LA MECA: UN DESTINO PROHIBIDO.
14: DIC 6 MAR.- VENTANAS DE COLORES EN LOS RASCACIELOS DEL DESIERTO.
15: DIC 7 MIE.- FORTALEZAS OTOMANAS A DOS MIL METROS.
16: DIC 8 JUE.- MIL KILÓMETROS A TRAVÉS DEL DESIERTO SUR.
17: DIC 9 VIE.- LA CAPITAL DE ARABIA, PARA NOSOTROS SOLOS.
18: DIC 10 SAB.- RELIQUIAS DEL PASADO Y ARENAS ROJAS MUY CERCA DE RIYADH.
19: DIC 11 DOM.- PALACIOS Y FORTALEZAS AL LADO DE LA PLAZA DE LA MUERTE.
20: DIC 4 LUN.- DE VUELTA A CASA Y RESUMEN.
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