Nos levantamos temprano y bajamos a desayunar tranquilamente. El desayuno es tipo buffet y estaba todo muy bien organizado.
Una vez desayunadas hicimos el check out y nos fuimos con el transfer hasta la Terminal 1, desde dónde sale nuestra aerolínea: Turkish Airlines.
Allí estaba ya el mogollón de gente; y es que facturan todos los vuelos a la vez. Gracias a qué fuimos pronto y nos atendió una señora encantadora pudimos pedirle que nos mejorase los asientos del vuelo y lo hizo para el segundo trayecto, de Estambul a Abu Dabi, con la salida de emergencia. Una cosa que no me ha gustado de esta aerolínea es que cuando haces el check in en línea (abierto 48h antes del vuelo), lo hagas más pronto o más tarde, es como que tienen los asientos asignados para ti desde que compraste el billete; y solo tendrás opción de que los cambien si pagas o si vas pronto al mostrador y no has generado la tarjeta de embarque durante el proceso de registro.
El vuelo salió en hora, a las 14.25h y en unas cuatro horas estábamos en Turquía. Aprovechamos el tiempo para hacer unas compras en el aeropuerto y tomar unos cafés, además de estar conectadas a la red wifi gratuita por una hora (no hay más opción sin costes), que tienes que sacar en una máquina con tu pasaporte en mano.

Todo fue muy bien, sin ningún contratiempo; aunque la escala de cuatro horas en plena noche fue un poco pesada. En este momento el acceso rápido a la terminal desde donde salía el siguiente vuelo en Estambul estaba abierta y llegamos en un momento. Allí había unas sillas comodísimas y con conexión para cargar el móvil en la que pasamos un buen rato...
