Para hoy, Viernes 10, tenemos la visita al Palazzo Vecchio, previo control de pasaportes Covid y temperatura, como siempre, entramos en el majestuoso, espectacular, impresionante, y demás adjetivos que se os ocurra, Salón de los Quinientos, en el que Leonardo da Vinci y Miguel Ángel coincidieran para pintar cada una de sus paredes, a petición del gonfaloniere Piero Soderini (parece ser que a instancias de Maquiavelo), y que ninguno llegó a terminar, el uno, Leonardo, porque era muy dado a experimentar técnicas pictóricas que no acababan bien, como le pasó con su Última Cena y lo mismo le pasó aqui con La Batalla de Alghieri, y el otro, Miguel Ángel y su Batalla de Cascina, porque enseguida fue llamado a Roma por el Papa Julio II para el proyecto de su tumba, por lo que sólo dejó los bocetos en un gran cartón, como se hacía antes de plasmarlo en la pared; dicho boceto fue troceado y destruido por su envidioso rival Baccio Bandinelli, del que ya hablé antes:
Pellizcadme porque este sitio es tremendo
La Batalla de Marciano, de Giorgio Vasari. 1563
En una de las banderas que hay al fondo escribió Vasari el famoso «Cerca Trova», el que busca encuentra, popularizado por la novela Inferno de Dan Brown, quizás en relación a la pintura de Leonardo da Vinci, La Batalla de Alghiari, sobre la que se supone que tuvo que pintar, aunque teorías al respecto dicen que construyo una pared nueva dejando lo que había pintado Da Vinci debajo.
Vistas desde el piso de arriba:
En el piso de arriba vemos también la Máscara Mortuoria de Dante Allighieri (en la foto mi cara es más funeraria jajaja):
En el Salón de los Lirios la Judith y Holofernes originales de Donatello, cuya copia está afuera en la plaza:
Estancias bellamente decoradas, hasta con techos de oro puro, como el Studiolo de Francisco I de Médicis (1571-72).
El Querubín alado con delfín de Verrocchio de 1478 cuya copia se encuentra en el patio decorado por Michelozzo, tomando como referencia el «cortille» del Palazzo Medici. La decoración de las columnas y las paredes es obra de Vasari, al igual que los frescos que decoran las bóvedas. El patio fue decorado con motivo de la boda entre el príncipe Giovanni de Medici y Juana de Austria en el año 1565:
También pinturas como ésta de Vasari, como no, sobre Lorenzo el Magnífico recibiendo a los embajadores, con una jirafa donada por el Sultán de Egipto, conocida en aquellos tiempos como «Camelopardo» y que en 1487 llegó a Florencia, pintado en el distrito de Leone X.
Hilo en Twitter >CAMELOPARDO
Volvimos a salir a la Piazza della Signoria, la magnífica Piazza de la Signoria:
Seguimos rumbo a la Catedral de Santa María de las Flores de nuevo, que hoy está abierta y, tras una breve cola, entramos a verla, si bien ya sabemos que no es nada del otro mundo , seguramente debido a la austeridad que predicó Savonarola, el monje que se erigió en dirigente de la República de Florencia tras la expulsión de los Medici y cuyas críticas al Papa Alejandro VI (Borgia) le costaron la posterior tortura, ahorcamiento y quema en la misma Piazza della Signoria, donde una placa recuerda éste hecho:
En la cripta de la Catedral está la tumba del genial Bruneleschi, cuya cúpula, un prodigio de ingeniería en su época, esta impresionantemente decorada con frescos de Federico Zuccari y Giorgio Vasari (entre 1572 y 1579) .Se trata de la más relevante superficie pintada del mundo (3400 m2 ) que representa escenas del Juicio Final:
Otro punto destacable de la catedral es el famoso cuadro, témpera sobre tela, de Domenico de Michelino de 1465 con una de las vistas de Florencia, la Ciudad Celestial, más antiguas que se conocen y el propio Dante junto al Infierno con el demonio echando fuego y el Purgatorio al fondo, con los 7 pisos de los 7 pecados capitales y Adan y Eva en la cima; pero parece ser que hay que pagar o sacar algún tipo de visita guiada para visitarlo, se ve un trozo, menuda absurdez.
También vemos el Reloj litúrgico de una sola aguja, 24 horas, pintados 4 evangelistas por Paolo Ucello en 1443 bajo la vidriera de la Virgen María rodeada de ángeles de Lorenzo Ghiberti, 1405.
Mencionar aquí que en mi anterior visita a Florencia, en 2001, hace 20 años ya, sí que subí a la cúpula por los 463 escalones que dan acceso a ella, pero era joven y ésta vez no quisimos hacerlo jajaja, eran otros tiempos, incluso otra moneda (la lira italiana)
Salimos y nos volvemos al tiovivo para que los peques disfruten también:
Callejeamos por el centro, tiendas de souvenirs etc:
y nos volvemos a comer al piso, sobre las 15:30; de tarde nos queremos acercar a la iglesia de Ognissanti; de nuevo llueve, ya se ha hecho de noche pero llegamos tras un paseo de 20 minutos, los peques en sus sillas, para disfrutar de ésta poco frecuentada iglesia que esconde maravillas como frescos de Ghilardaio y Botticelli, la Madonna de la Misericordia con la familia Vespucci y un joven Amerigo Vespucio, un crucifijo de Giotto o la tumba del mismo Botticelli:
San Jerónimo en su estudio, Domenico Ghirlandaio, 1480
San Agustín en su gabinete. Botticelli, fresco 1480
Nos volvemos al piso de noche:
cenamos tranquilamente repasando lo que hemos visto hoy mientras los peques ven dibujos.